Por la mañana me cuesta despertar a Darla, pero dejo dormir a los niños después de todo mi madre los va a cuidar hoy, al parecer a mi papá le dio síndrome de abuelitis, quiere pasar el día con sus nietos, yo no lo culpó mis tormentos hacen y consiguen que mi papá les de lo que quieren sea lo que sea.
- Me duele la cabeza, ¿porque me dejaste tomar tanto? - me reclama Darla.
- Bruja te dije cuando ibas por el quinto que no bebieras más, pero dijiste que la celebración valía la pena.
- Sabes que digo estupideces ¿por qué me haces caso?. - se sienta en la isla de mi cocina mientras le sirvo un café y un analgésico.
- Tomate eso y apura que vas a llegar tarde.
- No, es viernes así que puedo llegar tarde, ¿dónde vas tan guapa? - me pregunta.
- Al juzgado y después a una empresa averiguar sobre un caso que me tiene intrigada y visitar a mi cliente. - me miro al espejo que esta al cerrar la puerta de la cocina - no estoy tan elegante, exagerada.
- Si tú lo dices.
Me puse un vestido Vinotinto que me llega a tres centímetros sobre las rodilla ceñida al cuerpo que resalta mis curvas y mis piernas con un blazer n***o con tonalidades Vinotinto y unos botines de tacones negros que siempre uso a juego con este conjunto, no les miento me siento sexy hoy y me vestí de igual manera uno nunca sabe.
Al rato llega mi madre para arreglar a los niños y llevárselos a su casa, los amo, pero un poco de paz me hace feliz. Me voy a mis pendientes sin antes jurarle a Darla que si veo al socio y es guapo debe ser la primera en saberlo.
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Después de salir del juzgado me dirijo al hospital a ver a mi cliente, necesitó que me dé más información sobre la empresa para la cual trabaja, algo me hace ruido, resulta que lo despiden porque sus servicios ya no son necesarios por incompetente y causar un incendio pero según mi cliente fue porque encontró unos documentos donde reflejan una fuga de dinero considerable de hace años, preguntó a uno de sus superiores lo que sucedía y le dijeron que dejara el caso seguro vio mal y a los días ocurre un incendio en la sucursal donde trabaja y según los bomberos inicio justo en el lugar donde guarda su documentación, demasiada casualidad; no me gusta esto ni las evasivas de sus ex- jefes para entrevistarlos, quieren esconder algo lo que no saben es que yo soy una puta diosa extraordinaria en mi trabajo.
- Hola, ¿interrumpo? - me asomó a la habitación
- Doctora, pase... - entro a su habitación - me da gusto verla, se ve muy bien.
- Gracias, ¿cómo se siente? - me acerco y me siento en una silla cerca de su cama.
- Mejor, por lo menos estoy vivo - tenía un yeso en la pierna y una herida en la cabeza. - estoy preocupado por mi familia y que esa gente haga algo encontrar de ellos.
- Insiste con eso, ¿no? - me mira de reojo- se me está dificultando mucho conseguir lo que sucedió, sus jefes no me permiten hablar con ellos ni tener acceso a sus archivos.
- Obvió que van a ponerle muchas trabas, yo lo que quiero es que dejen a mi familia tranquila que estén a salvo, maldigo el día que me di cuenta lo que esos sucios le hacían.
- ¿De casualidad no tendrá esos papeles?, con ellos podríamos armar un buen caso meter presos a esos delincuentes y tendrá lo que es justo y lo que con tanto esfuerzo se ha ganado.
- Esos papeles es lo que me trajo a esta cama, los tengo en un lugar seguro; pero esa gente tiene mucho dinero y poder nos pueden destruir, matar a mi familia, a usted y a mí.
- Entiendo lo que dice, pero si me dejara dominar por el poder de otros no estaría en donde estoy, así que confíe en mí.
- Confió en usted, pero ¿sabe en el peligro que se mete?, esta gente no tienes piedad si no mireme quisieron quemarme y ahora provocaron un accidente de auto.
- El peligro es parte de mi trabajo es el riesgo para meter defender inocentes y meter a criminales en la cárcel.
Estuvimos hablando por una hora de todo lo sucedido, me dijo donde buscar los documentos que necesito y del cuidado que debo tener cuidado.
Unas horas más tarde llegó al bufete y me sorprende ver que todo el personal femenino esta revolucionado y no se el porqué.
Me acerco a mi asistente personal que está en su escritorio perdida en sus pensamientos.
- ¡Ana, Ana!- espabila como si aterrizara de donde estaba.
