Capítulo 3: Lecciones de esposa.

2513 Words
Lección 1: Se dedicada. —Podemos descansar por ahora. —No. El instructor parece sorprendido por mi respuesta. —Necesito darle al blanco. —Señorita… es su segundo día nadie le da al… —Déjeme intentarlo.— lo interrumpo. Estoy en la academia a la que Tristan me había inscrito, hay un cristal polarizado a los lados, y frente a mi esta la simulación de una persona con los puntos vitales señalados con círculos rojos. Las pistola de entrenamiento que llevo en la mano es similar a la que me regaló Tristan. Entre más la uso más cómoda me siento con ella. Eso me asusta. Pero no puedo dejar de pensar que un tiro preciso en el momento correcto podría significar la vida o la muerte para Lu. No tengo permitido fallar. El hombre se queda en silencio. Apunto al pecho, es un área más amplia y se que es más fácil que acierte que si le doy a la cabeza. Me relajo, respiro profundo y suelto el aire, tomó la posición que me señaló el instructor y disparo. No le doy al blanco, falló tanto que apenas le roso el hombro. Me quitó los audífonos con rabia. —Se lo dije— me dice el hombre tras de mi. Es un hombre mayor, ex militar y realmente muy exigente, sin embargo me trata con cierto respeto como si él no fuera mayor y más capaz que yo. Probablemente debido a Tristan. Todo el mundo que lo conoce por primera vez le tiene miedo. Incluso yo se lo tuve. Todos menos Lu. Ella pareció tan cómoda en su presencia desde el principio. —¿Cuánto tiempo necesito para lograrlo? —Bueno cada persona es diferente no puedo… —Deme un aproximado— éxito frustrada. El embarazo me tiene de un humor terrible. Me preguntó como se verá para ese hombre una mujer con ocho meses de embarazo disparando un arma frente a él con tanta dedicación. Ahora mismo no estoy usando un arma real y las balas producen poco sonido debido a que él bebe no puede estar expuesto a sonidos fuertes en las últimas fechas del embarazo. En cuanto nazca comenzaré a usar balas reales. —Un mes— me responde finalmente. Respiro. Un mes. Bien. —De acuerdo. Entonces vendré todos los días. —No es necesario. Me giró hacía él molesta y se calla por completo. Dios, realmente traigo un humor terrible. Debo controlarme. —Gracias, volveré mañana.— intentó mejorar mi tono y mi semblante. El hombre asiente secamente. Cuando salgo Franco ya esta esperándome en el auto. Ahora debo ir a la escuela de Lu para suplicar por que no la expulsen después de lo que hizo Leo: Romperle el brazo a uno de sus compañeros y enviarlo al hospital. Tristan se encargará de pagar los gastos médicos del chico y no estoy segura de cuanto dinero tendrá que darle a los padres del chico para que no nos demanden. Me sobo las sienes. “Yo elegí esta vida” Me repito cada vez que empiezo a enloquecer. Yo elegí a Tristan. —Vamos— le digo a Franco y él arranca el auto. . —¡Le rompió el brazo a mi hijo!. Cuando llego Tristan y Lu ya están en la oficina del director. El director es un hombre de la edad de Tristan pero mucho menos atractivo, a sus treinta y tres años tiene una calvicie marcada y un cuerpo redondo y gracioso. En realidad no es muy intimidante. Lo veo sudar debajo de las axilas de su camisa y parece realmente asustado por la situación en la que no pidió estar. Lo padres del niño están gritando frente a Tristan y Lu. Lu esta sentada frente al escritorio y Tristan tiene las manos en su respaldo listo para saltar por ella si algo se sale de control. Los padres del niño son considerablemente jóvenes, el hombre, un tipo delgado y bajo parece muy incomodo mientras su esposa a su lado, una mujer más grande que parece disfrutar de hacer pesas es todo lo contrario a su esposo, ella esta roja y furiosa, puedo ver las venas de su frente brincar frente a mi. Al lado del director hay una mujer mayor delgada y de un cabello corto bien peinado. La maestra de Lu y la que presenció todo. En el momento que entro todos se giran hacía mi y la mujer deja de gritar. Puedo ver como su mirada se va directo hacía mi vientre prominente, claramente no esperaban ver a una mujer muy embarazada como yo entrar a la oficina. Los saludo con un gesto de cabeza incomodo. La oficina es un lugar algo infantil con dibujos infantiles, figuras de fomi y colores pastel. El escritorio de madera clara esta desordenado y a rebosar de papeles y hay un televisor viejo en una esquina cerca de la ventana cubierta por cortinas con dibujos de globos de colores. —Buenas tardes, siento la tardanza. En un instante Tristan esta junto