Sentados en el coche, en las afueras del aeropuerto, Ramsés tenía las manos sobre el volante y su mente perturbada. Su hija había tenido que huir del país y él lo invadía la ansiedad. No pensó que sería tan perturbador matar a una persona, aquel miedo en su consciencia y el fuerte d***o de no haber hecho eso, arrepentimiento. —Será cuestión de tiempo, Emma, hasta que descubran el cuerpo y aunque le dije a Elena que yo no me vería implicado, ambos sabemos que no soy un profesional en esto, seguro que algo encuentran que me relacione con su muerte. Cometí el error de estrangularla primero. No sé de esas cosas, pero puede que se encuentre algo que me relacione allí. —Te dije que te fueras con Elena, ¿crees que estás joven como para ir a la cárcel? Realmente no podrías librarte de eso, al f