¿Por qué de todos los hombres, abogados, sexy que existen tenia que ser justo él?, ¿por qué tiene que seguir tan guapo como antes o más que antes?.
- Veo que se conocen...- dice Omally.
- Si fuimos...- dice Thomas
- Compañeros de estudio, en la escuela de leyes - lo interrumpo antes que diga una imprudencia, aunque Hemilk y Omally son mis tutores apenas saben de mi vida privada y no es algo que quiero que sepan.
-Ah, eso es una sorpresa maravillosa, significa que se conocen muy bien. - responde Omally.
- Si algo, aunque uno nunca termina conociendo del todo a una persona y te sorprenden.- le dice Thomas sin apartar su mirada de la mía.
- Eso es cierto las personas te sorprende cuando menos te lo esperas - le respondo.
- Me alegra escuchar eso porqué tener a dos grandes abogados en mi bufete va ser mas grandioso de lo que somos.
- Eso es raro - les digo ambos mientras me observan - digo que teniendo un bufete donde eres dueño y señor pasas hacer un "plebeyo" como los demás ¿quien quiere eso?.
- Yo, así que no hay mucho que puedas hacer.
- Ya veo, pero igual me parece extraño.
- Bueno muchachos sin matarse, van hacer un gran equipo. - dice Omally mientras se ríe de nosotros.
- Solían decir eso en la universidad. - Dice Thomás mientras sonríe.
- Bueno con mas razón todavía.- Omally recoge sus cosas y camina hacia la puerta.- Valería has que Thomás se sienta como en casa y Thomas te dejo en buenas manos.
- Lo dudo - me dice y quiero matarlo nada más por ese comentario.
Nos deja solos en su oficina en un silencio incomodo, lo veo por última vez me dirijo a la puerta cuando lo escucho.
- ¿Huyes de mi otra vez? - lo miro sorprendida.
- Tengo mucho trabajo y puedes conocer el bufete solo no necesitas niñera y no tengo motivos para huir, estoy en mí reino.
- Pareces que no me quisieras ver.
- No quiero, deberías saber que no me gusta tratar con gente desagradable.
- Ahora soy desagradable antes no solías pensar lo mismo.
- Antes era una tonta y eramos jóvenes ahora las cosas han cambiado.
- Sí, ya veo - dice repasandome de arriba a bajo. De repente suena su teléfono al cual contesta sin ver.
- Buenas tardes...hola, bien - responde rompiendo su mirada con la mía.- Si mucho - este lo dice observándome de nuevo - claro paso por tí y cenamos.
Se da media vuelta casi dándome la espalda, seguro esta hablando con una de sus mujeres el muy... no sé me olvida que tiene la fama del abogado sexy del juzgado. Muy idiota.
Le observo viendo su espalda ancha, sus hombros y brazos fuertes, sus piernas gruesas y ese trasero redondo que lo hace perfecto. Me pregunto si debajo de toda esa ropa seguirá siendo igual de guapo y perfecto...
¡Ay! ¿Que hago pensando en eso?, salgo de la oficina sin que se de cuenta y me voy a la mía, necesito respirar aire fresco antes de desmayarme.
De todos los hombres que existen en este mundo ¿por que tenia que ser él?¿por que tenía que venir aquí alterar mi paz?, trabajaremos justos no puedo creer esto ¿y ahora que voy hacer?
Que caos ¿por qué a mí?¿Que quiere este hombre ahora? No creo que venga en buen plan.
- Valeria viste el nuevo socio - dice Anna
- Si, ya lo conocí.
- ¿Que te pareció? Dime si no es el hombre más guapo que has visto.
- No. Hay mejores - aunque no se en donde pero los hay.
- ¿Bromeas?
- Si guapo, con esos ojos, ese cuerpo se nota que te agarra y te resetea el casette, hasta la vida. - no se porque me enoja escuchar eso.
- Te puedes llevar una decepción, mejor me voy tengo cosas importantes que hacer.
Huye como cobarde porque ahora no puedes enfrentarte a ese hombre.
-*-
" Yo creía que dominaba el mundo hasta que te conocí y me di cuenta que tu dominas mi mundo".
Han pasado dos días; ¡dos días! y aun no se que hacer con Thomas de vuelta en mí vida, mañana debo volver a la oficina y ahí va estar alterando mi mundo.
Agradezco que mis padres hayan querido quedarse con los niños este fin de semana porque con ellos aquí no tendría cabeza para pensar con claridad aunque tampoco es que he podido resolver mucho, lo único que hecho es pensar en el pasado, cuando lo conocí, cuando me enamore, esto es un desastre tantos sentimientos encontrados, tanto sin resolver, dudas que vuelve a mí que creí que había olvidado.
