La batalla entre Thorger y Atalia era una danza letal de acero y furia desatada. Cada golpe, cada estocada, ejecutada con una precisión mortal ponía a prueba los límites de ambos guerreros formidables. La princesa de Zythos blandía su espada con la gracia de una depredadora, deslizándose de un lado a otro con una agilidad que no tenía espacio para el cuestionamiento. Los movimientos de la mujer guerrera eran rápidos y letales, aprovechando cada ínfima abertura en la defensa impenetrable de Thorger. La hoja de acero de su espada destellaba con reflejos acerados, hambrienta por encontrar carne tibia para cortar. Pero Thorger era una verdadera e indomable fuerza de la naturaleza. Cada poderoso mandoble de su hacha de batalla, forjada en acero n***o, hacía temblar la tierra bajo las sandalia