Capítulo 15: La primera vez
Azael frenó de golpe el auto cuando el mensaje de Caín iluminó su teléfono, él esperaba que su hermano no hubiese ido a la oficina solo para hacer una escena solo porque Azael había decidido ir a hacer una visita a su escuela.
Pero era Caín, ese hombre jamás se quedaba quieto, mucho menos si alguien se atrevía a amenazarlo o meterse con sus decisiones. Azael lo sabía pero esperaba absurdamente que los años le hubiesen quitado esa rebeldía innecesaria que cargaba consigo desde que era un niño.
Y la chica con la Azael se había contactado en la escuela, ese chiquilla embarazada y feroz había desaparecido, su padre la había mandado a seguir desde que se enteraron del supuesto futuro hijo de Caín y un día ella simplemente ya no salió de su casa, después de un par de días a él hombre que había mandado a vigilarla se contactó con su padre para decirle que le parecía extraño, este terminó por entrar a la casa a la fuerza solo para descubrir que estaba vacía.
Su padre, Derek Walk, se enloqueció.
Y si bien Azael estaba preocupado por la reacción de su padre estaba más preocupado por el hecho de que Caín tuviera algo que ver con la desaparición de esa chica.
Sus dudas solo se acentuaron cuando Caín le envió una fotografía como único contenido del mensaje al teléfono, en ella se veía la parte de atrás de su camioneta y sentada con un considerable miedo mostrándose en su rostro mientras miraba por la ventana del auto estaba Nicol.
Azael tuvo que avanzar el auto cuando un auto tras él comenzó a sonar su claxon.
Intentó llamarlo pero lo envió directamente a buzón.
Un mensaje le llegó poco después seguido de la fotografía.
“Si la quieres tendrás que encontrarme.”
—Maldita sea, Caín— maldijo golpeando el volante y sonando el claxon por error.
Se obligó a mantener la mente fría mientras daba una vuelta de ciento ochenta grados con el auto, recibió algunas quejas de los otros conductores pero no podía importarle menos.
…
Nicol no sabía cuánto tiempo llevaba en el auto, Caín le había pedido que apagara su teléfono si no quería que él se lo confiscara, con palabras más amables pero el mensaje había sido el mismo.
Cuando el hermano de Azael la interceptó en el estacionamiento ella definitivamente no esperaba que él la obligara a subir a su camioneta, Ella sabía que técnicamente esto era un secuestró pero Caín lo había llamado “tomarla prestada un momento”. Al igual que la amenazó con “ponerla a dormir” si se le ocurría pedir ayuda.
Ese hombre tenía una maestría para disfrazar las palabras y que no sonaran tan ilegales como realmente eran.
Nicol nunca había tenido una pistola en la mano y nunca había visto una más allá de la televisión sin embargo no fue difícil distinguir que eso era lo que uno de los hombres tras ella estaba presionando contra su espalda.
Nicol no iba a mentir, el constante traqueteo del auto junto con el hecho de que no había tomado aún las medicinas que le habían enviado del hospital le estaban generando un horrible mareo por lo que no pudo hacer nada más que mirar por la ventana.
Después de lo que ella calculó sería por lo menos una hora de camino el auto finalmente se detuvo, Nicol pudo notar que antes de eso había pasado repetidamente por los mismos lugares como si esperaran que de esa manera ella no recordara volver por sí misma.
Por lo menos no le habían puesto una bolsa negra en la cabeza o algo parecido.
—Ya puedes bajar linda.— le dijo Caín desde el asiento del conductor.
Nicol miró incómodamente al gran hombre junto a ella que por su forma estática fácilmente podría ser un maniquí o un cadáver, pero en cuanto Caín dijo esto el hombre se bajó y después se apresuró a abrir la puerta para ella.
Otro hombre con la cabeza completamente calva y que podría ser gemelo del otro bajó del asiento del conductor y abrió la puerta para Caín quien bajó con una impresionante elegancia y porte digno de alguien quien sin duda podría usar su dinero en lugar de papel de baño sin sufrir por ello.
—Vamos— dijo y señaló el comienzo de una colina, Nicol se dio cuenta de que se habían detenido en medio de una carretera en la que claramente no pasaría nadie pronto.
Nicol intentó escalar la pequeña colina que rodeaba la carretera pero ni el uniforme ni su nula coordinación hicieron mucho para ayudarla.