- Valeria, jefa ¿qué sucede? - me pregunta sin entender nada.
- Dime los pendientes del día...- camino a mi oficina
- Bueno, llamaron de las oficinas de los juzgados para la notificación de unos casos, el señor Omally pregunto por usted y se le informo donde iba estar, llamo su madre para notificarle que los niños los iban a llevar a comer a fuera de la ciudad y que no se preocupara si no llegaban esta noche, la estuvo llamando a su celular, pero no contestaba.
- Perfecto, eso significa que están hiperactivos y los están volviendo loco, avisarle al señor Omally que estoy aquí y comunícame con el juzgado a ver qué casos son esos. - me siento en mi oficina y se queda mirándome, pensando si me dice o no lo que piensa. - ¿me quieres decir algo?
- ¡Ay, Valeria! - se sienta toda emocionada - Es un bombón, que digo bombón es lo que le sigue se nota que lo hicieron con amor.
- ¿De quién me hablas mujer?
- Del nuevo jefe del bufete, el señor Omally no los presento su oficina va a quedar ahí - me señala la oficina que está al frente de la mía, si dejo la puerta abierta podría ver todo dentro de esa oficina y viceversa.
- ¿Porque en esa? Hay más oficinas.
- El señor Omally indico que arreglaran la oficina porque van a trabajar en conjunto o algo así dijo, la verdad estaba más perdida en esos ojos. - la veo extraña.
- Valeria, ese hombre es un sueño es mucho más guapo en persona que en la televisión, aunque con la fama que tiene su firma no entiendo porque se vino para acá.
- Si es tan guapo como dices debe tener novia, esposa o miles de mujeres.
- A mí no me importaría ser parte de sus mujeres.
- ¿Así de guapo es para que olvides tus principios?
- Si así de guapo, fuerte y comestible.
- Aja, pero a todas estas aun no me dices quien es.
- Te vas a caer para atrás cuando lo sepas, imagínate es nada más y nada menos que...
Somos interrumpidos por el sonido del teléfono el cual Ana responde como toda una profesional.
- Si señor, ya llego. Por supuesto, no hay problema, hasta luego.
- Esas llamadas son extrañas – se ríe - déjame adivinar: Omally.
- Si señora, el mismo quiere que subas a su oficina, esta con el bombón, así que ponte más guapa porque ese hombre es lo que tu necesitas.
- ¡Oye! No necesito de hombre para ser feliz.
- No, pero si para que te quite el estrés.
- Eres insoportable. - me levanto para salir camino a la oficina de Omally.
Mientras voy subiendo pienso ¿quién será ese hombre? ¿será tan guapo como dicen que es? ¿me quitara el aliento como a todas?, no ya nadie puede hacerlo solo un hombre fue capaz de eso y ya lo olvidé.
Salgo del ascensor y veo a Martha la secretaria de Omally, es una señora muy amable, pero muy callada a veces meda la impresión de que le pagan para ser muda.
- Hola Martha, ¿él señor Omally está en su oficina?, mando a llamarme.
- Hola, señorita Dunner, ¿cómo esta?
- Bien, trabajando, ¿él señor?
- Esta ocupado con el nuevo jefe, la estaban esperando.
- Gracias. - camino hacia la oficina del señor Omally.
Toco la puerta y solo escucho cuando me manda entrar, al abrir escucho como se ríe con un señor que esta de espalda hacia la puerta; quedo petrificada mi mundo empieza dar vueltas, mis manos empiezan a sudar solo por el hecho de que se quién es, conozco esa risa, esa actitud, ese perfume.
Como un demonio, ¿cómo podría ser él?
- Ahí estás...- dice Omally volteándose a mi - ven para presentarte a nuestro nuevo socio.
El voltea lentamente y ahí está frente a mí, ciertamente es el hombre más guapo del mundo, con los ojos más claros que el cielo, la sonrisa más picara, espalda hacha, brazos duros y fuertes cuerpo de dios griego que te hace alucinar, porte del rey del mundo y soberbia resplandeciente.
- Te presento a nuestra socia y nuestra mejor pieza de trabajo - le dice Omally mientras sus ojos están en los míos y su expresión es...solo indescriptible.
- Valeria...- interrumpe al señor Omally susurrando mientras que mi cuerpo se eriza de solo escuchar de nuevo mi nombre en su boca; porque de todos los hombres tenía que ser él, justo él, el amor de mi vida, el hombre de mis sueños, el hombre que más ame y que ahora odio, mi exesposo y el padre de mis hijos.