Capitulo 1
Elias.
—Aca estoy, ¿Dónde está?.
—Si es un sufrimiento para ti no vengas mas. —la miro sin decir nada porque lo que quiere es pelear y no voy a darle lo que quiere, entra a la casa dejando la puerta abierta y ahí veo a sus otros nenes salir riendo.
—Hola.
—Eliaaaassss. —les doy un abrazo a cada uno sonriendo.
—¿Cómo están? ¿La escuela cómo va?.
—Bien, me cuesta las matemáticas Eli.
—Si, yo tampoco entiendo bien.
—¿Y las clases particulares?. —sonrío al ver venir a Evelin en brazos de Romina, cuando me ve se sacude con fuerza estirando la manitos—. Hola mami... Hola amorcito.
—¿Hasta cuándo te la llevas?. —me envuelve en sus bracitos besándome y llenándome de baba.
—Mándame mensaje, sabes que si fuera por mi me la dejo y ya. —me da el bolso que le exijo que cada vez que me la llevo, le dije que me mande el carnet de vacunas y el documento por las dudas porque si me dan ganas de viajar me la llevo y ya, el pasaporte lo tengo yo aunque igual me tiene que firmar un permiso cuando viajamos.
—Pues no te la dejas porque es mi hija tambien. —miro a los chicos que los quiero con todo mi corazón y fueron unos amores conmigo, y lo son.
—Bueno, me voy. —voy al portón de la casa besando la carita de mi hija y pensando en que mis papás me dicen siempre que no entre a la casa, que por mas que ella o los chicos me inviten que no entre, siempre de la puerta para afuera y si puede ser en la vereda mejor—. Los chicos me decían que les cuesta unas materias, busca maestra particular y me avisas, la escuela ya la pagué.
—Si, busco y te mando mensaje. —me inclino dándoles un beso, no son mis hijos y tampoco su papá se hace cargo, siento que para ellos soy su figura paterna y hago el intento de cumplir lo básico.
—Chao, cuídense y pórtense bien con mamá, ahí le mandé platita a mamá asi salen a comer algo rico.
—Gracias Eli. —subo a Eve en su silla y voy para mi casa pensando en que Romina la verdad que esta cada vez mas difícil, sale con cada cosa que a veces me da un poco de miedo, cuando llego a la casa la bajo y voy hacia donde mis papás así la ven.
—Buenas.
—¡Oh mi amor!. —mi hija se lleva las manos a la boca feliz cuando ve a mi papá venir estirando los brazos—. Viniste mi amooorrr. —la agarra llenándola de besos.
—¿Y mamá?.
—En la cocina. —dejo el bolso en el sillón y voy a la cocina, esta haciendo masa.
—Hola mami.
—Hola hijo. —le doy un beso donde no la veo de ayer—. ¿Vino la nena?.
—Si, la tiene papá.
—Uuyyy ahora no la suelta.
—La tengo aca mujer, no molestes. —la acerca asi mi mamá le da un beso.
—Hola amorcito... Mi vida hermosa. —pongo la pava asi tomamos unos mates escuchando la risa de mi hija—. Crei que te tocaba el lunes.
—Me llamó diciendo que tenia cosas que hacer y que vaya por ella. —abro la heladera viendo que tienen de comer—. Obvio me llamó porque es viernes y me quiere joder no mas.
—Pues esta bien que vayas por ella hijo, no quiero decir nada pero no la conozco, puede que por no ir le haga algo a la nena para lastimarte.
—Le dije que si fuera por mi me la dejo de una vez por todas, porque la verdad que la pone difícil. —saco unos huevos y queso así hago un omelette—. Bueno, no importa, no tengo nada qué hacer y la nena no me molesta para nada.
—A nosotros menos corazoncito... —sonrío porque mi papá la llena de besos que la hacen tentarse de la risa, para sus ocho meses es una vivaracha terrible—. El abuelo te ama un mundo entero mami.
—Listo, dame a mi nieta hermosa.
—Que pesada. —niego porque es siempre lo mismo, ni vengan mis sobrinos porque se ponen locos los dos—. No me dejas disfrutar de mi nieta.
—Ya están peleando señor. —Bena entra negando, viene en bóxer y con cara cansada.
—¿Recién te levantas?.
—Si, tuve dolor de muelas.
—Tuvimos que ir a la guardia anoche. —miro a mi papá cuando habla—. Creo que va a extracción.
—No quiero, pero si no me deja de doler lo voy a tener que hacer. —va con Eve moviéndole las manos con una sonrisa—. Hola amor mío, que bella que estas.
—Si, el tio te va a bañar para ir a la iglesia.
—Nooo, la ultima vez se cagó en el agua.
—¿Y? No tiene nada que ver. —haciendo caras de asco comienza a preparar el mate—. ¿Y Adiel?.
—Entrenando, yo avisé que no iba y me dieron permiso. —mi mamá con mi hija en brazos saca las cosas que le tiene para hacerle una leche.
—Con papá le compramos un vestidito y zapatitos para la iglesia.
—Gracias, entonces le pongo eso. —le tiro besos a mi hija que me mira y se rie sacudiéndose—. Te amo amor.
—Mañana a la noche vamos a comer donde el tio Julian por su cumpleaños, ¿vas Eli?.