De pronto una mano con dedos largo se extendió frente a ella y vio como Caín ya había subido y se ofrecía a ayudarla.
Ella miró su mano con duda antes de aceptarla y con un fácil tirón él la puso junto a él.
Caminaron un poco más entre los árboles y la maleza hasta que justo en el centro de todo ella se encontraron con una pequeña casa que desde fuera más bien parecía un taller como esos talleres de autos a los que llegaba la gente cuando sus autos se descomponían en medio de la carretera, sin embargo no había visto en ningún lugar algún aviso cercano de la existencia de un taller y el lugar lucía claramente abandonado.
Ninguno de ellos volvió a amenazarla con el arma que ella deducía que aún tenían con ellos pero no se arriesgó a hacer algo que los incitara a hacerlo.
Caín abrió la puerta oxidada del lugar insinuando que sin lugar a dudas sería ahí donde la llevarían. Nicol tragó saliva e intentó controlar él terror que estaba subiendo por su estómago en forma de náuseas.
—No voy a hacerte daño linda, quita esa expresión— dijo Caín apareciendo junto a ella y encendiendo las luces del lugar de golpe dejándola aturdida un momento. —solo quiero hablar.
El lugar estaba húmedo y realmente frío, había restos de autos aquí y allá pero ningún auto completo a la vista. Sin duda aquel lugar no había sido limpiado en mucho tiempo.
Lo vio rebuscar entre una de las cajas de herramientas mientras los enormes hombres que lo acompañaban cerraban la pesada puerta de metal y se plantaban tras ella.
Nicol apretó su teléfono, debido a que Azael le había regalado un teléfono Nicol usualmente solo utilizaba su teléfono viejo para contactos personales o para sacarlo en lugares que no le dieran mucha confianza, Caín probablemente había pensado que solo llevaba un teléfono consigo por lo que el iPhone era el único que le había quitado, suplicó a quien pudiera escuchar sus ruegos que su plan funcionara.
—Nicol Johnson— dijo Caín de pronto llamando su atención, sin embargo él no la estaba llamando, él estaba leyendo los papeles en sus manos. — cede la custodia de su padre quien se encuentra en el hospital debido a un coma prolongado a Dante Lyod y a su empresa para que ellos se hagan cargo de los gastos correspondientes y de la toma de decisiones sobre su salud, al firmar este documento ella estará a disposición de las órdenes del Licenciado Dante Lyod...
Nicol sintió como empezaba el pánico a crecer en su pecho mientras Caín Walk leía un documento que ella conocía muy bien.
Era el contrato que Dante le había hecho firmar.
—...además de aceptar que firma por voluntad propia y bajo ningún tipo de presión externa y en pleno uso de sus facultades.— dijo continuando con la lectura.— ella acedera a contraer matrimonio con el hijo primogénito varón de la familia Walk, Azael Walk, ella accede a este acuerdo por voluntad propia y en pleno uso de sus facultades y finalmente accede a casarse por bienes mancomunados que posteriormente pasarán a ser propiedad de su esposo en el momento en el que el matrimonio se formalice frente un juez... Tienes una linda firma aquí Nicol.— añadió Caín ampliando la sonrisa de satisfacción que mantuvo mientras leía ese maldito contrato que había llegado a perturbar la vida de Nicol.
— ¿Cómo...
Intentó decir pero no logró que las palabras salieran de su boca.
—¿Qué cómo lo supe? Tengo mis trucos, como veo que tu también los tienes, sin embargo yo quiero hacerte una pregunta a ti Nicol Johnson, si es que realmente te llamas así considerando lo bien que has ocultado esto— dijo agitando la pila de papeles en sus manos— ¿Azael sabe sobre esto?
La expresión de terror en el rostro de Nicol debió haber sido respuesta suficiente para Caín quien se echó a reír.
—Ya veo, así que este extraño acuerdo es solo entre tú y Dante, y ¿qué es lo que te prometieron a cambio de hacer todo lo que Dante te ordenara para enganchar a mi hermano en este matrimonio arreglado?
Nicol se mordió los labios sin atreverse a responder y deseando desesperadamente nunca haber venido aquí con ese hombre.
Apretó más fuerte su teléfono abrazándolo contra su cuerpo.
“Por favor, por favor” rogó y justo en ese momento comenzó a sonar con una llamada entrante.
Nicol maldijo interiormente al darse cuenta de que no le había quitado el sonido.
