Capítulo 13: La nueva asistente
Dos días antes.
Azael no iba a obedecer a su padre sin saber primero el verdadero contexto de la situación.
La universidad en la que Caín enseñaba era vieja pero costosa, una de las universidades más caras y antiguas del país, el mobiliario sin duda lo demostraba al continuar con los diseños antiguos que le daban un aire escalofriante.
El lugar era grande y estaba a reventar de estudiantes tanto fuera como en el interior del edificio. Azael era consciente de la atención que estaba atrayendo especialmente de algunas estudiantes, sin embargo no tenía tiempo para pensar en eso.
Recorrió el enorme patio del campus que lucía tan viejo y desgastado como el resto de la escuela. Finalmente en el último edificio del campus se encontraba la oficina de la directora. La mujer ya lo esperaba ahí cuando Azael llegó.
—Mucho gusto señor Walk soy la directora Stone— dijo la mujer levantándose de su pequeño escritorio y extendiendo la mano hacia él.
Azael la tomó con formalidad y esperó que la mujer volviera a su lugar tras el escritorio para él sentarse frente a ella.
Odiaba esa posición, Azael sabía perfectamente cómo funcionaba el juego del poder, mientras la mujer se sentaba en una silla mucho más grande y alta intimidaba a cualquiera que estuviera del otro lado del escritorio.
Pero no a él.
—¿Le sirvo un poco de café o agua?— preguntó la mujer de cabello rubio teñido que llevaba una tirante cola de caballo impecable, un traje café y tacones bajos.
—Dígame qué es lo que ocurre—dijo Azael yendo directo al punto, odiaba la falsa cortesía, le parecía una completa pérdida de tiempo.
—Como ya debe saber hay un rumor por la escuela de que el profesor Caín Walk está saliendo con una alumna, la familia Walk siempre a sido muy respetada, especialmente en esta escuela, nunca correremos el riesgo de perder a alguien como el profesor Caín Walk, sin embargo el rumor es mucho más delicado de lo que pensábamos.
—¿A que se refiere?— preguntó Azael acomodándose mejor en la incómoda silla.
—Bueno verá...— la mujer cortó su idea mientras miraba a otro lado con incomodidad— no se como decir esto de la mejor manera pero hay un rumor en especial que me preocupa.
—Y eso es...— respondió Azael comenzando a irritarse.
—Se cree que la alumna con la que se rumorea que sale el profesor Caín está embarazada.
Azael tuvo que tomar una respiración rápida para no demostrar lo descolocado que lo dejó esa afirmación.
— ¿Y suponen que mi hermano es el padre?
La directora asintió con la cabeza con pesar.
—Hemos intentado hablar con la chica pero se niega a decir nada.
— ¿Y qué les hace pensar entonces que mi hermano es el padre de ese niño?
La directora miró hacia la puerta de la oficina ahora cerrada como si temiera que alguien pudiese escucharla antes de responder.
—Porque su hermano fue quien lo dijo.
…
Azael realmente tendría que hablar con su padre al respecto si es que quería que hiciera algo por Caín y su vida desordenada.
Desde que Azael recordaba su padre se había deslindado por completo del cuidado de Caín, simplemente le había dado su apellido por conveniencia, para que nadie pudiese decir que la esposa del gran Derek Walk se había “atrevido” a serle infiel y no solo eso si no también dar a luz al hijo de otro hombre. Pero fue claro desde el principio que Derek no amaba a su hijo bastardo y que nunca lo amaría, después de todo no era su hijo, solo era la prueba de la traición de su esposa. Así que Azael terminó por convertirse en una especie de cuidador sustituto, si bien Azael no le llevaba más de unos pocos años debía encargarse de sus gastos e inscripciones pero especialmente debía encargarse de resolver todos los problemas en los que Caín se metía.
Por que Caín siempre disfrutó de molestar a su padre, de frustrarlo y volverlo loco, siempre encontró la manera de meterse en algún problema desde que era un adolescente y con esta noticia parecía que no cambiaría nunca.
Azael estaba harto.
Suspiró con cansancio cuando llegó a el salón del cuarto semestre, la única persona en su interior era la presencia de una chiquilla de 19 años que parecía enfrascada en una discusión con la persona que hablaba por teléfono.
En cuanto lo vio entrar colgó la llamada.
— ¿Eres Enya?
La chica asintió claramente incómoda.
—Dime, ¿estás embarazada, estás esperando un hijo de Caín Walk?
La chica se pasó el cabello atrás de las orejas con incomodidad antes de responder.