a mi y ya ha puesto la silla libre para que me siente. —Gracias— le digo mientras me siento con una sonrisa y él asiente con la cabeza. Tanto la maestra como la mujer nos miran sorprendidas. Se que Tristan se ve realmente intimidante, supongo que no esperaban que pudiese ser un esposo amable con esa expresión de rabia en el rostro. ¿Esperaban que yo fuese una esposa maltratada o algo así? —Le llamamos aquí para hablarle de lo que ocurrió con el guardaespaldas de su hija, él atacó a uno de nuestros alumnos y eso es algo que no podemos dejar pasar. Trago saliva. Lu no puede ser expulsada de nuevo por nuestra culpa. —Lu es una buena estudiante no es así, ella no ha dado ningún problema— responde Tristan antes de que tenga oportunidad de decir algo.— la culpa es nuestra, nosotros nos haremos responsables. —Esa niña es un peligro— lo interrumpe la mujer cuya vena en la frente esta por explotar— es un peligro para todos los niños de esta escuela, no la quiero cerca de mi hijo. —Su hijo ni siquiera es del mismo grado que Lu, Lu esta en cuarto año y su hijo en sexto, él pronto se graduará y nunca volverá a ver a Lu. Ademas ¿Ya le han explicado por que sucedió el accidente? La mujer se queda callada ante mis palabras. —¿Su hijo no le dijo?— pregunto con falsa sorpresa. En realidad ya lo esperaba. Los padres nunca vemos lo que nuestros hijos hacen si no lo que les hacen a ellos. Lo se y no la culpo. —Parece que intentó besar a mi hija. Aún que en palabras de Leo, su cuidador, el chico intentó forzarla. Veo a la mujer trabarse. Parece que ella no esperaba eso. Su esposo a su lado me mira fijamente con una expresión asustada. Sonrío cálidamente para que no sienta que la estoy atacando. Eso y porque puedo ver que Tristan esta empezando a enfurecer a mi lado. La parte de que intentó forzarla no se lo había dicho por que sabía que perdería el control. —No tengo intención de demandar por eso pero eso podría considerarse como una agresión y ya que el trabajo de Leo es proteger a Lu podemos verlo como un acto de defensa y no como una agresión. Entiendo perfectamente su molestia y mi esposo y yo estamos dispuestos a hacernos cargo de los gastos de su hijo, tampoco demandaremos por la actitud irresponsable del niño pero somos nosotros los que queremos a su hijo lejos de mi hija, ella eso solo una niña y su hijo podría ser un depredador s****l en formación. La madre se abalanza sobre mi antes de pueda verlo pero Tristan se atraviesa justo a tiempo empujándola hacía atrás con la suficiente fuerza para alejarla pero no para lastimarla. Afortunadamente Tristan se esta conteniendo. Ensayé este discurso muchas veces y afortunadamente soné segura y confiada pese a lo aterrada que me siento. —¡¿Depredador s****l?! ¿Estas loca? ¡Mi hijo no es ningún depredador s****l! No te atrevas a faltarme al respeto de esa forma. Mantengo la calma y fuerzo una sonrisa empática. —Lo siento si la ofendí, lo único que quiero decir es que podemos llegar a un acuerdo que nos beneficie a ambas familias. La mujer tiembla de rabia pero parece haber entendido mi advertencia. Si tiene la intención de hundirnos, la hundiré con nosotros. —Creo que el resto de este problema podemos hablarlo en otro lugar, no es necesario involucrar al director y a la profesora— propone Tristan con la mandíbula tensa. Realmente se esta conteniendo. —Pero la escuela debería…— intenta intervenir el director. —Leo no volverá a acercarse a ninguno de sus estudiante téngalo por seguro, por favor permita que Lu continúe su educación en esta institución, es realmente una escuela en la que mi esposo y yo confiamos profundamente. Eso y que Lu no puede tener en su registro otra expulsión. El director parece conmovido por mi suplica por que relaja su expresión y casi lo veo enderezarse y sacar el pecho como un sapo. Lucho por no reír. —De acuerdo, si logran llegar a un acuerdo la escuela solo pedirá que un accidente como este no se repita de nuevo. Veo hacía los padres del chico. El padre sigue preocupado pero no parece agresivo, la mujer por otro lado parece estarse conteniendo tanto como Tristan. ¿Así de disparejos nos veremos Tristan y yo como pareja? —Muy bien, nos retiramos entonces y nos contactaremos con ustedes tan pronto sea posible.