Capítulo 5

1681 Words
Son las nueve de la mañana en la iglesia de San Juan, mientras Elvis estaba en el altar con un traje blanco con Jude a su lado mientras esperaban pacientemente a su novia. Mirando hacia el pasillo, la vio acercarse con su tío. Se veía tan hermosa y estaba radiante. Podía sentir su corazón hincharse mientras pensaba para sí mismo que en la próxima hora, ella sería su esposa. -Vaya, se ve encantadora- murmuró Jude. Elvis sonrió y sin apartar los ojos de Rose, respondió: -Lo sé- Cuando estuvieron cerca del altar, se acercó a ellos y Joshua se la entregó con un -cuídala bien- Elvis asintió -con todo lo que tengo- Rose se rió entre dientes y ambos se volvieron para encontrarse con el sacerdote mientras Joshua iba a sentarse junto a una sonriente Elizabeth. Fue una boda hermosa y todos quedaron satisfechos con el resultado cuando se fueron a la recepción. En la recepción, Thomas se puso de pie para hacer un brindis por la boda de su hijo, notó que el día era hermoso en su familia porque todos estaban presentes, tanto su familia como sus amigos. -¿Puedo tener la atención de todos por favor?- eso hizo que todos lo miraran -Quiero hacer un brindis por mi hijo y su esposa, oro y les deseo un matrimonio feliz con estas llaves de una mansión en Beverly Hills en Nueva York- Con asombro, Elvis se puso de pie con su esposa y se apresuró a abrazar a su padre, se sorprendió y nunca esperó un regalo tan grande de sus padres. Lisa miró a su madre -Espero que papá me regale algo así de grande en mi propia boda- afirmó. Erica la miró fijamente -primero intenta tener una relación seria y luego hablaríamos de tus regalos de boda- Ella puso los ojos en blanco ante eso, sin esperar que su madre se burlara de ella con sus relaciones inestables -lo que sea- Con gratitud y felicidad, Elvis apreció a su familia y amigos que vinieron a acompañarlo en su día más feliz. Y después de todo, él y Rose fueron al hotel que reservaron para su noche de bodas, mañana volarían a su nuevo hogar y pasarían su luna de miel allí. *** En Beverly Hills, había una casa muy grande con flores plantadas por todas partes. Tenía un hermoso jardín que olía a rosas y lirios recién florecidos. Había una pasarela colorida desde la puerta hasta el porche del edificio y con una flota de autos y bicicletas eléctricas -qué hermosa casa y autos- dijo Rose con una sonrisa -tu padre realmente nos dio lo mejor- -¿Te gusta?- Le preguntó Elvis. -¿Gustar? Me encanta, cariño - Un hombre se les acercó con una cara sonriente -bienvenido señora, señor, soy Lucas, el de seguridad- -Encantado de conocerte Lucas- dijo Elvis y Rose asintió. -Gracias señor, déjeme traerle esto- dijo, avanzando para cargar sus maletas. -Gracias- dijo Rose dulcemente mientras entraba a la casa con su esposo solo para asombrar de nuevo el interior de la casa. *** -¿Qué debo hacer y cómo debo hacerlo de nuevo? Han pasado dos años de nuestro matrimonio y este es el segundo aborto espontáneo. Hice lo mejor que pude para conservarlo, dejé de trabajar y no me estreso. ¿Qué más se supone que debo hacer?- Rose gimió, todo lo que espero ha sido sobre el embarazo, para finalmente darle a Elvis su propia familia. Elvis la abrazó y trató de consolarla tanto como pudo -cariño, no es tu culpa, escuchaste al doctor decir que son ciertas anomalías uterinas o tejidos cervicales débiles. Por favor, ¿puedes dejar de llorar? Está bien, vamos a seguir intentándolo hasta que tengamos nuestro propio hijo, además te amo y eso es todo lo que importa, ¿vale? Por favor- La besó y la abrazó hasta que se durmió. Mientras la sostenía, pensó en cosas que hacer para ayudarla, no suele estar en casa y necesitaba a alguien que la cuidara, especialmente en este momento, en el estado en el que se encontraba, teme lo que podría encontrar en casa un día. Rose ha tenido un poco de depresión desde que perdió a su primer bebé y se ha ido recuperando lentamente desde que descubrieron que estaba embarazada de nuevo. Ahora que lo ha perdido, él teme lo que se pueda hacer a sí misma y por eso, incluso tuvo miedo de dejarla para ir a trabajar al día siguiente. Se le ocurrió una idea y lentamente apoyó su cabeza en la almohada y salió de la habitación, a Rose le encantan los manjares, era un hábito que escogía después de su matrimonio, y si hay algo para mejorarla es tener diferentes tipos de manjares delante de ella. cada vez que ella tenía hambre y eso es algo que él no puede hacer debido a la naturaleza de su trabajo. Decidió contratar a una gran cocinera y, al mismo tiempo, a alguien que se quedara en la casa con ella y la vigilara. Entró en su estudio y encendió su computadora