Capitulo 7

2207 Words
Elias. En el baño del restorán me cambio la ropa, y hago el intento de lavarme el pelo, siempre me voy directo a mi casa asi me baño pero ahora voy a pasar donde Mailen, le dije que iba y voy a ir, y no quiere decir que voy a llegar con terrible olor a de todo, porque es una cocina de renombre que se cocina de todo un poco, y lo peor, se cocina muchísimo pescado frito, sinceramente ya no puedo comer nada frito de tanto que lo hago en el trabajo, no como nada pero al estar fritando siento que lo estoy comiendo tambien. —No vemos... —estan en la mesada dividiendo las propinas—. ¿Licha, vamos?. —Si, ya... —viene con la mochila colgada guardando la propina ganada—. Vamos. —vamos al garaje del restorán donde guardamos la movilidad del personal. —ELIAS ESPERA, ¿ME PODRÁS ACERCAR?. —SI, VEN... Aunque la paso a dejar primera siéntate adelante. —Si, nadie quiere confundir nada con las compañera. —No voy a confundir nada porque tenga novia, pero no creo que sea apropiado. —nos subimos esperando a Eliana, enciendo la radio y reviso mi celular, como Mai no me escribió le escribo. Elias—. Hola, ya salí del trabajo, paso a dejar a unos compañeros a sus casas y voy. Mai—. Holis, caliento agua asi tomamos unos mates. Elias—. Buenísimo, quiero unos mates amargos urgente. —Perdon por la tardanza. —se sube detrás mío porque detrás de Lizandro esta la silla de Eve. —Bien, andando. —Hoy estuvo tranquila la cocina. —Es día de semana, el sábado va a ser una cocina loca. —voy en silencio escuchándolos. —¿Este sábado trabajas Elias?. —Si, me toca. —A mi igual, ¿me podrás llevar a mi casa el sábado?. —Es muy probable que no pueda, por eso no me comprometo, voy a tener a mi hija en casa y debo ir rapidísimo. —Bien, le digo a mi novio que venga por mi. —Si, mejor porque no quiero decirte que si y despues no poder llevarte. —los paso a dejar a los dos y ahi voy donde Mailen, estaciono fuera del barrio y bajo—. Buenas. —¿Tiene permiso de visita?. —No, vengo por Mailen Rochlan. —revisa el cuaderno asintiendo. —No hay visitas programadas. —La llamo. —marco su numero cortando enseguida donde viene—. Ahí viene. —Buenas, el pasa, es mi novio. —Bien, ¿me dice su nombre? Debemos dejar registrada su visita. —en la plaza que me dijo que tenían en el barrio hay mesa con sillas y tiene una con un mantel y el mate. —Que lindo barrio. —Si, es tranquilo, en el otro que vivíamos habían muchas parejas jóvenes y no se podía dormir por la música por todos lados, este es mas comprensible. —Bueno, yo no sé de vecinos, solo mis hermanos. —gimo por el mate amargo porque necesitaba algo diferente para mi paladar—. Que buenos que estan, como necesitaba unos buenos mates. —¿Casada la noche?. —No tanto, es dia de semana, es movida pero no tanto como los fines de semana. —¿Este fin de semana trabajas?. —Si, me toca una semana de mañana y otra de noche, menos los domingo, los domingos no trabajo. —Al menos puedes salir a pasear o algo. —Todos los fines de semana estoy con Eve, la paso genial aunque no salgo mucho. —Este domingo podríamos salir, —le devuelvo el mate asi toma. —Si, salimos a comer algo o al cine, ¿me disculpas?, me mandaron mensaje. Papá—. Hola hijo, ¿ya vienes?. Elias—. Hola, estoy con Mailen tomando unos mates, en una media hora ya me voy. Papá—. Avísame cuando vengas. Elias—. Si, te mando mensaje enseguida. —Bueno, mi papá me decía que, qué pasaba que no iba a la casa. —Entonces tomamos un poco mas de mates y ya vas o se van a preocupar. —Es bien pesado, aunque creo que voy