Capítulo 5: Estrellándome contra mis sentimientos

1301 Words
Entró a la casa luego de tan bochornosa noche, fue mucho más que incómodo, pues ni yo misma entiendo que fue lo que sucedió, ese hombre parece estar muy mal de la cabeza, además de ser alguien que maneja por medio de la violencia su poder, pero nada le quita lo llamativo que se está convirtiendo para mis sensaciones, mis manos llegan a imaginarlo tan cerca y eso es algo irrazonable. Es un hombre con otro tipo de estereotipos y yo por ejemplo soy muy imperfecta, haciendo más énfasis en mi busto, porque ni un escote utilizare, es tan diminuto. Subo las escaleras y entro a mi recámara cierro de inmediato la puerta, sostengo mi cuerpo sobre ella, percibo como cuando entró en crisis y el aire me falta, creo que lo mejor es no apartarme de mi mamá, ella me necesita y de hecho mucho más yo, me siento sola, camino hacia el espacio que me hace escapar un poco de mis dolores más intensos y abro la ventana, respirando el aire que aun no me permite morir. Observó la luz de la noche, es hermosa que lástima que todo terminó con Fernando tan temprano, quizás a él no le conviene dañar su vida tan pronto con una enferma, es un buen profesional y como hombre me asombra mucho más, no tiene límites para contribuir, pero no comprendo por que circunstancia me está llamando más la atención Emanuele, si es un prepotente de mierda. Recuerdo que cuando era muy niña y construyeron esta casa le temían mucho a esta ventana, mi mamá pensaba que al tenerla podía suicidarme de la desesperación, pero nunca lo vi como una opción, estoy saltando de una oportunidad a otra, por eso disfruto todo al límite, mientras el cielo me lo continúe permitiendo; detallo muy bien todo y justo enfrente de la casa está Emanuele, con su mirada transmitiendo tanta tensión ¡No puede ser! restregó las manos en mis ojos, mi vista está un tanto nublada, las alucinaciones en mi cada vez son más frecuentes, no se si estoy delirando o simplemente esto hace parte de mi realidad. Abro de nuevo mis ojos como dos platos, sin embargo, él continúa allí ahora solo me sonríe, se me enchina la piel, lo cual es tan ridículo solo me debería dar repugnancia, tiene todo lo que odio en un hombre, los defectos de los que estaba muy en contra desde mi adolescencia, tal vez solo me lo estoy imaginando, no tendría porqué estar sonriendo pareciendo tan amable, de un solo impulso bajo la manta y cubro nuevamente la ventana, respiro profundo doy unos cortos pasos, queriendo en el fondo regresar para admirarlo. Me acuesto sobre la cama y escuchó como la puerta se abre, es mi mamá ella aun no entiende que soy una adulta, tengo derecho a sentir privacidad. —Helena, me asombra que estés aquí tan temprano, ¿Acaso Fernando te hizo algo? él aparenta ser un buen hombre, pero sabes que las personas utilizan fachadas por conseguir lo que desean, las equivocaciones son imposibles de prevenir, solo entiéndelo si te tropezaste, ojalá no sean ciertas las palabras que estoy pronunciando, porque él sería un excelente esposo para ti, si algún día faltó y ya no te puedo cuidar, en las manos de Fernando estarás a salvo, podría marcharme en paz —habla con tanta lástima, porque siempre produzco eso, ella piensa que no puedo valerme por mi misma, no soy una mujer incapaz de cuidarme y progresar, tener un esposo no significa poder, todos estos años he luchado estando soltera y no voy a cambiarlo. —¿Por qué piensas que no puedo estar sin un hombre a mi lado? Te informo que soy una mujer muy exitosa, todas las metas que me propongo las logró cumplir, concreto muy bien las cosas dejarlas a medias nunca, no pienso arriesgar mi tranquilidad mental que me ofrece la soledad, por estar amarrada en una relación absorbente, sabes que ahora todo es mucho más tóxico, como las que en este instante existen, sabes que no pertenezco a ese mundo, quiero algo sano —digo muy segura, en el fondo es mentira, aún cuando me da temor sentir que me voy a enamorar, es algo nuevo para mí jamás antes he sentido esas cosas, es verdad que Fernando me hace estar muy plena, sin embargo no es suficiente para una relación. —No me engañes, soy tu madre, desde que eras una niña soñabas con el amor verdadero, no me digas que cambiaste de opinión, siendo tan radical, no le quites la posibilidad a tu corazón, puedes pescar lo más fascinante. —Ella me agarra mi mano, siento que baja un poco la velocidad de la tormenta en la que vivo, todo lo analiza mucho más fácil. —No voy a obligar a ningún hombre a que esté a mi lado, por mi enfermedad, aunque todo ya se está frenando, puede volver a crecer el cáncer, y eso va ser complicado para cualquiera, además no crees que viviría con la frente adornada de tantas infidelidades, a los hombres les gustan más estilizadas, casi perfectas con muchas atribuciones en su cuerpo, ese es mi principal punto a perder, la belleza hecha por los valores es desmeritada, y la física importante, mírame nada más hasta el trasero lo tengo pequeño. —Abro mis manos tratando de explicarle, que este es el maldito destino que me tocó, no hace falta escuchar más mentiras, ya me enseñe a mentir con que nada me duele. —Espero que cambies de opinión, solo vine para darte un beso de buenas noches, como antes lo hacía todo el tiempo ¿Me lo permites? aunque sería mejor arruncharte un rato, pero ya estas bastante grande —ella me pregunta, sonriendo como nunca, no puedo desaprovechar los momentos que luego no volverán, hoy estoy con la esperanza de vida que me brinda Fernando, vivir sin pensar en consecuencias es mi eje, como ella me lo expresa la vida es un suspiro, cuando llegue el indicado me entregaré con todo mi corazón y los ojos completamente cerrados, estando confiada de que cupido hará bien su trabajo. —Para eso no me debes pedir permiso. —Me acuesto sobre la cama, mi mamá cubre mi cuerpo con el tendido, besa mi frente y apaga las luces de las lámparas, sale cerrando la puerta suavemente para no despertarme, esperó unos minutos y enciendo la linterna de mi teléfono, muy silenciosamente me pongo de pie, me dirijo hacia la ventana y corro la manta, todo intentando ver de nuevo a Emanuele. Una sombra me dice que esta espiándome, es muy misterioso eso es algo llamativo, creo que esto no está siendo parte de mi imaginación, supongo que soy yo la que sigue creyendo en qué las personas son buenas. Fijó toda mi atención y él lo nota, de inmediato da la vuelta y se sube en su auto blindado, sin realizar una sola expresión. No comprendo porque motivo está manteniendo interés en mi, quizás es de los hermanos sobreprotectores que existen y solamente está cuidando el bienestar de Mario, claro con tanta prepotencia no comparte ni un poco los gustos de él, solo desearía saber a que es lo que se dedica Emanuele para confirmar si es realmente es un ejemplo a seguir. Me devuelvo a la cama, me acomodo y entrecerró los ojos intentando conciliar el sueño, en mi cabeza solo llegan imágenes de su rostro, es increíble como se me está metiendo en mis pensamientos, algo que nadie ha logrado jamás, pero ¿por qué él? un hombre que me verá como lo más simple y posiblemente despreciable, en cambio Fernando es tan leal y sobre todo romántico, pero no, él no me produce ni una sola sensación.
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