Recuerdo ese día, estaba emocionada, felíz, iniciaba en la escuela más prestigiosa de leyes, los mejores abogados y jueces que conocía o leía algunas vez pasaron por ahí, entre a cada una de mis clases encantada de la vida, fui conociendo a cada profesor, a cada compañero, aprendiendo todo lo que podía, conocí varios amigos que hasta el sol de hoy lo siguen siendo, pero no fue hasta el tercer año que medí cuenta que Thomas existía o mejor dicho que empecé a verlo como algo más que un mimado mujeriego. Habíamos entrado el mismo año, compartimos las mismas clases, yo era la típica estudiante nerd con estilo mientras los demás bebían, iban a fiestas yo me concentraba en estudiar, me divertia con algunos de mis compañeros y Darla que no podia faltar pero eso quedaba para fin de semanas libres o vacaciones, celebraciones de examenes y cosas así; que no intervinieran en mis clases mientras que él era el capitán del equipo de fútbol de la universidad, guapo, con todas las descerebradas y las que no estaban muertas por él, lo veía cada dos días con una diferente y soy sincera no me importaba, pero era molesto ver a todas esas chicas peleándose por él en clase, en la cafetería, en todos lados, era como estar en el liceo, ¿como podrían estudiar derecho si eran tan frívolas?.
Thomas llegaba tarde a las clases y siempre tenía como excusa: los juegos, siempre lo perdonaba, uno que otro profesor no lo dejaba salirse con las suya; me molestaba eso casi todo el tiempo, su superioridad por ser hijo de dos grandes figuras de la ley que solía admirar hasta que supe quienes eran en realidad.
Thomas siempre se sentaba con su grupo de amigos insoportables como él, debo admitir que pensaba que sus notas eran por su puesto en el equipo y las influencias que tenía, pero nunca falta un día que te demuestren lo contrario. Ese día todo me había salido mal los astros no estaban de mí lado, mí alarma no sonó, el carro no prendía,mis padres se habían ido y no podían llevarme así que me toco el bus, horrible, cuando llegue a la universidad no me querían dejar pasar porque había dejado el carnet menos mal estaba Fabián el señor de seguridad que siempre me saluda en las mañana gracias a él entre, llevaba 6mseos minutos de retraso y el profesor era estricto en el horario así que cuando entre se me quedo mirando pensando si me dejaba o no entrar, pero solo sentí un golpe en la parte posterior de mi cabeza y todas mis cosas cayeron al piso.
- Lo siento - me agaché a recoger mis cosas y veo que es Thomas que me ayudaba a recoger el desastre que él me hizo hacer.
- ¿Podrías tener cuidado a la próxima?, casi me dejas sin cabeza - le respondo.
- Lo tendré en cuenta - se ríe mientras le hecho una mirada de muerte.
- ¿Dejaron de jugar? - pregunta él profesor molesto - los demás quieren aprender, además de llegar tarde interrumpen.
- Lo siento profesor - respondo - se me hizo tarde ha sido una mañana complicada.
- Yo estaba en dirección arreglando unos papeles si quiere pregunte.- lo miro porque se que es mentira, lo vi llegar hace un momento en su coche y el me guiña un ojo.
- Bueno como sea, estamos haciendo un taller en grupo y ustedes van a trabajar juntos y les toca menos tiempo por llegar tarde.
- ¿Algo bueno se saca de esto no crees?- me susurra al oído.
- No veo lo bueno. - me siento en unos de los rincones y me pongo a leer las indicaciones que nos dio el profeso mientras el solo me observa - ¿te debo algo?
- No, ¿por que estas de mal genio? Vamos a salir bien eres una chica de buen promedio.
- Y tu eres el chico mentiroso que aprovecha su legado para salirse con la suya - sonríe y se acerca más a mí.
- Se que me vistes llegar pero tengo mis razones, gracias por no delatarme.
- Ese no es mi problema ahora deja de hablar y dejame trabajar.
- ¿No te han dicho que eres hermosa para tener ese carácter tan "dulce"?
- Estoy de malas porque llegue tarde, me acaban de regañar delante de todos, de paso tengo menos tiempo para entregar un trabajo y tengo que aguantarte a tí.
- ¿Osea que tu mal genio es por mí?
- No todos estamos en el equipo de fútbol para que nos pasen las materias.- Se me queda mirando algo molesto.
- A mi no me regalan notas fierecita me las gano a pulso- sigue leyendo como si no le prestara atención- es más te lo voy a demostrar.
Me quita las indicaciones del trabajo, lee y escribe mientras me dice algunas cosas, lo observo y detallo lo concentrado que está, lo serio, lo profesional que se ve y por supuesto empiezo a ver lo guapo que es, con razón están detrás de él.
- ¿Te debo algo?- me dice repitiendo mis palabras y sonriendo, tiene linda sonrisa.
- Si, mas te vale que salgamos bien porque si no me vas a ver realmente "dulce".
- Si sacamos una buena nota desayunas conmigo.
- Eso no va pasar, el desayuno es la comida principal por lo tanto debo asegurarme que me caiga bien.- sonreímos los dos
- ¿Por que tengo la impresión que te caigo mal?
- No me caes mal solo no me caes bien.
- Aaaa que diferencia, lo tendré en cuenta.