por el mismo camino con mi hija. —Es entendible, eres su hijo, se preocupa muchísimo por ti. —tomo un mate mas y me paro. —Lo lamento, fue corta la visita pero debo irme. —Te acompaño a la entrada y despues le digo a mi papá que te haga el permiso de entrada. —¿Tu papá que dice sobre vernos?. —La verdad que no me ha dicho nada, Efra esta ahí, medio que no sé que te va a decir pero espero no discutan. —¿No le gusta que sea tu novio?. —Ni tu ni nadie en realidad, con mi ex actuó peor, cerraba la puerta con llave para que no salga. —¿De verdad?. —Si, yo lo atribuyo a que tenia diecisiete, no es lo mismo que ahora. —Bueno, tambien fui el hermano celoso, y entiendo como actúa. —antes de llegar al portón me paro delante de ella—. Te estoy mandando mensajitos. —envuelve sus brazos por mi cuello dándome un beso, no es un beso fogoso ni nada—. Mmmmggg. —se aleja sonriendo. —Escríbeme cuando llegues por favor. —Si, te voy a estar escribiendo. —Chao, ve con cuidado. ..................................... Me giro en la cama bostezando, mi celular suena sin parar, lo agarro asi veo quién me llama tanto, y cuando veo el nombre de Romina me dan deseos de no contestar, pero tenemos una hija juntos, no puedo ignorarla. —Hola Romina. —¿Qué pasa que no contestabas? Te estoy llamando hace horas. —Estaba durmiendo Romina, ¿Qué pasa?. —Seguro que estas con una puta ahi y ignoras a tu hija. —me friego la cara sin decir nada—. ¿Me estas escuchando?. —Si, y espero a que me digas que pasa. —Que vengas por Evelin, tengo una entrevista de trabajo y no tengo con quien dejarla. —Ahi voy. —En quince minutos tengo que estar en la entrevista, asi que me vas a tener que llevar por no atender antes. —Voy. —salgo poniéndome la remera y en chancla, menos mal que me acosté con unos pantalones cortos, pasándome los dedos por el pelo voy donde Romina, toco bocina y bajo asi subo a Eve en la silla—. Hola amor mío. —Rapido que voy tarde. —sin decir nada la subo a Eve, ella sube sola asi que no tengo que decirle nada—. Tengo que ir al barrio Pelegrí. —¿Qué tipo de trabajo vas a hacer?. —en la avenida me inclino a ver y de reojo la veo bien vestida, con un vestido y una chaqueta por debajo de los pechos. —No lo sé, pero me dijeron que podía postularme para recursos humanos o venta, es un galpón de empaque. —sin decir nada manejo al lugar—. Hay olor a mujer en este auto, y no digas que tus hermanas. —No, una compañera de trabajo que llevo a su casa. —¿Ahora son compañeras de trabajo?. —estaciono afuera mirándola. —Llegamos. —Espérame que debo ir por los nenes al colegio. —Te doy plata para el taxi. —¿No me puedes llevar? ¿Qué es lo que tienes que hacer que te quieres ir?. —Me quiero ir a preparar para el trabajo —¿Asi llevas a esa compañerita otra vez?. —bajo la cabeza suspirando porque siempre lo mismo, me da un golpe en el brazo—. Estoy cansada de esto Elias, cansada que no me respetas ni un poco, que siempre te tengo que suplicar para que hagas las cosas —Romina por favor, ve a la entrevista, te espero y vamos por los chicos y te llevo a la casa. —se baja azotando la puerta y Eve llora asustada—. Ya voy hija. —camino por afuera del galpón con Eve en brazos y esperando a Romina. Mamá—. ¿Hijo, fuiste por Eve?. Elias—. Si, estoy esperando a Romina que esta en una entrevista de trabajo y voy. Mamá—. Bueno, ¿la traes a la nena?. Elias—. Si, la llevo conmigo. Mami—. Te esperamos para comer y le hacemos a la nena. Elias—. Dale gracias, te amo. —¿Con quién estas hablando?. —Con mi mamá, ¿vamos?. —Muéstrame. —No