—Estoy embarazada, si. – dijo mientras comenzaba a agitar el pie con ansiedad y se acomodaba mejor en la banca de metal— pero no es de Caín.
A Azael le sorprendió la familiaridad con que la chica dijo el nombre de su hermano.
La misma chica debió darse cuenta por la expresión de sorpresa y arrepentimiento que dio dos segundos después de responder.
Azael se dio cuenta que había algo que no le estaba diciendo.
— ¿Entonces por qué mi hermano está diciendo que es su hijo? ¿Le mentiste?—Azael cada vez se sentía más cansado, tenía problemas propios que resolver como lo que haría ahora que se dio cuenta de lo perdido que estaba respecto a su asistente y como seguiría trabajando con ella cuando ni siquiera era capaz de controlarse cuando la tenía cerca, pero tenía que estar aquí resolviendo los problemas de su hermano.
Otra vez.
Vio a la chica llevarse las manos al vientre y pudo notar tras esa incomodidad una ráfaga de fuego en sus facciones como si el sentir al bebe que estaba gestando le diera fuerzas de pronto.
—Realmente no lo sé— dijo poniéndose de pie pero pese a eso tenía que mirar hacia arriba aun para enfrentar a Azael—él sabe que no es su hijo, no puede ser su hijo por qué bueno..— se detuvo un momento como si no supiera como terminar esa oración, la vio tomar su vientre con las dos manos antes de terminar—él solo es mi profesor y... un buen amigo.
Azael no percibió la mentira en la chica así que o la chica era excelente mintiendo o decía la verdad.
—¿Me estás diciendo que no sabes por qué mi hermano está asumiendo la paternidad de un niño que no es suyo?
La chica negó con la cabeza.
Parecía honesta, de nuevo, pero Azael seguía notando como la chica no le estaba diciendo todo, sin duda sabía algo mas pero no parecía que lo fuera a soltar por nada, por la forma en que abrazaba su vientre sin duda lo que fuese que no le estaba diciendo afectaba de una y otra forma al niño que llevaba en el vientre.
—Mira — dijo intentando mantener su irritación al margen—Un rumor como este es algo que la familia nunca aceptará, y la persona que saldrá más afectada de todo esto no será Caín... serás tú y lo que tienes ahí abrazado—dijo señalando donde ella envolvía su vientre con sus propias manos.
Esa última afirmación tuvo el efecto deseado en la chica que mostró un rostro de alarma.
Dio un paso hacia atrás.
—No se atreva a tocar a mi hijo— sentenció y parecía realmente dispuesta a luchar, pero también lucía aterrada.
—Tendrás que ayudarme a detener este rumor, si esto se sale de control Caín será el único que salga bien librado.
Y Azael sabía que era cierto, su padre jamás dejaría que la familia se viese manchada con otro escándalo, y si aquello se salía de control terminarían por convertir a esa chica embarazada en el chivo expiatorio. Él no tenía la intención de amenazar a la chica pero toda esa situación lo tenía demasiado cansado y lo único que quería era irse de ahí y acabarse alguna de las botellas de su reserva.
Sobre todo porque pronto sería diez de enero. La fecha del año que él más despreciaba pero que siempre recordaría por el resto de su vida.
—Parece que eres cercana a Caín, así que habla con él y convéncelo de terminar esta tontería.
Fue lo último que dijo antes de dejar a la chica pensativa y preocupada tras él, sin embargo no parecía tan preocupada como al inicio, parecía que dentro de ella maquinaba alguna manera de resolver todo ello mientras abrazaba fuerte su estómago con un gesto de sorprendente protección a lo que estaba creciendo ahí.
Una vez fuera de la universidad Azael se obligó a alejar su mente de la situación. No era su problema, había ido ahí tal y como su padre le había pedido, lo demás ya no era su responsabilidad.
No era la niñera de Caín.
…
Presente
Azael no la soltó hasta que uno de los guardias del hospital notó que había alguien en la azotea y decidió ir a investigar. A Nicol le impresionó el oído y la capacidad de atención de Azael que se retiró de su boca para darle un suave beso en el cuello antes de bajarla. Él no la soltó hasta que sintió que sus pies estaban firmes contra el suelo.
El guardia abrió la puerta dos segundos después.
Ambos bajaron al tercer piso de nuevo sin embargo Nicol se negaba a volver a su habitación sin antes ver a su padre y asegurarse por sí misma que él estaba bien.
Nicol se lo dijo a Azael y esperó que este le dijera que entonces se iría pero él simplemente asintió.
Una extraña sensación de temor llenó a Nicol al sentir a Azael ir tras ella. Ella no le había explicado en absoluto de la precaria situación de su padre y una parte de ella se sentía avergonzada de dejarlo ver a su padre en tan mal estado.
