Caminamos hasta llegar a la terraza, necesito sentir un poco el aire fresco que transmite la naturaleza, vivo encerrado entre lo más artificial y ya me enseñe a que eso es lo que el mundo exige, constantemente tengo que vivir reprimiendo mis emociones, ya que quejarse no es para hombres, pero afrontar la realidad me da miedo. Siento cosas muy raras por Helena, ella no es un juego que solo me va a producir diversión, su cuerpo tan pequeño me hace querer protegerla para que no la hagan sufrir. Volteo a ver hacia el cielo, el intento de buscarla me lo concedió un ángel, porque ahí está Helena respirando como yo, para ser compatible con alguien no hay que ser completamente iguales, camino muy suave para que no lo noté, la deseo sorprender con mi voz, ella debe estar buscando diferencia, yo e