Caín la miró sorprendido, la expresión de felicidad desapareciendo de su cara solo un poco.
Con una mirada a los hombres enormes en la puerta uno de ellos se acercó y tirando se su brazo le arrebató el teléfono que seguía sonando, Nicol alcanzó a distinguir el número de su jefe en la portada antes de que se lo arrebataran.
Caín recibió el teléfono del hombre y sin dudarlo colgó la llamada entrante solo para que al minimizarse la llamada apareciera una clara muestra de que Nicol había estado compartiendo su ubicación todo ese tiempo con el número de la llamada.
—Vaya—dijo Caín sonriendo de nuevo pero con clara irritación— parece que te subestimé. — susurró lanzando el teléfono al suelo, el golpe lo apagó por completo y terminó de estrellar la pantalla ya de por sí rota.
Nicol saltó ante el gesto pero temió más por lo que Caín haría ahora que sabía que Nicol le había dado su ubicación a Azael.
—Parece que tendremos que hacer esto rápido— exclamó acercándose a ella. — ¿por qué no me dices que es exactamente lo que te ofrecieron a cambio de hacer esto? ¿Dinero?— Nicol no respondió— ¿un puesto en la empresa?— Nicol miró al piso y se mordió los labios negando a dejar que cualquier cosa que pusieran en riesgo lo que amaba pudiera salir de su boca— entiendo qué hay un trato de confidencialidad en este contrato así que tanto a Dante, como a mi padre, como a ti debe importarles mucho que Azael no se entere de esto, ¿debería preguntarle qué opina?.
Nicol levantó la cabeza ante la última afirmación mientras Caín señalaba como comenzaba a hacer una llamada por su propio celular.
— ¡No!— exclamó— no se lo digas— dijo bajando un poco más la voz al darse cuenta que había gritado.
— ¿Hablaras conmigo entonces o lo harás con Azael?
…
Azael notó que Nicol había comenzado a compartir su ubicación desde mucho antes de que Caín le enviara ese mensaje pero pensó que ella lo hacía por motivos de trabajo o incluso por error, pero no dudo en dar media vuelta y comenzar a seguirlo en cuanto Caín envió ese mensaje.
Después de que la ciudad fue quedando atrás y entró a carretera supo a donde se dirigían.
Tuvo que detener el auto mucho antes por si Caín había dejando a alguien vigilando cerca, de pronto la opción de compartir ubicación se detuvo y el mal presentimiento creció dentro de Azael al sospechar que Caín tal vez había descubierto a Nicol. Pero si su presentimiento era correcto él ya sabía a dónde la había llevado.
— ¿Y bien?— repitió Caín claramente exasperado. — ¿Qué fue lo que te ofrecieron a cambio de que cooperaras con mi hermano y mi padre?
—Mi padre— dijo Nicol obligándose a levantar la cabeza y a mirarlo a los ojos.
— ¿Tu padre?— preguntó él.
—Dante me amenazó con desconectar a mi padre si no hacia lo que él me dijera, y lo he estado haciendo hasta ahora ¡he estado cumpliendo todas sus malditas imposiciones y sus absurdas indicaciones para que él no tocara a mi padre!— Nicol sabía que había perdido el control mientras se daba cuenta de que estaba gritando mientras lágrimas de rabia bajaban por sus mejillas pero no le importó.
Estaba tan cansada de todo ello.
— ¡¿Crees que quiero esto? ¿Crees que quiero hacerle a Azael todo lo que le he hecho hasta ahora? Odio todo esto, odio ser la maldita marioneta de Dante, ¿por qué no puede dejarme tu maldita familia en paz de una vez?!
Nicol se quedó callada al por fin gritar lo que había estado consumiéndola por dentro. Perdió fuerza en las piernas y terminó por derrumbarse en el suelo cuando la adrenalina acumulada salió de su cuerpo.
Nicol esperó el reclamo o la furia de Caín pero este se quedó en silencio un momento, después...
Se echó a reír.
Eran carcajadas reales y escandalosas por las que terminó por agarrarse el estómago como si este le doliera por la risa.
Nicol solo pudo mirarlo estupefacta desde su posición en el suelo.
—Parece que tenemos más en común de lo que imaginaba.
Dijo y se acercó para ayudarla a ponerse de pie. Al ver que Nicol solo miraba con extrañeza la mano que él le ofrecía se acercó y la puso de pie tomándola por los brazos.
Nicol seguía demasiado confundida para quejarse ante su gesto.