— me dirijo al hombre que parece más calmado que su esposa. El asiente en mi dirección al notar que su esposa esta ocupada en una lucha de miradas furiosas con Tristan. El hombre se acerca a su esposa buscando calmarla y tira de ella para que salgan de la oficina. La mujer mira mal a Lu antes de pasar a mi lado y salir hecha una furia. Yo me acerco a Tristan poco después quien ha tomado a Lu en brazos. —Nunca me dijiste que la forzó— me dice entre dientes. Le sonrió incómodamente. —No quería que mataras a nadie, en especial a un niño de doce años. Estamos por salir de la oficina cuando la maestra me alcanza a mi. —Disculpe, ¿cree que pueda hablar con usted un momento? Tristan que aun sostiene a Lu se detiene. Lu esta aferrada al cuello de Tristan y tiene el rostro oculto en su cuello como si no quisiera mirar a nadie en ese momento. Realmente me duele mucho verla así ahora que ya estaba logrando hacer amigos. —Te veré en el auto. Tristan parece dudoso pero al ver el estado de Lu asiente y se adelanta. Franco quien se ha mantenido afuera de la oficina todo este tiempo se mantiene cerca de mi ahora. Sabía que Tristan no podría dejarme sola del todo. —Señorita no quiero sonar alarmante pero hay algo que presencié ese día que me tiene preocupada. La mujer mayor mira en dirección a Franco antes de bajar la voz y acercarse más a mi. —El niño definitivamente se comportó inapropiadamente, yo estaba por intervenir cuando este chico llegó primero. ¿Se refiere a Leo? —Él en primer lugar quitó al niño y eso es razonable, pero es un niño pequeño, no se requería mucha fuerza para inmovilizarlo pero su guardaespaldas le retorció el brazo de una forma… tenía tal expresión en su rostro— la mujer parece cada vez más incomoda y la veo apretarse las manos con temor.— casi puedo afirmar que tenía toda la intención de hacer lo que hizo. Había algo de… satisfacción en su expresión. ¿Satisfacción? Recuerdo que Leo dijo que había sido un accidente, él parecía muy preocupado y arrepentido, a mi mente viene la imagen de Leo. Él es un chico dulce, cuida a Lu como si fuera su hermana menor y la trata con mucho cuidado, no lo imagino disfrutando de hacer daño a alguien más. Lo más enojado que lo he visto es cuando pierde en los videojuegos. —Debe ser un error, Leo no es ese tipo de persona—intento defenderlo pero la mujer no parece creerme en absoluto. —Espero que tenga razón— me responde con una expresión incomoda antes de alejarse. Me llevó una mano al vientre prominente al sentir que mi bebé salta dentro de mi como si el escalofrío de un mal presentimiento hubiese llegado hasta el bebé también. Deben ser los nervios del embarazo. . —¿Qué te dijo ella?— me pregunta Tristan esperándome fuera del auto. —Solo me estaba contando su versión de las cosas. —¿Su versión? Me muerdo el labio pensando que tan prudente será creerle, al final me lo guardo, al menos por ahora, Tristan es de armas tomar y podría tomar una decisión imprudente e incluso lastimar a Leo sin razón. —Es lo mismo que ya sabemos solo quería asegurarse que lo supiera.— le respondo adelantándome al auto para que no haga más preguntas. Lu ya esta dentro y se ha quedado dormida. Tristan se queda en el mismo lugar y me mira en silencio. No me ha creído en absoluto. Afortunadamente no insiste con el tema y yo tampoco. . Veo a la dulce mujer embarazada irse con su esposo y su pequeña niña. No soy tonta, es claro que su esposo esta metido en negocios turbios, no es normal que una niña de ocho años vaya a todos lados con guardaespaldas y autos blindados, sin añadir que esta no es precisamente una escuela barata, la colegiatura es algo que un hombre con dinero sucio podría pagar. Pero ese no es mi problema. No mientras la seguridad de mis estudiantes no esté en riesgo, pero si sus guardias y esos hombres con los que se relacionan comienzan a lastimar a mis niños entonces no me quedaré tranquila. Es ya tarde cuando voy a las cámaras de seguridad, confió en que esto sea prueba suficiente para detener a ese chiquillo violento, no volverá a ser un riesgo para mis niños. Estoy abriendo la computadora de seguridad cuando lo siento. Es el dolor más grande que jamas he experimentado. El aire se escapa por completo por mi cuerpo y no puedo pensar en nada que no sea en dolor. Miro hacía abajo y de mi vientre sobresale un extremo filoso y puntiagudo parecido al de un atizador de chimenea. Entonces el atizador sale de mi cuerpo cuando alguien tira de él hacía atrás y la sangre empieza a salir a chorros. Hay tanta sangre. No soy capaz de sostenerme más tiempo. Ni siquiera puedo girarme para ver quien me atacó, ya no logró mantener los ojos abiertos, tengo que llamar a seguridad. Tengo que… Tengo…
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD