«Apenas dos semanas y ya estaba cansada de este trabajo, supongo que ya me había acostumbrado al trabajo de oficina. Solo era temporal hasta que encontrara algo mejor y que fuera con mi carrera pero tuve que aceptar lo primero que encontré para no fundir mis ahorros. Mamá demandaba mucho y yo esperaba un bebé, tenía que gastar al mínimo. Esta fue mi primera opción.» Después de cerrar la caja, a las doce y quince de la noche, que por suerte la última función solo era de ochenta minutos, pudo comenzar a recoger sus cosas. —Valeria, ya me marcho, Luis te ayudará a cerrar la puerta.—se despedía su compañera de nombre Belén. —Está bien. Ve con cuidado. Ya he llamado mi taxi. —Tú también. Luis que te espere hasta que llegue el taxi. —No te preocupes. —Que se quede contigo, ya es tarde.—i