Durante todo ese momento, mientras Atalia hablaba con sus compañeras lobas, Serenity y Serabelle, sumidas en su propio mundo de hermanas, continuaban su conversación con renovado entusiasmo. —Aun no puedo superar que parezcas una auténtica guerrera, Sery —dijo entonces Belle, admirando la belleza etérea de su gemela en su atuendo dorado—. ¿Vas a pelear durante la batalla? Serenity frunció sus labios en una línea tensa, meditando su respuesta. —Sanaré a los heridos, te protegeré a ti y a Gideón... pero no mataré a nadie, ya tuve suficiente con los hombres de Varkan que fueron a capturarnos. Belle asintió, comprendiendo los escrúpulos de su hermana ante la idea de arrebatar una vida. —Tienes razón... yo en la batalla despejaré el camino, que los lobos maten al enemigo. Quiero lucirme, m