— ¿De qué hablas?— preguntó ella.
—Parece que ambos odiamos a la familia Walk, y claramente no te agrada mi querido hermanastro ni mi padre, así que te ofreceré un trato... voy a ayudarte.
Nicol lo miró con una expresión que era una combinación de terror y sorpresa.
La soltó dando un paso de distancia hacia atrás al ver que su presencia claramente la incomodaba.
—Pero primero debes decírmelo todo, TODO— recalcó.
Nicol dudó por un momento sabiendo todas las formas en que eso podría terminar mal, pero estaba desesperada.
Así que lo hizo.
Cuando terminó su relato se sentía agotada y cansada pero de cierta forma un poco liberada.
—Dime algo— dijo Caín cuando ella terminó de hablar— ¿sabes por qué Dante te escogió a ti para esto?
Nicol negó con la cabeza.
Caín la estudió un momento como si no le creyera en un inicio del todo antes de asentir.
—Ya veo, pues tendremos que averiguarlo, y trabajaremos desde ahí, esa será mi tarea, la tuya será Dante.
Nicol trató de encontrar su voz mientras asimilaba el exceso de información que Caín le estaba dando.
— ¿Por qué me ayudas?— preguntó finalmente.
Caín amplió su sonrisa.
La sonrisa de alguien que sin duda promete problemas.
—Tengo mis propias razones, pero ya que estamos compartiendo secretos linda, te diré que sospecho que mi padre está detrás de la desaparición de algo que es mío, algo que es muy importante para mi, lo ocultó de mi y no pienso quedarme de brazos cruzados mientras no se dónde puede estar o que es lo que pueden estarle haciendo. Pero ahora que tengo esta información estaremos en igualdad de condiciones.
Nicol asintió sin confiar de todo en el hombre frente a ella pero notando algo entre líneas.
—Por la forma en que te refieres a ese algo pareciera que en realidad es un alguien— se atrevió a decir.
La sonrisa de Caín dejo entrever un poco de dolor al escucharla.
—Es mucho más que solo alguien.— dijo y Nicol pudo ver la devastación que reflejó la tormenta que eran sus ojos azules.
En ese momento se escuchó un golpe contra la sólida puerta de hierro sobresaltando a Nicol pero no a Caín.
—Parece que tenemos visita.— dijo Caín y luego extendió a Nicol el iPhone que aún guardaba.— lamento lo de tu otro celular pero creo que te hice un favor, ya no tenía salvación ese teléfono de todas formas, solo te liberaba de esa chatarra.
Dijo y por algún motivo sus palabras le dieron un mal sabor de boca a Nicol que iba más allá de la pérdida del teléfono.
— ¡Caín sé que estás ahí!— escucharon la voz de Azael claramente furioso dese fuera.
El escuchar su voz fue suficiente para que el corazón de Nicol comenzara a martillear como loco.
Ella había compartido su ubicación con Azael en los pocos segundos que la habían dejado sola en la camioneta. Debido al hecho de que Azael la había citado en ese lugar del estacionamiento específicamente Nicol sospechó que muy probablemente lo había escogido porque ahí no había cámaras que pudieran verlos, y el lugar estaba desolado por lo que si Caín se la llevaba de ahí nadie la vería ni sabría dónde estaba así que enviarle su ubicación a Azael fue lo único que se le ocurrió, consideró enviársela a Sandra que sin duda entendería que estaba en problemas o que se sentía insegura por algo si lo hacia, pero se negaba a involucrarla.
La única otra persona en la que Nicol pensó fue en Azael.
Un extraño deseo de llorar de alegría y de alivio le llenó el pecho al darse cuenta que él realmente había ido por ella.
Tragó y luchó por mantener la poca dignidad que le quedaba.
Caín hizo una señal a los hombres para abrir la puerta quienes claramente se veían menos confiados que momentos atrás mientras un golpe que podría traducirse como una patada desde el exterior hacía cimbrar la puerta.
—Pero señor...- dijo uno de ellos.
—Háganlo antes de que él destruya el lugar—dijo y parecía divertido con la idea.
Nicol comenzó a darse cuenta que esa supuesta burla constante por todo era muy parecida a el muro de frialdad que Azael ponía contra el mundo.
