Capítulo 17: La asistente sustituida
Nicol hizo un puchero mientras Azael continuaba riendo, primero había sido impresionante ver a Azael reírse a carcajadas sin ningún reparo, aunque era extraño como seguía luciendo tan atractivo e imponente incluso haciendo algo tan banal como reírse pero era un más extraño verlo tan tranquilo y tan fuera de su elemento, como tranquilamente había bajado el muro para ella y le permitía ver a un Azael que no parecía vivir para alejar al mundo.
Pero no era tan divertido cuando la razón de su risa era ella y el hecho de que él prácticamente le había destrozado la ropa y no tenía forma de bajar del auto sin hacer el ridículo.
—No es divertido— se quejó mientras se abrazaba a sí misma con el saco que Azael le había dado, el problema era que también le había destrozado la falda... la ropa interior.
Azael hizo un esfuerzo por detener su risa cuando vio el puchero de Nicol mientras envolvía su cuerpo con el saco de él. Afortunadamente Nicol era considerablemente mas pequeña que él y el saco alcanzaba a cubrir todo lo que era necesario cubrir, lo malo era que Nicol no podría cruzar todo el edificio así.
Azael dio un medio giro con el auto saliendo de la calle que lo llevaba a su edificio de departamentos para tomar una ruta diferente.
Vio de reojo a Nicol mirar sorprendida las calles sin comprender a dónde la llevaba. Fue desesperante la manera en la que cada gesto que brotaba de ella resultaba tan adorable que tuvo que controlarse para no frenar el auto de golpe y tomarla de nuevo ahí mismo.
Era muy diferente a todo lo que Azael estaba acostumbrado, los falsos rostros, las mentiras, la hipocresía y sobre todo y lo que más odiaba: la falsa cortesía, era agotador y molesto sin embargo era pan de cada día. Nicol era dulce y algo torpe y eso le resultaba increíblemente refrescante y era mucho más inteligente incluso de lo que ella misma parecía notar y no parecía querer usar esa inteligencia para herir, manipular o para destruir a los demás como lo había enseñado a hacer su padre a él y a todos sus hermanos.
Afortunadamente aún no era muy tarde, la tienda departamental donde Azael se detuvo seguía abierta pero a punto de cerrar.
—Espérame aquí— dijo Azael bajando del auto. Pudo ver a través del cristal del auto que Nicol se quedaba con una pregunta en la boca que no alcanzó a hacer debido a que él ya estaba entrando en la tienda.
No tardó una de las chicas que atendían en interceptar y reconocerlo. Si bien la mayoría de la ropa en esa tienda era del departamento de damas fue durante mucho tiempo la tienda favorita de su madre.
—Buenas tardes señor Walk— dijo la chica deteniéndose frente a él. Azael solo asintió con la cabeza en su dirección antes de girarse hacia la ropa, si bien la mayoría era ropa formal para eventos y trabajo (y sin duda le encantaría ver a Nicol con ella puesta) probablemente era mejor si buscaba algo más cómodo para ella.
—Tienes algo menos formal— dijo a la chica que aún lo seguía mientras inspeccionaba una camisa de vestir azul marino.
La chica asintió.
—Por aquí señor— dijo comenzando a caminar.
Más al fondo de la tienda donde Azael rara vez iba había una sección deportiva, la ropa seguía siendo extravagante y costosa para alguien que solo quería esta “cómodo” pero era mejor que nada.
Le señaló dos prendas a la chica y ella las tomó rápidamente por él.
— ¿Alguna otra cosa señor?
Azael estaba comenzando a pensar que hubiese sido mejor si se hubiese controlado un poco con Nicol, no solo por el hecho de que ella era mucho menos experimentada de lo que él pensaba si no porque no había tenido en cuenta estos inconvenientes cuando le había materialmente arrancado la ropa, sin embargo la imagen de ella sentada sobre su regazo con el rostro sonrojado y los labios hinchados por los besos que él le había exigido lo estaban poniendo duro de nuevo y eso era algo que no podía permitirse en ese momento.
