Imparable.

1643 Words
–Que lo partan 3 rayos, no me importa– estoy molesta y no sé ni por qué. ★Nick. Llegué al lugar donde rento y la vecina estaba platicando con su hija en el porche, la señora es de edad y la niña tiene como 3 años. La forma en la que le hablaba, como ambas reían mientras la lluvia me empapaba, me quedé por no sé cuánto tiempo viéndolas reír. –Mami, el vecino se está mojando– comentó la niña mientras apuntaba hacia mí. Fue cuando reaccione y comencé a caminar a mi casa. Rachel dice que puedo comprar mi propia o mudarme a una de las casas de la herencia, pero no me interesa, ese dinero no era mío, nada en esta vida es realmente mío, no lo gané, y no acostumbro a tocar algo que no me pertenece. Entre y me quedé viendo a todos lados, prendí la luz, pero la apagué al instante. Viví en la oscuridad por tantos años que me resulta imposible adaptarme a la luz, e incluso en ocasiones debo usar lentes oscuros, ya que mis ojos no están acostumbrados. Me adentré en la ducha para lograr quitar de mí todo lo que pasó hoy. Debí ir al juicio, debí estar en ese lugar, viendo como el hombre que me ocasionó tanto dolor era condenado, viendo como… La puerta de mi casa comenzó a sonar. Me coloqué lo más rápido que pude algo de ropa y salí a ver quién era. –Vecino– era la mujer quien traía un recipiente y a su pequeña niña aun lado, mientras sujetaba con la otra mano un paraguas. –¿Qué hacen aquí?– pregunté, pero la pequeña niña entro a mi casa y comenzó a prender la luz. –Mami, ¿Por qué el vecino ve en la oscuridad? ¿Señor vecino es usted un gato?– qué niña tan entrometida. –Mi amor ven acá, vecino solo vine a traerle caldo de pollo, lo vi bajo la lluvia y eso le ayudará a no enfermarse– ella extendió la charola hacia mí. –Gracias, pero no puedo recibirlo– respondí dándome la vuelta, pensaba que la mujer iba a irse, pero entro a mi casa y camino a la cocina. –¿No tienes sartenes? ¿En qué cocinas?–la mujer estaba en mi cocina rebuscando, pero no encontró nada. –Por suerte el caldo está caliente, vamos niño, ven a comer.– Me le quedé viendo por un instante. Tuve otro recuerdo de mi madre. «–Nicolás, mi amor ven a comer– gritaba mi madre mientras yo aún permanecía arriba de un árbol, me encantaba subir a ellos, ya que lograba mirar todo al rededor. –Ya voy mamita– traté de bajar bien, pero resbalé y caí en un charco, toda mi ropa quedó empapada y todo mugroso me puse en pie. Caminé hasta donde estaba mamá en espera de mi regaño. –Mami, lo siento– mencioné con la cabeza agachada y ella se acercó a mí. Creía que me iba a llamar la atención, pero no fue así. –Mi pequeño Nick, ¿No te lastimaste?, déjame verte.– sus manos comenzaron a tocarme en busca de algún raspón más, al final terminó haciéndome cosquillas. Ambos reíamos sin parar y luego me mandó a bañarme. Cuando salí del baño ella había preparado caldo de pollo. –Mami, ¿Cuándo vendrá papá?– pregunté y claro, vi como una lágrima resbaló de los ojos de mi madre. –Vendrá en unos días, ya sabes que el trabaja mucho, y no puede estar con nosotros todo el tiempo, come mi amor– me quedé viendo el caldo de pollo y por alguna razón el hambre que tenía desapareció. » –¿Vecino se encuentra bien?– preguntó la señora. –No me gusta el caldo de pollo, por favor váyanse de mi casa– no las quiero aquí, no quiero que vengan a querer hacer y mover a su antojo un lugar que solo me pertenece a mí. La señora volteó a ver a su pequeña, quien estaba sentada en el sofá balanceando sus piernitas, ya que no alcanzaba a tocar el suelo. –Por favor coma, mañana le traeré otra cosa– menciono la mujer quien comenzó a caminar, tomo la mano de la pequeña y caminaron a la salida, antes de salir por completo la pequeña se me quedó viendo y sonrió. Por alguna razón su sonrisa inocente me recordó a la descarada muchacha que conocí hoy. Salieron de mi casa y aproveché para cerrar todo y apagar las luces, solo me iluminaba la luz escueta que se colaba por la ventana. Caminé hacia donde la mujer había dejado el recipiente y solo lo probé una vez, no tenía esa sazón, no sabía a nada, nada de la comida que ingiero tiene sabor, quizá haya algo mal en mis cuerdas gustativas, ya que