La habitación estaba igual de fría y solitaria que siempre y su padre se encontraba en la misma posición con la máquina que lo mantenía con vida de nuevo constante dando a Nicol un alivió enorme pero había algo extraño detrás de ese alivio, algo extraño que no le gustó. Algo parecido a la decepción.
—¿Cuánto tiempo lleva así?— preguntó Azael tras ella.
Nicol miró en silencio a su padre por un momento antes de contestar, la garganta cerrándose con dolor.
—Un año— respondió con pesar.
Azael no respondió nada solo la rodeó para acercarse al hombre postrado en la cama de hospital.
Y de nuevo Azael no le cuestionó el porqué había decidido mantenerlo tanto tiempo conectado como habían hecho todos a los que se los había dicho. En cambio él solo se acercó junto a la cama de su padre y lo miró en silencio.
—Te pareces a él— dijo de pronto
Esa sensación cálida comenzó a llenar el pecho de Nicol.
—¿Tú crees?— dijo ella acercándose también.
Él giró la cabeza hacia ella y pasó la mirada por su rostro escaneandola, fue bajando por sus labios y su cuello, Nicol casi podía sentir que él la acariciaba con la mirada, siguió por su pecho y Nicol sentía que se calentaba cada centímetro de su cuerpo donde él la miraba, siguió todo el camino de su torso y sus piernas con toda la calma del mundo mirando la forma ahora desaliñada de su falda de tubo azul marino y Nicol sintió el impulso de tirar del dobladillo más abajo pero se mantuvo quieta mientras él seguía desnudándola con la mirada. Nicol sintió como un escalofrío comenzaba en su espalda y bajaba hasta depositarse entre sus piernas. Ella no entendía lo que estaba pasándole, como es que él podía provocar estas sensaciones en ella con solo mirarla.
Al final él volvió a mirarla a los ojos y pasó algo sorprendente, algo que Nicol no esperaba ver.
Él le sonrió y de nuevo estaba ahí esa sonrisa depredadora y atemorizante que en lugar de instarla a huir la hacía querer acercarse más. Era como una presa que estaba cayendo en la trampa del depredador.
Azael dio un paso hacia ella y al mismo tiempo la puerta del cuarto se abrió y una mujer en bata blanca entró tras ella.
—Me imaginé que estarías aquí— le dijo la doctora refiriéndose a ella. —Lo lamento pero es muy tarde para el horario de visitas, por ahora debes ir a tu propia habitación Nicol, mañana se te informará formalmente del estado de tu padre.
Nicol tragó saliva tratando de tomarse un momento para dispersar el calor y el deseo que su cuerpo estaba comenzando a despertar en ella antes de girarse a la doctora y asentir.
—Puedes tomarte el dos de enero también si lo prefieres Nicol, solo debes venir a la oficina para que me ayudes con la contratación de la nueva asistente— dijo Azael y pasó junto a ella para dejar el hospital, él ya no le dio una segunda mirada y el frío volvió lentamente a Nicol.
La idea de una nueva asistente definitivamente terminó por helar cualquier calidez que hubiese quedado dentro de ella.
La idea de otra mujer trabajando para Azael en su lugar, haciendo todo lo que hasta ahora ella había hecho y estando tan cerca de él como ella había estado comenzó a despertar una especie de molestia y sentido territorial en ella que no conocía.
Y peor aún ¿qué es lo que Dante le haría cuando descubriera que Azael contrataría una nueva asistente y a ella la movería a un departamento diferente?
Solo esperaba que él no decidiera castigarla o aún peor meterse con su padre.
…
Nicol no esperaba recibir la visita de Sandra en el hospital, especialmente por que ella no le dijo nada sobre su estado o donde estaba pero ella asistió a verla al día siguiente.
Nicol apenas tuvo tiempo de decir nada antes de que la alta chica de cabello color zanahoria la alcanzara en la cama y la envolviera en un abrazo asfixiante.
—No te puedo dejar un segundo ¿no es así?— preguntó contra su cabello mientras la abrazaba más fuerte, Nicol se sintió feliz de verla y extrañamente emocional mientras le devolvía el abrazo con la misma fuerza.
—Está bien, estoy así debido al estrés al parecer—dijo con la voz un poco ahogada debido a la fuerza con la que Sandra estaba apretándola.— pero creo que ahora moriré de asfixia.— dijo con dificultad cuando Sandra apretó el abrazo aún más.