Se aclaró la garganta antes de hablar.
—Tienen ropa interior aquí— intentó decir en voz baja al notar a las mujeres que se detenían a ver unas prendas junto a él aunque no parecía que realmente estuviesen poniéndole mucha atención a la ropa mientras lo miraban sin mucho disimulo y se codeaban entre ellas.
— ¿Qué cosa, señor?— preguntó la mujer sin alcanzar a oírlo muy bien.
Azael suspiró con frustración antes de subir la voz.
—Ropa interior señorita, necesito comprar ropa interior. — dijo frustrado mientras notaba como la atención de las mujeres aumentaba hacia él.
—Señor pero no tenemos ropa interior de caballero en este departamento, si gusta puede ver en nuestro otro departamento en la siguiente...
Azael rodó los ojos notando como su irritabilidad aumentaba, cosa que no era difícil en él.
—Ropa interior para dama—le corrigió mientras veía de reojo como las mujeres se codeaban entre ella y comenzaban a reírse totalmente.
—Va a comprar ropa interior de mujer— dijo una de ella mientras se abanicaba ridículamente con la mano sin realmente bajar la voz.
—Ósea que está ocupado— dijo otra chica con decepción.
—Me encantaría que un monumento así me comprara ropa interior. — dijo otra de ellas con descaro y las demás rieron.
Azael suspiró con frustración alejándose de ahí y haciendo que la chica que lo atendía lo persiguiera.
La situación no mejoró cuando la chica comenzó a enseñarle los tipos y marcas de bragas que manejaba la tienda llamando la atención de todas las mujeres que compraban cerca de él.
…
Nicol saltó con sorpresa cuando Azael entró de golpe al auto y dejó la bolsa de compra sobre su regazo con un gesto de frustración.
— ¿Estás bien?—preguntó ella mientras observaba la clara incomodidad en el rostro de Azael.
—Recuérdame la próxima vez no romperte la ropa interior.
Nicol se sorprendió antes sus palabras, primeramente por que Azael se veía considerablemente frustrado y por otro lado porque esa afirmación parecía decir que él tenía toda la disposición de volver a tener otro encuentro con ella.
— ¿Solo la interior?— preguntó ella entre divertida y preocupada por su expresión.
Él sonrió con esa expresión perversa y calculadora que antes la asustaba pero ahora despertaba algo que comenzaba en su rostro sonrojado y terminaba como un hormigueo entre su piernas.
—Sí, solo la interior—él respondió y antes de que Nicol pudiera reaccionar la tomó de la nuca y tiró de ella hasta encontrar sus labios, poco después ella estaba en su regazo de nuevo.
…
Era sorprendente la capacidad de Azael para seleccionar las tallas para que le quedaran perfectamente, Nicol terminó de vestirse con la sudadera, camisa y pantalón deportivo gris aprovechando que Azael había bajado del auto para contestar una llamada que por algún motivo no quería que ella escuchara.
Lo que fue una sorpresa sin duda fue la ropa interior, Nicol no esperaba que Azael fuese a escoger bueno... eso.
Sin embargo no tenía muchas opciones así que terminó por ponerse el conjunto de ropa interior de encaje n***o, sin duda por la tela y el diseño era el tipo de ropa interior por el que Sandra se moriría pero sobre todo que ninguna de las dos podía costear.
Y que Nicol nunca pensó que usaría, mucho menos en esas circunstancias.
Nunca pensó que terminaría usando la ropa que su jefe había comprado en una costosa tienda debido a que él mismo le había roto la ropa un rato antes. Si alguien le hubiese dicho que algo así iba a pasar probablemente se habría escandalizado o habría terminado por huir de la situación pero ahora mismo se sentía increíblemente tranquila pese a todo lo que estaba sucediendo y tenía que resolver en su vida.
Era increíble como Azael lograba alejarla de todos lo problemas que la perseguían y al mismo tiempo se los recordaba incansablemente al ser él de hecho la raíz de la situación.