tengo que mostrarte nada. —Muestra con quién hablabas, vamos, ¿Qué tienes que esconder?. —NADA, NO TENGO QUE ESCONDER NADA, HABLABA CON MI MAMÁ CARAJO. —le muestro el celular asi ve que hablaba con mi mamá, la envuelvo a Eve que llora envolviéndome por el cuello—. ¿Cuándo mierda vas a dejar de joderme la vida?. —¿Yo te jodo la vida? ¿Qué fue lo que me hiciste y te lavaste las manos?. —¿Qué te hice? Una hija te hice, una hija que nunca dude ni me lave las manos, estoy aca, y estoy cada vez que me llamas. —Es justo lo que un padre debe hacer. —Si, por mi hija voy donde sea, no por ti y sin embargo hago cada mierda que se te ocurre, y quiero que me dejes en paz... Una maldita vez quiero estar en paz. —comienza a llorar como cada vez que discutimos—. Voy a estar para mi hija, voy a estar para ti, pero entiende de una vez que no tenemos nada ni lo vamos a tener. —¿Porqué no Elias?. —me friego la cara con fuerza—. ¿Por qué no me das otra oportunidad?. —Porque todas las veces que te las di fuiste una maniática, me olías hasta los calzones Romina, ¿Cómo pretendes que soporte eso?. —Si no tuvieras nada que esconder no te molestaría. —No tenia nada que esconder, pero no lo iba a soportar tampoco. —¿Nada que esconder? ¿Y con la otra que te encontré?. —¿Tenias que sacar eso no?. —voy al auto ya sacadísimo, me subo con Eve en mis brazos y ella se sube azotando la puerta como hace casi siempre. —Lo saco porque te haces el estúpido, el que nunca hace nada. —Fue cuando no sabia que venia Eve y la dejé enseguida Romina. —manejo a la escuela de los nenes—. No pasa nada amor. —le doy un beso en la cabeza a Eve que me abraza con fuerza. —Elias por favor. —Ya basta, por Dios Santo basta, —freno en un parque, saco de la guatera una billetera que siempre tengo con plata, saco y le doy—. Bájate, ve en taxi, ya me hartaste la puta paciencia. —No me voy a bajar, —ENTONCES YA PARA... —se cruza de brazos como la berrinchuda que siempre fue y hago de todo para calmar a Eve, cuando lo logro vamos en silencio a buscar a los nenes. —Ya vengo. —va a buscarlos y yo siento a Eve en mis piernas apoyada en el volante mientras juego con ella que se rie mirando mis manos ir por su barriguita. —Hola Elias. —Hola chicos, ¿Cómo va?. —estiro la mano para saludarlos—. ¿Cómo fue el colegio?. —Bien, tenemos acto y te queremos invitar. —Si, avísenme el día y la hora y vengo, pero me avisan con tiempo, si tengo que trabajar pido la mañana. —Si, despues le decimos a mamá que te avise. —voy a la casa de ellos a dejarlo. —Me llevo a Eve. —Pero hasta que te vayas a trabajar porque en dos días te la vuelves a llevar. —Bueno, antes de las cinco la traigo sino mis papás. —Bueno. —Chao chicos, nos vemos. —manejo unas cuadras y paro para acomodar a Eve, le doy unos besitos en sus cachetitos furioso por discutir delante de ella—. Te amo amor, perdóname por asustarte. —en mi casa no puedo estar bien, mis papás ya nos esperan para comer y solo miro el plato sin para de pensar. —¿Volvieron a discutir?. —Si, como siempre. —¿Qué pasó ahora?. —Los celos, estaba respondiéndole a mamá cuando comenzó. —¿Cuándo se entere que te vez con Mailen qué va a pasar?. —En eso pienso, se va a volver loca eso es seguro. —los miro negando—. ¿Salen después?. —No, si quieres la llevamos asi no vuelven a discutir. —Si por favor, no quiero volver a pelear. —la saco de la silla porque se le cierran los ojitos—. Nos vamos a dormir una siesta, nos vemos después. —Descansa hijo. . .
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