Guardé silencio mientras los tres caminábamos detrás del director. Ella caminaba en el medio de ambos, pero se encontraba más cerca de mí, daba la impresión de que sabía que estaba protegida. Levanté mi mano y toqué mi labio, había un corte justo en la comisura derecha pero él no estaba para nada limpio, su nariz quebrada y cuando mañana despierte tendrá un lindo moretón en el ojo. Mal nacido, se merece mucho más que eso. Llegamos a la oficina, nos hizo sentarnos y se sentó frente a nosotros. - ¿Y bien? ¿Quién va a comenzar? – Habló el director. Miller estaba por hablar. - Yo – Dijo rápidamente la única femenina presente. Solo me limité a mirarla de costado. - La escucho. - Lo que pasó es que Massimo estaba nervioso y se puso un poco... violento conmigo, y Paolo solo quiso... defe