Segundo encuentro.

2432 Words
El juicio se dio y Rachel sufrió mucho con la muerte de ese hombre. Pero mil veces le he dicho que debe ser fuerte para su bebé. Alan dejó de darme lata, creo que se cansó de que yo sea una ganadora. Los meses transcurrieron hasta que el día más soñado llegó, Rachel dio a luz. Fui corriendo a comprar un peluche en forma de un perrito, y se lo enseñé a duque, así se llama el perro que me regaló Rachel, es un hermoso perrito que le saca canas a mis padres, ya que todo lo destruye, le falta adiestramiento. Supongo que este amigo canino me representa a la perfección. Me encaminé a casa de Rachel cuando me enteré de que ya la habían dado de alta. Me quedé un rato viendo a la mujer que traía un horrendo gorro en la cabeza, y no lo pensé más cuando salí corriendo. -¡Rachel!-, todos dirigimos la atención hacia mí, pero no me importa, estoy que ardo de la felicidad por ver a mí mejor, mejor amiga al fin… No me importó lanzarlo todo al suelo solo para abrazar a Rachel, es la única que logra comprenderme y no cree que estoy loca. -Rachel, has dado a luz y ahora soy tía- estaba tan emocionada que me autonombre tía. -¿Tía?-Rachel inquirió -Mia-, pienso que estoy lastimando a Rachel, ni siquiera sé si su parto fue cesárea, no debería ser tan brusca… -Escucha, deja a mi sobrina, pequeña - Sentí como alguien me alejo de mi mejor amiga como si fuera una pluma, sus brazos me rodeaban y tuve una sensación muy extraña, los vellos de mi cuerpo se rizaron con el agarre de este hombre el cual me sujetaba con fuerza, era una fuerza extrema, pero no lograba lastimarme, por alguna razón me sentí ¿Segura?. Tenía que abandonar esa sensación. -Disculpa Rachelita- Pronuncié y giré mi cabeza para poder ver al hombre que se sujetaba, era guapo, sus ojos grises y alto, pero me parecía familiar, -Déjame anciano, yo solo quiero festejar a mi amiga, Rachel dile que me suelte este troglodita-comencé a patalear, pero él no me soltaba sino que al contrario es como si me agarrara más fuerte, "Bueno si quiere abrazarme quien soy yo para impedirlo" -¿A quién le dices troglodita, maldita, duende?-Se defendió. -No te preocupes, estoy bien tío Nick, suéltala, ¿Qué haces aquí Mia?-Preguntó Rachel mientras me miraba emocionada y yo era soltada por ese hombre, pero sentí un vacío. "Abrázame de nuevo anciano" pensé… El hombre que es idéntico al criminal que murió le preguntó a Rachel quién era, pero no soy estúpida, no nací ayer, este hombre es al que mataron. -Rachel, ¿él es tu Sugar Daddy? ¿Dónde puedo encontrar uno?-, pregunté, haciendo que Rachel y el hombre guapo se rieran. -Acaban de llamarte sugar Daddy- pronunció el hombre guapo con una sonrisa, Dios me mandaste a un hombre tan varonil y yo tan atrabancada que soy. "Diosito me ama" -Rachel, ¿ese tipo guapo quién es?- Pregunté, la sonrisa del hombre al que me refiero desapareció de su rostro. -Tío Nick, amor, les presento a mi mejor amigo Mia- Nick… Ya sé qué nombre escribiré en mis libretas, Nick y Mia. -Hola, soy la fantástica y hermosa Mia Williams. - dije estirando mi mano a Nick, pero él no la recibió. -Mia, por favor contrólate- Rachel me llamó la atención, quien no paraba de sonreír. El hombre de Rachel respondió una llamada y detrás de él se fue el guapísimo tío. -Mia que gusto me da verte, pero dime ¿qué haces aquí?- vine a conocer a tu tío, no es obvio, el destino me mandó… -Tu tío es muy guapo!- pronuncié. -Mi tío, es extraño, mejor dime ¿qué haces aquí?-. Dios que trasero, tiene más que yo, ¿Quién dice que las mujeres no podemos darnos un taco de trasero?. -La universidad se está poniendo buena últimamente, Denisse sigue diciendo que es mejor que tú, ya se acostó con el profesor de literatura y con el de aritmética, pero nadie es mejor que mi mejor amiga, la ex ciega que me hace reír, te amo hermanita- Rachel comenzó a reír, pero no me desmotiva, sino al contrario me gusta verla reír. -Volveré en unos días, ¿Quieres conocer a mi bebé? Te va a encantar, es hermoso, sus ojos son de dos colores, uno marrón y otro azul, es hermoso.- ¿ojos de dos colores? No solo le traje un presente a mi sobrino, sino también las tareas para que Rachel no se atrase. Comencé a caminar hacia dentro de la casa, la curiosidad por conocer al mini bebé me estaba carcomiendo, pero cuando llegué a mi destino, me detuve al sentirme observada por todos los presentes. -Rachel, estás rodeada de hombres que salieron de revistas de modelaje.