Valeria se quitó los guantes de látex y suspiró. Había sido un día largo.
Después de asistir a la reunión de Sonia, había pasado la mañana con los restos. El equipo había pasado el día anterior inventariando todos los huesos que ella había desenterrado y colocándolos en la plataforma forense. Lo único que no estaba presente en la mesa de acero inoxidable era el cráneo. Que lo habían colocado en una habitación separada, dejando los numerosos fragmentos para que ella los reconstruyera después de su revisión inicial de los huesos.
Había terminado el resumen más o menos cuando Alejandro había venido con su almuerzo. Por ella supo que la víctima era mujer, entre veinticinco y treinta años de edad, con marcas de principios de artritis reumatoide. Durante el almuerzo, había completado la mayor