—Si obvio, mañana vamos por el regalo con Eve.
—Avísame y vamos, —Bena me da un mate mientras habla—. Asi le compro un regalito tambien.
—Dale, seguro Adi tambien va a querer ir.
—¿Yo qué?. —nos reímos cuando entra con el bolso colgado y tomando agua—. Holaaaa mami, hola preciosa del tio.
Después del almuerzo me voy a mi casa así dormimos la siesta con mi hija, siesta a la fuerza porque si no la toma no puede ni ella con las mañas, y no quiero que en la iglesia se me ponga loca o peor, se me duerma sino en la noche voy a amanecer con ella; la miro dormir pensando en que aunque fue un error, porque si, fue un error, con Romi teníamos una relación y no la teníamos, porque era quedar para coger nada mas, cosa que me arrepiento porque iba sin respeto a su casa donde sus hijos estaban ahí, pero lo que no me arrepiento es de la confianza de que se cuidaba porque aca tengo una hija hermosa que amo con locura, con todo mi ser la amo y aunque Romina me hace la guerra muchas veces intento mantener la calma en todo momento para hacer lo mejor para mi hija, porque no creo que Romi la lastime de ninguna manera, pero intento ir calmado, si quiere que le de la razón se la doy asi no discutimos menos delante de los nenes que no tiene que ver ni oir ninguno de nuestros problemas de adultos irresponsables, ella mas grande porque me lleva diez años y soy responsable de que soy un testarudo.
—ELIIII. —miro la puerta viendo a Jemi entrar—. Venia a darte una mano con los moños. —se tira a la cama dándole un besito en los cachetito—. Hola amorcito.
—Dale porque me da miedo tirarle mucho los pelitos. —le termino de abrochar el zapato y ya quedó, la paro en la cama sonriendo.
—Pero que pechocha MAMIIII, eres una preciosidad.
—Eso es verdad hija, eres la bebé mas hermosa de todas. —Jemi la agarra dándole unos besos, vamos a la habitación de Eve que no usa porque tengo su cuna en mi habitación, pero le tengo todas sus cositas junto un tocador lleno de hebillas, moños, peines, cremas y perfumes.
—Veamos, —tengo unas planchuelas grandes donde le tengo lleno de hebillas acomodaditas y de moñitos del color y forma que quieras—. ¿Qué combina con el vestidito?.
—Creo que este, es rosa como el vestidito.
—Si, ese va bien porque sino es mucho. —mi hija tiene rulitos y se ve mas regordeta, le hace un moño a un lado de la cabeza y le pone la hebilla con un moñito—. Pásame la crema de peinar.
—Si. —busco en el otro mueblecito donde tiene los perfumes y la crema—. Me voy a terminar de cambiar.
—Si, termino y te la llevo. —me cambio rapido, me pongo un jean, zapatillas de vestir y una camisa básica—. El lunes déjala conmigo cuando vayas a trabajar. —sonrío cuando aparecen las dos—. Mamá y papá querían salir y no van a salir si queda con ellos o si la llevan no van a hacer todo lo que deban por miedo a cansarla con mucho movimiento.
—Bueno, la dejo contigo entonces.
—Me voy así Mati no se pone loco con las dos.
—Dale, gracias. —agarro el bolso, el carro, mi hija y salgo, voy al auto de mis papás asi no manejo—. Papi ya estamos.
—Pero si no digo yo que le pegamos al ojo, le quedó de diez. —mi mamá agarra el bolso sonriendo—. Tengo buen ojo.
—Y me echaste el ojo a penas me viste, la verdad que si tienes buen ojo porque semejante bombón soy. —miro a mis hermanos negando que hacen cara de asco.
—Y por eso unos hijos hermosos me diste.
—Si, hermosos y atrevidos que hacen caras. —me sale la risa porque se indigna mucho.
—Vamos que sino no encuentro lugar para el carro.
—Si.
En la iglesia ocupamos un buen espacio la verdad, mis hermanas vienen con sus compañeros e hijos, bueno, son tres niños porque no es que están llenas de hijos, mis papás, mis hermanos que aun no tienen novia, y yo con mi hija, el tema es que no somos hombres pequeños, en una fila donde entran seis sillas debemos sacar una y que se siente una de las chicas para reducir los espacios, por lo general me siento con Fede y Sefo y los chicos y de igual manera se vuelve incómodo, y mis papás con Jemi y Matias.
—Los niños pueden estar pasando así oramos por ellos. —veo sonriendo como Kezi se desespera para poder ir, Jemi va con Alli en brazos y Adi lleva a Eve.
—Kezi se vuelve loca cuando llaman a los niños. —la miro a Sefo sonriendo ya que Fede lleva a Samu, veo como mi hija cierra los ojitos y alza las manitos mientras oran por los niños.
—Es una desesperada la verdad.
—Mira como ayuda a los demás a pararse. —lo encontramos divertido pero nos gusta, es lo que le hemos enseñado, a ser una chica ayudadora.
—Llegamos.
—¿Dijiste Gloria a Dios hija?.
—A ver, Gloria a Dios. —dice Beni y ella alza los bracitos cerrando los ojos y mueve la boquita como diciéndolo—. Bien, asi se hace amorcito.
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