nada me gusta. Pero aun así termine de comer todo, lave la charola y después me fui a acostar. De nuevo las pesadillas no me dejaron dormir, así que solo caminé a la biblioteca y comencé a leer todo lo que pude, por el hecho de que solo cuento como con 10 libros, los cuales me regaló Rachel para que vaya adquiriendo conocimientos. Pero por más que trate de concentrarme en la lectura no lo conseguí. Mi celular comenzó a sonar y solo apareció el mensaje de una persona que decía la dirección, una foto de la persona que estaba buscando en un traje blanco. Me quedé por un momento viendo la pantalla y recordando un poco. Fue por mi saco y salí. No era muy tarde, apenas eran las 11 de la noche. La lluvia se había calmado, pare un taxi y le di la ubicación, el hombre me llevo hasta que se detuvo en una discoteca. Pague al taxista y entre al lugar. Estaba ambientado en tonos oscuros con rojo, era una combinación muy buena. Me senté en uno de los apartados que tenían la vista periférica de la pista de baile. –¿Desea algo de tomar?– pregunto una mesera. –Una cerveza– respondí, la mesera asintió y comenzó a caminar mientras mi vista aún seguía buscando a ese hombre de blanco. Pero mi atención se fue completamente en la mujer que tocaba el enorme piano en el centro de la pista… ★Mia. Me escapé por la ventana de mi cuarto, con un conjunto de ropa en mi mochila, ya soy mayor de edad, pero mi familia es muy peculiar, me gusta salir sola, en ocasiones voy al cine o a caminar en el parque, pero el día de hoy tenía unas enormes ganas de ir a bailar, no puedo usar mi auto, ya que mis padres se darán cuenta de que me escapé. Así que pare un taxi y le dije al taxista la dirección, pero olvide mi cartera en el auto, de eso me di cuenta en cuanto el taxi se alejaba, ahora no tenía como regresar. Entre a la discoteca y comencé a cambiarme de ropa, me miré en el espejo y dije. “Mía hoy te ves hermosa”– me guiñe un ojo y salí, lo primero que llamo mi atención fue el hermoso piano antiguo que estaba en el centro de la discoteca, ¿quién mete un piano en una discoteca? Me acerqué a él y comencé a palparlo. Es hermoso, era de madera, no de comprimido como los hacen hoy en día, ha de estar muy pesado. –¿Quieres tocarlo?– se acercó a mí una de las meseras. –¿Puedo?- pregunté y la mujer asintió. Claro que quiero tocarlo. Acomode el taburete y levanté la tapa del piano, las teclas eran de un color peculiar: eran rojas, y las negras, sonreí, el rojo es mi color favorito. Comencé a tocar ligeramente pasando los dedos por el teclado, aún había música de la discoteca, así que creo que solo yo podía escuchar lo que mis dedos comenzaban a tocar. Mi corazón estaba agitado y me sentía de maravilla. Comencé a cantar unstoppable –Sia. “All smiles, I know what it takes to fool this town I'll do it 'til the sun goes down And all through the nighttime Oh, yeah... Oh, yeah, I'll tell you what you wanna hear Leave my sunglasses on while I shed a tear It's never the right time Yeah, yeah I put my armor on, show you how strong I am I put my armor on, I'll show you that I am” Mientras tocaba sentí que alguien no paraba de verme, sentía que me comían con la mirada, así que lo busque hasta que encontré al hombre de ojos grises que me miraba, y comencé a cantar viéndolo solo a él. “Break down, only alone I will cry out loud You'll never see what's hiding out Hiding out deep down Yeah, yeah I know, I've heard that to let your feelings show Is the only way to make friendships grow But I'm too afraid now Yeah, yeah I put my armor on, show you how strong I am I put my armor on, I'll show you that I am I'm unstoppable I'm a Porsche with no brakes I'm invincible Yeah, I win every single game I'm so powerful I don't need batteries to play I'm so confident Yeah, I'm unstoppable today” La música de fondo se detuvo, pero yo no, al final solo toque unas cuantas teclas y todos comenzaron a aplaudir, pero yo solo la cante con más ganas, cuando lo vi a él es como si la canción le quedará como anillo al dedo aunque desconocía la razón, lo vi sonreír por un segundo, después desapareció de mi vista. .....
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