Cuando Elena llegó de Montecarlo, Adrien estaba en el aeropuerto esperando por ella, después de todos esos días que estuvo fuera. Allí, Elena tomó una decisión, dado que su mentira podría desmoronarse con su regreso y aunque ahora quedara embarazada sería muy obvio que antes mintió. Le diría la verdad a Adrien. Su verdad, a su modo y acomodo. Corrió hacia él de manera romántica en ese encuentro. Rodeó su cuello y lo besó con ansias, saboreando sus labios y mirando el bello rostro de aquel hombre que había conquistado para ella, para nadie mas, por siempre. No le daba ningún mérito a Valeria, se consideraba lo suficiente como para acaparar la mirada de un hombre de su clase, era merecedora de él y él de ella. Como si tarde o temprano él llegaría a sus brazos. Como almas gemelas, do