- mencioné la primera estupidez que me cruzó por la cabeza. -Rachel, tengo que irme, el juicio comenzará en una hora- mencionó el hombre de mi amiga. Dos personas más se pusieron en pie y dijeron que irían… "Yo…" el tío guapo también quiso decir algo, pero no lo dejaron, solo contuve la risa y él se dio cuenta de que estaba por burlarme de él. -Yo iré con ustedes- Si se va Rachel tendré que regresar otro día. Uno de los hombres guapos comenzó a regañarla, pero no presté mucha atención, ya que no paraba de ver al tío papucho que me estaba mirando, era como una guerra de miradas, no sabía de dónde lo conocía, pero… -Mia puede cuidarlo- escuché mi nombre a lo lejos y volteé a ver a Rachel y después al tío guapo que levantó una ceja en señal de burla. -¿Qué yo qué?- estaba confundida… -No dejaré a mi hijo con una desconocida.- ¿Que yo cuidaré al bebé? ¿Pero quién me cuida?. -¿Tío Nick?- si Rachel que me cuide tu tío… -Deje todo como lo planeamos, me quedaré con la desconocida y el bebé, ustedes vayan- Rachel se emocionó, pero su tío solo se me quedó viendo, ¿De dónde te conozco?. ★Nick. Ahora me quedaré a cuidar a dos bebés. Qué fastidio, yo quería ir al juicio. -Está bien, me quedaré a cuidar al bebé con el anciano- pronunció la tal Mia, qué nombre tan horrible, a quien se le ocurre llamar a una niña Mia. Damián , Rachel, Simón y Strella se fueron y me quedé con esta niña. -Anciano, ¿Sabes cambiar pañales? Está cosita, ya se cajeteo-. -¿cuál anciano? ¿Cajetear?-, no voy a cambiar pañales, ni siquiera sé cómo se hace eso, ella es mujer, debe de hacerlo. Además, odio que me llamen anciano. -¿ves a otro anciano aquí? Vamos viejo, no seas amargado y cambia al cajeteado- ella miraba al bebé con mucho temor, como si el bebé pudiera hacerle algo, más le puedo hacer yo y no me mira de esa manera. -En tu vida vuelvas a llamarme viejo, niñita- me acerqué a ella. -Lo que tienes de guapo lo tienes de amargado, por eso te salen arrugas, anciano, muévete, voy a cambiar a este nene tan lindo- cuando estaba a punto de pasar a mi lado la tomé de la muñeca. -Nick- mi nombre es Nick no anciano. -Me llamo Mia, es un gusto conocerte- ella me vio con una radiante sonrisa que me hizo sentirme extraño, nunca había experimentado una sensación como esa y me molesta, odio sentir esto… -El nombre del niño es Nick, el tuyo no le interesa a nadie, peque- con mi dedo le di un ligero golpe en la frente para tratar de que le entre más en su cabeza lo que quiero decir, que deje de verme como me mira y que deje de mandar corriente eléctrica a mi cuerpo que se sienten peor que cuando me daban toques eléctricos en el manicomio. -No soy peque- parece molesta, pero no logro que me moviera ni un centímetro. Mejor me pasó, por un lado, y tomó al pequeño en brazos, al parecer ya le perdió el miedo. Caminé y me senté en el sofá, mientras la observaba, por alguna razón no puedo despegar mis ojos de ella, es como si… -Que hermoso eres pequeño Nick, tus ojitos son hermoso, ese cabello n***o y tus mordibles cachetes, ¿quién es la criatura más linda del mundo?- me le quede viendo y escuchar mi nombre en sus labios y como llamaba y hablaba al bebé de una forma tan dulce me molestó. -Dile bebé, no Nick, y deja de hablarle como retrasado, es un bebé, no un idiota.-Me puse en pie, ya que creo que jamás cambiará al pobre niño. -Muévete que voy a cambiar al cajeteado- ¿Acabo de llamar cajeteado al bebé? Eso solo me hace enojar más, sin duda tengo un enorme problema de ira, Damián me está atendiendo para eso, él es mi psicólogo de cabecera. -Tienes una arruga aquí- puso su mano en su frente y la tomé, se sente cálida, es suave y no quiero soltarla. Pero odio esto. -Si vuelves a tocarme te arrancaré las manos y se la daré a comer a Daisy- voltee a ver a Daisy y ella siguió mi vista y comenzó a sonreír. -La hermosa Daisy me quiere, es linda, Daisy, comete a este hombre- Daisy se puso en pie y comenzó a ladrarme. La solté ya que mi agarre ya se había prolongado mucho y me le quedo viendo a la perra, después comencé a desvestir al bebé y le cambie el pañal, ella no paraba de reír. Comenzó a caminar y se