Encuentros

1025 Words
Seth y Abril pasaban las tardes juntos, desde que él salió del hospital y ella al fin había regresado a Ciudad Ni. Una de esas tardes, habían decidido caminar por uno de los ríos que desembocaban en el mar, un sendero que iba paralelo al río y en un punto se unía al malecón. Algo común entre ellos, platicar de todo y de nada, reír de nada y por todo; pronto el sol comenzaba a ocultarse. Seth tomó de la mano a Abril y la acompañaba a su casa para dejarla. Cuando llegaron, Abril le invitó a pasar para cenar con su familia, pero no había nadie en casa, ella revisó su celular y descubrió un mensaje de Augusto: *Salimos a cenar, porque no sabemos a qué hora regresarás. Te traeremos algo, besos* -Creo que tendremos que preparar algo, no hay nadie en casa –Abril se sintió un poco avergonzada, ya que si hubiera visto el mensaje antes, ella definitivamente habría decidido comprar comida ya hecha. -Está bien, veamos que hay en el refrigerador para preparar –Seth se escuchaba más confiado, e incluso divertido con la situación. Él comenzó a hurgar por la cocina, y para su propia satisfacción encontró los ingredientes suficientes para darle una idea. Le dio simples indicaciones a Abril, mientras él hacía lo que a su criterio parecía más complicado. Tan solo 30 minutos después, un olor suculento salía de la cocina, Seth sirvió dos platos y se sentaron en el comedor. -No había probado la pasta de esta manera – dijo Abril sorprendida. -Es a la carbonara, mi mamá la ama, así que no ha sido difícil para mí aprender la receta –Seth aceptaba orgulloso. Siguieron conversando, terminaron de cenar, y la plática continuaba. Hasta que escucharon la puerta de la casa abrirse, dando paso a las voces de Sandra, Julio y Augusto, así como risas de ellos. -¡Vaya! Huele delicioso, ¿cocinaron? –Sandra, entró directo a la cocina y descubrió la cacerola con la pasta. Julio llegó abrazando a Abril y saludó a Seth. Augusto dejó la comida que le habían traído sobre la mesa, y robó un bocado del plato de Abril. -¡Esto sabe bien! –Augusto hablaba con comida en la boca. –Seguramente Seth lo preparó, Abril no tiene esas habilidades. – Abril lanzó un puñetazo al hombro de Augusto, ofendida. –¡Jamás has probado nada de lo que cocino! – -¡Porque no cocinas! –Se alejó Augusto a un lugar más seguro para él. Sandra salió de la cocina con un plato, comiendo de él. –De haber sabido, nos quedábamos a cenar en casa. – -¿Tan bueno está? A ver, dame – decía Julio, acercándose a su esposa para probar un bocado. Las risas y la charla se extendieron hasta las 11 de la noche. Julio le ofreció a Seth llevarlo a casa, siendo acompañado por Sandra y Abril. ** Un sábado… Seth había invitado a Abril a ver una película a su casa. Estaban en la sala sentados en el piso, con golosinas y refrescos sobre la mesa, riendo de la película cómica que Seth había elegido. Continuaron jugando videojuegos, eligieron un juego FPS en equipos contrarios, y cuando Abril comenzó a perder, se le ocurrió una manera de hacer trampa. -¡Oye! - Abril se paró justo frente a él, tapando parte del televisor. Seth se puso de pie, y la empujó sin mucha fuerza con su cuerpo, mientras ambos seguían compitiendo. Abril continuaba perdiendo, la sonrisa que tenía, volvió a desaparecer. Lanzó el control al sillón, como si estuviera dándose por vencida, y se abalanzó sobre Seth para besarlo. Él sabía lo que Abril pretendía, pero no opuso resistencia. Dejó el control de la consola a un lado y la tomó de la cintura, invadió su boca con la lengua, invitándola a jugar con ella. En medio de la supuesta disputa, Lisa, la hermana menor de Seth los trajo de vuelta a la habitación. -¡Seth! Sabes dónde… ¡Ahhh!! –Lisa estaba bajando las escaleras a gran velocidad, lo que provocó que tropezara en el último escalón; lo bueno era que se había sostenido del barandal, lo que significó que se balanceó con el suficiente vuelo para caer con el trasero. Fue una suerte para Seth y Abril, con el grito de susto de Lisa, ambos se giraron de golpe para ver que le había pasado, cuando notaron que no había sido nada de gravedad, comenzaron a reírse; y Lisa no vio la escena poco apta para ella. ** Un domingo... La familia de Seth rentaba una casa en la playa, por lo que acostumbraban preparar parrilladas y pasar el domingo juntos. Abril fue la invitada especial aquel día. Seth y su hermana, le mostraron algunas de las actividades en las que solían ocuparse: desde construir castillos de arena, jugar voleibol, volar una cometa y la principal: nadar en el mar. Se acercaban constantemente a la parrilla para comer lo que había disponible, teniendo pláticas amenas y riendo de chistes. Cuando estaba cayendo el atardecer, Seth y Abril caminaban tomados de la mano, por la orilla de la playa, el agua refrescaba sus pies, mientras una conversación se desarrollaba. -Explícame eso de la teoría conductista - le pidió Seth. -Básicamente, estudia cómo el medio ambiente influye al comportamiento de las personas. Comenzó Pavlov... -Abril le explicó con lujo de detalle, mientras Seth la observaba embelesado, por cómo le explicaba, la pasión de sus palabras, la emoción en sus ademanes. -Te quiero Abril - la voz con la que lo declaró fue normal, aun así, Abril no lo escuchó. -Perdón, ¿qué dijiste? -Preguntó honestamente. Seth se detuvo de su andar, para pararse frente a ella, la tomó de las mejillas, fijó sus ojos en ella y sonrió con dulzura -Te quiero Abril - le repitió. Ella abrió los ojos con sorpresa, un cosquilleo recorrió su cuerpo haciéndola sonreír. Era la primera vez que se lo decía. -También te quiero Seth - las palabras salieron de su boca naturalmente, porque lo sentía al igual que él.
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