Había pasado la semana que Valeria ofreció de plazo para renunciar. Era viernes. Los viernes empezaban a ser traumáticos para Adrien Mckenzie. Sobre todo cuando Valeria Richardson entró a su oficina sin previo aviso, anunciando con voz firme que había renunciado, solo para volver a salir sin dejarlo reaccionar o poder decir una sola palabra. La vio marcharse con su enorme bolso colgando de un brazo y una pequeña caja de cartón en sus manos con las pertenencias que tenía allí. Cuando desapareció de su vista, Adrien se puso de pie, algo exaltado, golpeó su escritorio con ambas manos y luego caminó por su oficina, aflojando su corbata. Fue cierto, cumplió con su palabra y solo renunció. Pero…Adrien no estaba dispuesto a que eso pasara. ¿Dejar de ver a Valeria? ¿Eso significaba que i