Los hombre abrieron la puerta y Azael apreció frente a ellas
Nicol nunca lo había visto así, lucía tan intimidante y tan increíblemente atractivo como siempre, sin embargo se veía desaliñado de una forma muy diferente al día en que habían enfermado y Nicol lo había llevado a su departamento porque a diferencia de esa vez no se veía débil y enfermo.
Todo lo contrario.
Estaba hecho una fiera, era como un depredador furioso al que le habían robado su cena y venía no solo por su cena si no por el ladrón.
Sus ojos barrieron el lugar hasta que se toparon con Nicol frente a Caín sin embargo pasó por completo de este último centrándose únicamente en ella.
Nicol pudo ver alivio cruzar su mirada un momento pero desapareció al siguiente para volver a ser reemplazado por ira haciéndole preguntarse si no se lo había imaginado.
En un par de zancadas él ya estaba frente a ella.
La tomó del brazo y en un fuerte movimiento la tomó del antebrazo y comenzó a caminar tirando de ella fuera del lugar.
—Azael...— comenzó Nicol pero realmente no sabía qué decir.
—Azael— lo llamó al mismo tiempo su hermano.
El nombrado se detuvo estando de espaldas a él y no se volvió al decir.
—Voy a matarte en cuanto la saque de aquí— exclamó y no parecía una amenaza vacía.
Caín río.
—Puedes matarme si quieres querido hermano, pero primero me dirás donde está Enya.—exigió, toda la diversión se había ido de su voz.
Azael finalmente se giró hacia él al escucharlo.
—Tú la ocultaste—respondió Azael pero no lucía muy seguro de esa afirmación.
—No te atrevas a insinuar tal tontería— exclamó Caín sin un resto de sonrisa en su cara.
Ambos hombres se veían igual de confundidos y furiosos, Nicol sintió como si estuviera en medio de una balastera sin protección, o como si estuviera en medio de dos peligrosos animales furiosos que esperaba a ver quien sería el primero en atacar y saltar a la yugular del otro, sin embargo ella no pudo quitarse del medio porque Azael no cedió en su agarre ni un poco.
—Y secuestraste a Nicol solamente porque pensaste que yo tenía a tu alumna— preguntó Azael y Nicol sintió como apretaba su agarre en su brazo casi haciéndole daño.
Caín sonrió pero no había alegría en su expresión.
—No la secuestré, solo la invite a conocer nuestro lugar— dijo señalando el almacén— ¿tu amabas jugar aquí de niño, no es así Azael?
Azael no respondió pero su agarre se aflojó como si aquella afirmación tocara una fibra sensible de la que no estaba dispuesto a hablar.
—No miento Caín, ni mi padre ni yo sabemos dónde está tu alumna embarazada, lo siento mucho—y aunque lo dijo con molestia Nicol pudo notar cierta honestidad en su disculpa.
Caín lo miró por un momento, después a la mano que sostenía firmemente el brazo de Nicol y finalmente a Nicol.
Luego bufó con burla.
—Parece que los dos estamos perdidos—dijo antes de darles las espalda como si les dejara retirarse.
Nicol pudo ver la devastación en los ojos de Caín por un instante antes de que Azael tirara de ella fuera del almacén.
Nicol sintió que en algún punto dejó de caminar y comenzó a correr para intentar seguirle el paso a Azael que daba zancadas cada vez más grandes.
—Azael, espera...— intentó decir Nicol pero él no se detuvo hasta que estuvieron frente al auto que Azael había aparcado.
De pronto tiró de su brazo y en un movimiento brusco la puso frente a él.
—Nicol ¿en qué estabas pensando? ¡¿Por qué viniste con él?!— gritó.
Nicol nunca lo había visto así. El muro frente a sus ojos de hierro parecía resquebrajarse frente a ella.
Ella sabía que decirle que Caín la había obligado a seguirlo arma en mano solo empeoraría las cosas así que como ya se había hecho costumbre en ella le dijo una verdad a medias, pero verdad al final.
—Por qué sabía que vendrías por mí— dijo y le sorprendió lograr algo que nunca pensó que haría.
Dejó a Azael Walk sin palabras.
Si Azael iba a decir algo al respecto no lo supo porque en ese momento comenzó a sonar su iPhone que era el único teléfono que tenía ahora.
Era Sandra.
—Hola Sandra, perdóname por no llegar antes hoy pero tuve un contratiemp...— intentó excusarse Nicol pero Sandra la interrumpió.
—Nicol, por nada del mundo vengas al departamento.— dijo y sin darle tiempo a decir nada colgó.