portátil, luego buscó a cualquier chef que necesitara un trabajo o un cocinero o alguien que realmente sepa cocinar. Hizo un formulario de trabajo y lo dejó en línea; afirmando audazmente que lo que quiere es un buen cocinero antes de retirarse al dormitorio. A la mañana siguiente, lo primero que hizo fue revisar el formulario de trabajo y se sorprendió al ver a muchos solicitantes, concertó una reunión con ellos de inmediato y, pensándolo bien, decidió dejar que Rose se encargara de ello, le alegraría el día. y también la mantendría ocupada hasta que él regrese más tarde en la noche. También le encantaba la idea de que ella eligiera quién sería, después de todo, ella sería la que pasaría todo el día con quien fuera. Hizo un desayuno sencillo y lo llevó arriba, Rose todavía estaba acostada en la cama, y él sabía que estaba despierta y probablemente pensando en su hijo perdido. Dejando la bandeja en el tocador, se sentó a su lado en la cama y la besó suavemente en la cabeza -hola, buenos días-. Ella no le respondió y él no se sorprendió: -Te preparé el desayuno- -Gracias- murmuró sin mucho entusiasmo. Elvis suspiró, pero pensando en lo que quería decirle, sonrió: -Sé de una buena manera de que pases el día-. Cuando ella no respondió, continuó: -He concertado una entrevista con muchos cocineros, vendrían hoy y tienes todo el día para entrevistarlos y elegir a quien quieras al final del día- Rose lo miró entonces con el ceño fruncido -¿una cocinera? ¿Para qué necesitamos un cocinero?- -Bueno, digamos ... um- se lamió el labio inferior -alguien que cocine todos esos manjares que siempre me muestras que veías en línea, ya sabes. Y además, necesitas descansar, no tienes que preocuparte por nada, simplemente recuéstate en la cama luciendo bonita mientras alguien hace todo por ti. ¿No crees? - Rose se recostó en la cama, no estaba interesada, nada le interesaría ahora a menos que le dijeran milagrosamente que su bebé está bien -bien, lo que sea- -Vamos cariño, no seas así- -Elvis, está bien, haré lo que quieras, lo sabes- -¿Los entrevistarás?- -Claro, sería mejor que estar acostada en la cama todo el día- Elvis sonrió -ese es mi ángel- la besó en los labios y se puso de pie -por qué no desayunas mientras yo me preparo para el trabajo, el primer solicitante estará aquí a las doce- -Está bien- asintió con la cabeza pero aún estaba acostado en la cama, Elvis suspiró y se fue al baño, casi llegaba tarde al hospital. *** Un hombre estaba parado en la sala de estar, tiene un cabello castaño intenso y ojos grises atractivos, sus labios eran una línea rosa y tiene una nariz perfectamente puntiaguda. Con solo mirarlo, se puede ver que se toma muy en serio sus entrenamientos. Era musculoso, vestido con un jersey n***o que realzaba sus abdominales y bíceps. Llevaba unos vaqueros azules y unas zapatillas blancas. Se quedó mirando las hermosas fotos de la boda en la sala de estar, un destello frío brilló en sus ojos y justo en ese momento, escuchó pasos detrás de él y se giró para mirar a la mujer que bajaba las escaleras, sin rastros de su frialdad. su rostro. Le mostró a la mujer una hermosa sonrisa y observó cómo su encanto trabajaba en ella como lo hace con cualquier otra mujer. Rose había estado entrevistando a mucha gente hoy y estaba cansada y molesta porque ninguno de ellos tenía ni idea de lo que ella quería y la mayoría eran mujeres mayores, no querría una mujer mayor en su casa, que lo haría. estar cuidando de quién entre ellos? Los otros eran niñas y niños de la escuela y por alguna razón, ella quería que se concentraran en sus estudios, nunca bromea con los estudios. Había subido a su habitación después de entrevistar al último de los solicitantes y tenía sed y decidió bajar a tomar un vaso de limonada cuando vio al hombre de pie en su sala de estar mirando las fotos de su boda. Cuando la miró y le ofreció una sonrisa, ella sintió que perdía el ritmo, ¿qué estaría haciendo un hombre como él en su casa? Luchando por su atracción por él, ella preguntó: -¿Quién eres tú?- -Perdóneme señora, pero ¿un trabajo en línea indica que está buscando un cocinero?- preguntó. Incluso su voz era tranquilizadora; era profundo y aterciopelado, casi como una caricia de pluma a su corazón. Ella se aclaró la garganta y abolió el estúpido pensamiento -¿sí?- Se acercó a ella al pie de las escaleras -Vengo a solicitar el puesto, señora- sonrió. Rose frunció el ceño, ¿es cocinero? El mero hecho de mirarlo no sugiere que deba ser instructor de gimnasia o incluso modelo. Pero a pesar de que pensó, terminó preguntando -¿cómo te llamas?- -Micah Bills-
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