Capítulo 4: Encontrándome con él

1031 Words
Helena Me despierta el sonido de mi teléfono, estiro mi brazo y lo alcanzó, noto que es un mensaje de Fernando y lo comienzo a leer "Voy por ti, no acepto un no como respuesta, llegó en una hora" me levanto muy emocionada, desnudo mi cuerpo y me voy hacia la ducha, abro el grifo y el agua cae sobre mi cuerpo, me colocó de pie sobre el espejo y veo mis senos, espero que todo fluya muy bien, no los quiero perder, eso sería un golpe bajo, salgo del baño y seco mi cuerpo, me coloco algo que sin duda me hace sentir muy sexy, dando taconazos llegó a la puerta, por un segundo me imaginé que me espera aquel hombre, pero no es Fernando, entró en su auto y él conduce, cada vez que puede me idolatra con su mirada. —Estas preciosa Helena —Fernando me dice haciendo que mis mejillas se sonrojen, llegamos a un restaurante muy elegante, él estaciona justo al lado del auto de Emanuele, estoy segura que es de él. Es una camioneta similar a la de ayer, con la misma imponencia que estaba el día anterior. Entramos y observamos por todo lado, es un restaurante muy elegante, Fernando debió esforzarse mucho para invitarme, nos sentamos y al frente de nuestra mesa está él, Emanuele me ve y de inmediato me sonríe descaradamente, me empiezo a sentir muy incómoda y de repente noto que Emanuele camina hacía aquí, mi respiración comienza acelerarse y Fernando me mira muy confundido, pero su dulzura y caballerosidad no la pierde, trata de que este instante siga siendo igual de mágico. —No lo puedo creer, además de meterte con un chico que apenas cumplió 18 años, también estás con este hombre. —Lo mira de arriba a abajo—. Es increíble la habilidad que tiene esta mujer para manipular a los hombres, con solo mover sus labios consigue lo que quiere, quizás hay otras tácticas mucho más a fondo —Emanuele habla con un tono de voz muy fuerte, no puedo evitar sentirme humillada, no logró analizar claramente cada palabra, sus pretextos para hacerme sentir mal están funcionando. —No entiendo de qué me habla, además no sé quién se cree usted para venir hablar de esa forma, si lo dice por su hermano él solamente es mi alumno, no le permito que se entrometa en mi vida, déjeme en paz y de paso permítale a su hermano ser aunque sea un poco feliz. —Lo miro fijamente mientras él lo único que hace es reír, pero sus ojos están puestos en mis labios todo mientras los humedezco con mi saliva. —No le permito que le hable así a ella y más estando yo presente. —Fernando se colocó de pie, yo lo tomó de su brazo, para que no cometa ningún error, él es un hombre delicado y sé que no llegará a la violencia, aunque con las provocaciones de Emanuele será casi imposible. —Alcance a creer que ella estaba sola, por encima se le nota el miedo que tiene sobre usted, debería empezar a respirar, para que se tranquilice y así baja un poco la presión que siente, mire que le puede dar algo señor, yo le daré una pequeña patada, para que no obstaculice mi camino. —Emanuele no me quita la mirada de encima, mis manos comienzan a sudar descontroladamente, es una sensación diferente, me gusta su parte masculina, aunque se que no está bien esto es algo diferente a como analizo a Fernando. —Se lo advierto, usted no sabe de lo que soy capaz por hacerla respetar a ella, no me provoque —Fernando le habla muy fuerte e inesperadamente Emanuele saca su arma y se la coloca en el abdomen de Fernando. Los miro y mi respiración se agita, al punto que siento que me puedo desmayar. —Se nota lo cobarde que es usted miserable, no se puede lograr defender de otra forma que amenazando, que asco las personas como usted. —Jalo a Fernando sobre mi y siento su cuerpo temblando, me siento culpable yo fui la que arme esta tormenta. —¡Vallasen ya mismo! No los quiero ver en este lugar ni un segundo más. —Emanuele pasa saliva y me observa a los ojos. Prefiero que salgamos e ir a otro lado, no soportaría que le sucediera algo a Fernando por culpa de un atarban como él. Salimos del restaurante y nos subimos en el auto de Fernando. —¡Lo siento! Te devolveré todo el dinero que gastaste, se que todo fue mi culpa, pero te juro que él está confundido, no quiero que pienses mal de mí eres muy importante, jamás me metería con un alumno, adicional que es menor que yo —le hablo, pero no puedo dejar de pensar en lo que sucedió. —Eso es lo que menos me interesa, no quiero que nadie te haga daño y ese hombre es muy peligroso, deberías tener cuidado con él y con su hermano. En verdad no quiero que te suceda nada, Helena la solución es que te alejes y dejes por un tiempo en pausa lo de las clases, es verdad que te apasiona, pero tu bienestar es lo más principal —dice tomando mi mano, obviamente no puedo la escuela es una parte de mi vida, me hace aliviar un poco el dolor de mi cuerpo. —No, su hermano es uno de mis mejores estudiantes, él es el que tiene un problema conmigo, hablaré con las personas del instituto para que mejoren la seguridad. ¿Te parece si vamos después a tomar algo? —él asiente con su cabeza. Debo hablar con Mario, quiero que le deje claro a su hermano que esto no puede volver a pasar, si es así, me tocará hablar con él directamente, eso genera cierta ansiedad en mí, no obstante, no se si es de la buena o de la mala, porque tiene algo que lo hace ser diferente a todos, incluido a Fernando que es tan especial conmigo, pero no es suficiente a veces. Él misterio que guarda me da intriga.
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