Terminamos el trabajo entre lectura y apenas cruzando palabras, pero a veces podía captar su mirada sobre mí, cuando nos toco presentar nuestro trabajo decidió hablar él, sabia lo que decía, dio buenos argumento sobre el caso y fuimos la nota mas alta; quién lo diría el mimado tiene inteligencia.
- Viste te dije que me gano mis notas.- me reprocha.
- No esta mal, yo que creía que en esa cabeza no había nada más que cabello y fútbol.
- Para que veas, me debes un desayuno.
- No te debo nada, hiciste tu parte del trabajo, además date por buen servido de no decirle al profesor que le mentiste sobre lo del director y eso.
- Bien, bien pero me alegra saber que te distes cuenta que en esta cabeza hay más que fútbol.
- Y mujeres.
- Ah, ¿celosita por que no te he prestado atención?, para que sepas lo bueno siempre se deja de último.- me sorprende lo que dice porque eso es lo que yo siempre pienso.
- No estoy celosa, el deber de un abogado es ver todos los hechos y no se necesita tener tanta agudeza visual para saber que cada día estas con una diferente, espero que tu atención siga muy lejos de mí, la verdad no me gustan los creídos, mujeriego, egoístas, etc; y tú entras en todas las categorías.- me levanto de mi silla y voy hacia el cafetín con Darla y Rodrigo.
Como media hora después me encuentro a Thomás en la biblioteca o él a mí.
- No soy egoísta, ni creído - me dice sentándose enfrente de mí - tampoco lo que seas que pienses de mí.
-¿Osea que no eres guapo, brillante e inteligente?.- le digo con picardía
- Eso si lo soy, ¿que mujer no se daría cuenta? ¿de verdad piensas eso de mí?.
Me río
- Vez que si eres creído, no todas las mujeres se mueren por tí, yo formo parte de ese grupo y no creo que hayas pasado las ultimas horas preocupado por lo que piense de ti.
- ¿Te han dicho que tú sonrisa es hermosa al igual que tus ojos?.
- ¿Es en serio?¿dime que ese no es el discurso que le dices a todas y caen rendidas a tus pies? Es muy básico.
- Pero esta vez lo digo en serio.- sonríe con esa picardía que enamora a cualquiera.
- Oh, en ese caso agradezco tus palabras ahora no dormire pensando en que te gusta mi sonrisa y mis ojos, es que hasta siento que el corazón se me va salir; ¿lo escuchas?.- le digo haciendo gesto de tonta.
-Eso lastima mis sentimientos fierecita, lo que si se es que yo no voy dormir pensado en esa boca y esos ojos.- lo miro con una sonrisa, es muy guapo eso es cierto tiene los ojos muy hermosos, una sonrisa matadora, pero su ego es más grande y solo por eso me cae mal.
- Que bien por ti porque es lo más cerca que vas a llegar a mí boca y deja de molestar trato de estudiar.
- Hoy hay una fiesta en las afuera de la ciudad va ir todo el equipo de fútbol y creo que la mayoría de la universidad ¿quieres venir?.
-¿Me estas invitando a una fiesta?- él sonríe y afirma - Que original invitarme a una fiesta que es tradición de la universidad donde va casi todo el mundo, no sabes lo emocionada que estoy.
- Ya, ya, ya, esta bien fue un error, vaya no eres fácil de impresionar.
- ¿Me quieres impresionar? Dejame a adivinar: te acabas de dar cuenta que existo y como soy la única que te ha dicho que no ahora estas detrás de mí para subir más tu ego. Soy un reto, ¿me equivoco?
- Si se que existes desde el primer día que presentamos la prueba de admisión fuiste la primera en entregar, hemos estado juntos en casi todas las clases, eres una de las primeras notas, siempre te sientas en medio de la clase, intervienes en todas menos en redacción, acudes al equipo de natación, vas a las fiestas de la universidad, pero no a todas y cuando acudes no te quedas hasta el final además de eso siempre andas con Marta, Gabriel, una rubia que estudia arquitectura y su novio. ¿Me falto o me equivoqué en algo? - estaba impresionada ni yo misma recordaba que fui la primera en entregar ese examen.
- Si, estudia ingenería civil no arquitectura y ahora me preocupa en que seas un acosador.
- No lo soy, pero como bien dices un abogado se fija en los hechos - me guiña un ojo- yo soy muy detallista sobre todo en lo que me gusta.
- Impresionada, pero no lo suficiente para formar parte de tu lista.
- Aush, eso dolió.
- A ver, que te parece si somos amigos, no intentes meterte entre mis piernas y nos llevaremos bien.
- Acepto, eres buena negociante.
- Por eso soy abogada o pienso hacerlo y eres fácil de convencer.
Desde ahí empezó todo este desastre de sentimientos que se ha vuelto mí vida, sentimientos que creí haber dejado en el pasado y que ahora están haciendo de mí un caos.
¿Por qué tenía que regresar? Yo estaba bien ahora ¿Cómo voy a lidiar con esto?