colocó frente a mí, metiéndose como la humedad, su perfume era dulce, cerré los ojos por un instante y vi a mi madre. "Nicolás, te amo hasta el cielo" hace mucho que no tenía recuerdos tan vividos de mi madre. "Mami, eres la mejor" ella comenzó a llenarme de besos y yo a reír sin parar hasta que llegó Raquel. Abrí los ojos y la escuché hablar. -Nick, este tonto no supo cambiarte, pero tienes a tu tía que te va a cambiar- volví a cerrar los ojos, pero ya no recupere esos recuerdos y el rostro de mi madre estaba borroso, ni siquiera recuerdo cómo era. -Déjalo así- ella me vio extrañada. La hice aún lado, pero volvió a pasar aún lado de mí. -Tienes un tío abuelo muy gruñón, pero ¿Me preguntó si tendrá novia? Es probable que no, por qué quien quisiera tener un novio tan I.D.I.O.T.A.- estoy molesto, muy molesto y ni siquiera sé la razón, esta mujer me irrita, no la soporto. En un movimiento rápido la llevé contra la pared y la vi como si quisiera descifrar qué es lo que ella guarda en su interior, ¿por qué me pone de esta manera?, ¿por qué no la soporto? peor ¿qué es esa corriente y porque...? ¿Por qué me está tocando la mejilla? Su toque me incomoda, no soporto que nadie me toque, ya que solo recuerdo cuando me hablaban y me llevaban a ese lugar, al lugar donde me formaron como un monstruo. -¿Por qué no le gusta que lo toquen? Señor, ¿Por qué no sonríes? Te robaré una sonrisa si me das un beso- ¿Beso? Mi vista bajó a sus labios rojos y por un momento pensé en besarlos. Hasta que la escuché hablar regresándome a la realidad.-¿Le llamó la atención, anciano?-, sonreí de lado ¿Ella llama mi atención? No la quiero cerca, así que me aleje y comencé a caminar a la sala. -Nick, mi nombre es Mia, pero puedo ser tuya- ¿Mia?. -Eres una mujer muy descarada- hablé. -No te decía a ti, le decía al pequeño Nick… Soy su tía, verdad que si Nick, soy toda tuya, yo voy a ablandarte por qué me gustas, ¿quién es el bebé más lindo del mundo?- no sé el porqué me decepcionó un poco que dijera que le hablaba al bebé, me le quedé viendo. Ella no me agrada. Me quedé dormido en el sofá. Tenía una pesadilla, de nuevo estaba en ese lugar, en mi cuello aún estaba el collar de choques y todo me dolía, ya había matado a tres hombres de blanco, todos ellos por qué solo se me dio la gana, quiero matarlos a todos, pero me llevaron a la silla eléctrica una vez más…"No, más, ya no más" suplicaba, eran de las primeras veces que me daban toques... "Hermana Raquel diles que ya no más" comencé a llorar mientras conectaban esas cosas en mi cabeza. Escuché la voz de mi madre y su mano acariciando mi frente. -No tengas miedo, una luz apareció en el firmamento, iluminando todo alrededor y te das cuenta de que estás en un hermoso prado, Nick, yo seré tu prado- eran las palabras que mi madre solía decirme cuando me levantaba por las noches tras una pesadilla, su mano acariciaba mi cabello. "Gracias, viejo" Abrí los ojos despacio y la figura de mi madre desapareció siendo suplantada por una de las mujeres de blanco. La tomé fuerte del brazo, mi cuerpo giró posicionándose arriba de ella, mis manos estaba en mi cuello presionando con fuerza, quiero matarla, quiero muertos a todos los de blanco… Ella me acarició el rostro y fue cuando la escuché decir… "Viejo…" mi vista dejó de ser borrosa y vi a la mujer debajo de mí. -Peque- ella comenzó a tocar cuando la solté -Lo siento me recordaste a alguien- -Debiste odiarla mucho como para… Los odio a todos… -Viejo, yo no soy esa persona…- ella tomó mi mano, no sé por qué me gusto y la puerta se abrió. -Bebé mami, te extraño tanto…- era Rachel quite la mano de entre la de ella y me acerque a Rachel diciéndole que me iba… "Yo también me voy" Salí antes de que ella terminará de hablar. La lluvia me ayuda a pensar, hoy ha sido un día muy extraño. -Anciano sube- detuvo el auto mojándome por completo, de por sí ya estaba mojado, pero no quiero subir al mismo auto que ella, esa mujer me irrita mucho. -Prefiero caminar- la ignore y continúe caminando. -¿Por qué no te agrado?- no lo sé. -No te conozco, Mia- pronuncié lo primero que se me vino a la cabeza. -Podemos conocernos mejor.- eso me da… -Prefiero que me parta un rayo- Será mejor mantener distancia. No la quiero cerca.
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