Abren la puerta y sorpresivamente sale Helena, ella con los ojos cargados de lágrimas me ve y se va huyendo, le da pena que la vea destrozada, pero irme detrás de ella solamente me hace ver como un imprudente, rogarle a una mujer para que me dé una explicación eso no lo medito; escucha como dicen mi nombre y entró al consultorio solo mientras ellos me esperan afuera, vigilando que nada anormal suceda, porque la vida se me descuadra en cuestión de minutos, por algo llegué a este lugar, odio los hospitales y Helena medio de la fuerza para seguir asistiendo. Helena estaba en un examen ¿pero de qué? es muy joven y vigorosa en salud, le debo llevar bastantes años por delante, él doctor con sus manos temblorosas me examina con el estetoscopio, esto es ridículo el corazón no me está fallando, p