Aquel primer día de trabajo, Valeria buscó su mejor ropa. No era como que quisiera impresionar a nadie, pero quería verse bien, que se notara un cambio en ella, al menos en el exterior.
Tomó un Audi que había en la cochera y miró por el espejo retrovisor a su casa, en esa semana llegaría su mamá, esperaba con ansias los días, le tenían una enfermera que cuidaría de ella en la ausencia de Valeria.
Sus vidas iban a cambiar para bien.
Verificó que el bolso era el adecuado y se marchó en su nuevo coche, con su nueva ropa, hacia su trabajo.
Al llegar allí, toda nerviosa, se preparó mentalmente para entrar, concibiendo la posibilidad de que se encontrara con Adrien, era muy probable.
No rogaría, esa fue su primera regla. Él debía de ir a ella, pero no a costa de ella arrastrarse, no sabí
