Para Cameron, sinceramente la alegre sonrisa de Teresa, era más que suficiente como arruinarle su mañana. —¡Cam! Adiós a sus días calmados en la escuela… —T-Teresa… —no podía evitar la decepción al verla. Y es que ya iban tres días sin parar… —Te preparé el almuerzo, Cameron —un sonrojo adornaba su rostro, mientras trataba en vano de ocultar sus evidentes nervios—. E-Espero te guste… Extendió el envase hacia Cameron, quien lo recibió de manera automática, sin poder rechazarlo. Aunque luego, claro, había caído en la cuenta de lo que estaba aceptando. —Espera —frunció el ceño—, no puedo… —¡Por favor! —gritó ella, mientras corría a la salida del salón, abandonando el pequeño almuerzo en manos de Cameron. Tras ella, las risas de Marlon y Tyler, sus mejores amigos, surgieron de inmedia