Sandra reaccionó poco después sujetándola con una disculpa en voz baja. Al mirarla Nicol vio que esta tenía los ojos ligeramente cristalinos y que la miraba con un gesto de culpa que ella seguía sin comprender.
Como si le hubiese hecho algo terrible y estuviese profundamente arrepentida.
— ¿Ya te han dado de alta? Iremos a comer pizza aprovechando que al fin tienes un día libre para mí.
…
Ese día Sandra estuvo pegada a ella de una forma más extraña de la habitual, al grado que ni siquiera la dejó ir al baño sola y esperó fuera de la puerta hasta que ella salió.
Nicol no tuvo mucho tiempo de pensar en el extraño comportamiento de Sandra por que el hecho de que Azael contrataría a una nueva secretaría la estaba comiendo viva por alguna razón que ella no terminaba de comprender.
Él día de la contratación llegó, estaba casi segura de que Dante a estas alturas ya sabía de su cambio de puesto en la empresa, sin embargo el hecho de que él no la llamara la estaba matando aún más que el hecho de que ya la hubiese contactado para torturarla.
Le sorprendió él temblor en sus manos mientras intentaba hacer el ligero maquillaje que Sandra le aplicaba todas las mañanas, con los días había mejorado pero ahora se sentía demasiado nerviosa y más torpe de lo habitual.
Se detuvo un momento para pensar dejando la brocha de maquillaje sobre el lavabo del baño que era lo más parecido a un tocador que tenían en el departamento.
Ella aun no entendía muy bien su relación con Azael, él seguía mirándola de esa manera, tocándola y besándola sin darle tiempo a registrarlo, incluso la había cuidado mas de lo que ella sentía que merecía, ahora que lo pensaba él siempre había actuado así, desde el día en que llegó a trabajar en la empresa él estuvo cuidándola, eso en lugar de alegrarla la hizo sentir como una basura por que ella había estado haciéndole cosas horribles a él desde el primer día.
Una parte de ella estaba desesperada por poder decirle a Azael la verdad de lo que Dante estaba haciendo con ella... y con él pero no se sentía con el valor de hacerlo.
Y se odiaba por ello.
Pero se estaba dando cuenta que estaba entrando en un paralelismo que odiaba aún más. Si ella no decía nada salvaría a su padre, pero dañaría a Azael, pero si decía algo dañaría a su padre.
Dando un respiro profundo se decidió a enfrentar lo que ese día trajera consigo.
…
Al llegar al trabajo y debido a lo que David le dijo no le sorprendió que el par de chicas que entraron en el elevador con ella lo miraran y luego hablarán en voz baja. Los rumores de que ella posiblemente tenía una relación con el CEO de la empresa seguía defendiéndose, sin embargo esa mañana David le envió un mensaje diciéndole que también se había difundido el rumor de que Azael la había despedido debido al otro rumor, eso había dividido la opinión de la empresa en dos, los que pensaban que todo había sido falso y orquestado por las apelantes al puesto que ya antes habían difundido ese tipo de rumores para quitarle el puesto a la asistente en turno y los que creían que era ella la que había intentado algo con el jefe y al final él se había dado cuenta y la había despedido.
Lo que ninguno de ellos sabía es que Nicol de hecho tendría una entrevista dentro de la misma empresa para solicitar un puesto que si todo salía bien sería aun mejor del que tenía en ese momento, sin embargo Azael le había aclarado explícitamente que no iría recomendada por él y que tendría que ser un esfuerzo cien por ciento de ella que fuese contratada o no.
Para su mala suerte la nueva asistente no estaba aún en el lugar de la oficina pero Dante si, sentado al borde de su escritorio tenía plantada una extraña sonrisa que no parecía en absoluto de alegría.
—Señorita Nicol, que gusto me da verla, ¿cómo se encuentra después de su colapso en el hospital?
Nicol tragó saliva notando como él parecía absolutamente furioso mientras soltaba palabras cordiales, pero extrañamente no parecía que su furia estuviese dirigida a ella en especial.
—Me enteré de su remoción— dijo y Nicol supo que no podría huir del tema ni de él
—Si, Aza... el señor Walk consideró que sería lo mejor— Dante sonrió extrañamente al notar su pequeño desliz.
—Parece que tu y el señor Walk se han acercado, ¿no es así Nicol?— de nuevo estaba ahí ese oscuro tono de satisfacción.
Nicol tragó duro pero Dante no pudo decir mucho más cuando la puerta se abrió y una chica entró tras ella.
La nueva asistente.
Y Nicol sintió como si un hielo le bajara por la espalda cuando la reconoció. Cuando la chica la miró de vuelta la reconoció también y su expresión no era de alegría.