Elena no dejaba de marcarle al teléfono, Adrien esperaba junto a la puerta de la habitación donde le estaban haciendo un chequeo a su esposa, por el desmayo, los golpes que le propinó Elena y él embarazo. Al cabo de un rato su teléfono dejó de sonar, Elena dejó de llamarlo. Adrien asumió que llegó su turno en la cita y solo se resignó a que él no estaría allí con ella. Una enfermera abrió la puerta, percatándose de que Adrien estaba allí. —Señor, es usted el de antes. ¿Es familiar de la paciente? —Soy su esposo.—dijo con dudas, mirando hacia otro lado, era extraño admitir aquello o decírselo a alguien mas. —Oh, ¿desea pasar? Casi terminan. —No se preocupe. Esperaré aquí. —Bien.—la enfermera se marchó por unas cosas y luego regresó. Cuando los doctores se fueron, ella se detuvo p