Él volvió poco después sin decir una palabra sobre su conversación pero viéndose considerablemente alterado.
— ¿Todo bien?— preguntó ella preocupada.
Él suspiró.
—Parece que Caín fue a visitar a Dante a la empresa y tuvieron un enfrentamiento.
— ¿Un enfrentamiento?— preguntó Nicol esperando que él fuese un poco más específico.
Le sorprendió sin embargo que Caín realmente hubiese ido a enfrentar a Dante y peor aún que le hubiese dicho algo que empeorara la situación de ella que ya era mala de por sí sin embargo Azael no parecía molesto con ella o con la intención de cuestionarla sobre algo.
—Caín debe haberse ido de donde te secuestró directo con Dante, no sé qué le habrá dicho pero llegaron a los golpes y creo que en el proceso hirieron a un empleado, tendré que resolverlo mañana— él se pasó la mano por el rostro como si buscara así liberar un poco de su estrés.
Nicol se dio cuenta que Azael parecía acostumbrado a resolver los conflictos de los demás pasando incluso por encima de sus propias necesidades. No supo en que momento ella se movió más cerca de él y le puso una mano en el rostro hasta que este la miró.
Esa mirada poderosa y penetrante que la dejaba siempre con las piernas temblorosas.
El tiró de ella hacia él acercándose más y envolviéndola con sus brazos.
—Me alegra tenerte cerca— le susurró al oído— eres mi fuente de paz.
Nicol nunca se había sentido tan contradecida dentro de ella cuando la felicidad por sus palabras y la culpa por su realidad se hacían presente en su cabeza.
Ella tenía que decirle.
Pero no lo hizo, al final Azael había llegado frente al edificio sin decirle una palabra y Nicol después de todo lo que había ocurrido y la adrenalina ya baja se sentía demasiado cansada para hacer algo más que querer dormir en ese momento.
Azael pareció darse cuenta cuando le dio la llaves del departamento diciéndole que el la alcanzaría después.
Sin duda él también lucía agotado.
—Nicol— la saludó el portero en cuanto la vio, Nicol le sonrió como respuesta con incomodidad al imaginarse la historia que el hombre sin duda se estaría formando en su cabeza al verla ahí de nuevo.
Por lo menos Azael le había conseguido algo de ropa o aquello sería mil veces más incómodo.
El apartamento de Azael seguía tan vacío y costoso como se veía el día que ella había ido por primera vez. Esperaba que Azael no se molestara cuando decidió darse una ducha. Afortunadamente el refrigerador estaba mucho más surtido que la primera vez así que preparó algo para ella y Azael esperando que él volviera pronto pero no lo hizo.
No supo en qué momento se quedó dormido en el enorme sofá donde había pasado la primera noche.
Cuándo despertó se tardó un momento en darse cuenta en donde estaba pero pronto toda la situación vino a ella como una ola gigante descolocándola por un momento.
Lo que había pasado, lo que ella y su jefe habían hecho sin duda no lo esperaba, aun podía recordar la sensación de sus grandes y cálidas manos contra su cuerpo y la sensación de sus hábiles labios sobre su piel.
Nicol se dio una cachetada interna obligándose a volver al presente mientras tomaba su teléfono. Y ni una llamada de Azael, parecía que él no había vuelto durante la noche.
Eso le dejó una extraña sensación de decepción.
¡Las 7 de la mañana! Ella ya iba tarde para su primer día en su nuevo puesto.
Sin embargo, todavía tendría que ir a su apartamento para cambiarse y...
Tardó un momento en notar la ropa cuidadosamente doblada a los pies del sillón, al enderezarse se dio cuenta también de que llevaba una cobija encima que ella no se había puesto al quedarse dormida.
La ropa era una camisa y falda nueva idénticas a las que Azael le había roto. Nicol se dio cuenta entonces de que Azael sí había vuelto sin embargo no parecía estar ya en el departamento.
Ella alejó la decepción de no verlo de su cabeza mientras recordaba que si no se movía ahora perdería su nuevo puesto antes de obtenerlo.
…
Nicol se obligó a no bajar la cabeza mientras la mujer que parecía ser la asistente de la licenciada que la entrevistó y para la que Nicol trabajaría la reprendió por llegar diez minutos tarde.
Nicol no tenía ni idea de cómo había logrado llegar solo diez minutos tarde considerando la situación pero igual la metió en problemas. Al final la enérgica y regordeta chica la dejó ir con una advertencia.
A Nicol le sorprendió lo diferente que era el lugar de trabajo en ese lugar, la gente hablaba entre ella y se veía mucho más relajada que los hombres con los que Azael tenía sus juntas.
Nicol se acomodó en su módulo mientras revisaba los documentos sobre las finanzas de la empresa que debía llenar.
—Nicol— dijo una voz tras ella y al girarse se encontró con el rostro sonriente perceptible aún tras el cubre bocas de David— ¿qué hacer por aquí?
A Nicol le sorprendió verlo ahí pero recordó después que él par de veces que se habían encontrado en el elevador David se había bajado siempre en ese piso.
—Me movieron a finanzas así que...— señaló su lugar en el que estaba acomodando su nuevo trabajo.
David mostró un destello de preocupación en su rostro antes de volver a sonreír encantado.
—Ya veo, pues entonces somos vecinos y compañeros de trabajo— dijo felizmente mientras señalaba su módulo justo tras el de ella.
Ella se sintió sorprendentemente más relajada al saber que estaría con David y no sola y sin saber a quién recurrir si se sentía demasiado perdida.
Nicol revisó los informes que la licenciada le había dado, pronto llegó la hora del almuerzo cosa que no tenía antes cuando trabajaba para Azael especialmente porque él nunca parecía comer.
Nicol se dio cuenta de que las únicas veces que Azael había comido era cuando ella prácticamente le había puesto la comida enfrente.
— ¿Vamos a comer juntos, Nicol?— le preguntó David deteniéndose en su módulo.
—Quisiera terminar esto, lo siento— y realmente se sintió culpable al rechazar su invitación pero tenía otra idea en mente.
…
Se movió ansiosa en el elevador con un pedido de comida corrida que había hecho rápidamente en cuanto el piso de la oficina se despejó. Era consciente de que llevarle el almuerzo a Azael era solo una excusa tonta para verlo pero realmente ella quería asegurarse de que estaba bien y de que había asistido al trabajo al menos un segundo.
Se sentía demasiado ansiosa respecto a lo que había ocurrido con Caín y Dante, y le aterraba la idea de que el hecho de que no había visto a Azael ni sabido de él desde la llamada de la noche anterior tuviera que ver con eso.
Dudaba que Dante le hubiese dicho algo.
Pero Caín.
El elevador finalmente se detuvo en el último piso. Ella suspiró para darse confianza pero justo cuando las puertas se abrieron se encontró con la última persona que esperaba y quería ver.
— ¿Qué haces aquí?— preguntó Helga atravesando un brazo sosteniendo las puertas del elevador e impidiéndole bajar.
Nicol apretó los topers de comida contra su cuerpo al darse cuenta que en medio de la burbuja en la que Azael la había sumergido había olvidado por completo a Helga.
—Vengo a ver al señor Walk— dijo Nicol intentado evadirla pero ella no se movió, el que fuese considerablemente más alta que Nicol no ayudaba mucho.
— ¿Y por qué razón querría verte el licenciado?— dijo cortante— No recuerdo que él me pidiera verte, él está muy ocupado.
—Es solo un momento— intentó decir Nicol sintiendo la desesperación y frustración creciendo en ella.
—Tú ya no tienes nada que hacer aquí— la interrumpió ella presionando el botón para cerrar el elevador y alejándose un paso.
Nicol no tuvo mucho tiempo de reaccionar cuando las puertas del elevador se cerraron de golpe frente a sus ojos.