En ridículo

1828 Words
Emma notó la manera en que las estaba viendo su flamante esposo, sintió que un gran escalofrío invadía todo su cuerpo, se alejó de Lena para dirigirse hacia la mesa donde se encontraba su abuelo en compañía del viejo Anderson, sonrieron en cuanto la vieron acercarse. —Muchacha, quién diría que te convertirías en una parte muy importante de la familia, desde ahora serás para mí como una hija más, espero que seas muy feliz junto a mi nieto. La chica sonrió tímidamente, la verdad es que los recuerdos que tenía de esa familia eran muy vagos, su abuelo y Elijah Anderson convivían continuamente, pero ella desde pequeña no lo había hecho. Liam se acercó en ese momento, una extraña sonrisa se dibujaba en su cara. —Espero que mi bella esposa acepte bailar conmigo el vals nupcial. —Dijo mientras extendía su mano hacia ella. Emma estuvo a punto de negarse, pero al ver una gran sonrisa dibujada en el rostro de su abuelo, extendió su mano para tomar la de él, Liam la sujetó fuertemente, la pobre chica intentó ocultar que la estaba lastimando, camino junto a él hasta el centro de la pista. Liam rodeo con su brazo su pequeña cintura atrayéndola hacia él, para hacerlo utilizó toda su fuerza, ella lanzó un débil quejido, sintió que le faltaba el aire, pero no le daría gusto, se esforzó por sonreír, él también lo hizo, pero cínicamente. Empezaron a moverse y a girar alrededor de toda la pista, para quién los veía parecían una pareja normal de recién casados. —Debo felicitarte, y no solo a ti, también a tu prima, después de todo lograron acorralarme para que por fin aceptara casarme con alguna de ustedes —acercó su boca al oído de la chica, ella pudo sentir su tibio aliento sobre su cuello —ya veremos cuanto tiempo soportas a mi lado. El primo de la chica se acercó para pedir que bailara con él. —Es mi turno de bailar con la novia. Liam prácticamente la empujo sobre él, cuando iba a dar la vuelta, Lena se acercó. —No despreciarás bailar conmigo, después de todo soy la prima de la novia. Al ver su descaro se sintió furioso, pero en el lugar había demasiada familia, y no podía permitirse hacer un escándalo, sobre todo porque había una televisora cubriendo lo que llamaban la boda del año. Lena rodeo su cuello con sus brazos, Liam se sintió incómodo, colocó de mala gana sus manos sobre la cintura de la chica. —No creí volver a estar alguna vez así contigo, por las noches aun puedo sentir el calor de tus manos sobre tu cuerpo, recuerdo que siempre me decías que te encantaba mi cuerpo, la forma como te... —¡Con un demonio! Ya cállate. Emma y su primo voltearon a ver qué era lo que pasaba, Liam sin querer había alzado demasiado la voz, ahora tenía sobre él la atención de las personas que se encontraban a su alrededor. —Maldita sea Lena, lárgate y no vuelvas a acercarte, si lo haces te juro te arrepentirás, me conoces y sabes de lo que soy capaz. Lena se alejó divertida por haberle causado un mal momento, su risa escandalosa puso al Liam de peor humor, Emma no tenía idea de lo que había pasado, pero sabía que su prima podía poner de mal genio a cualquiera a su alrededor, vio que Liam se había quedado parado al centro de la pista mientras apretaba los puños, así que tomó por el brazo a su primo para regresar a la mesa dónde se encontraban los abuelos, ahí se sentía a salvo de su marido. Su flamante esposo evitó acercarse a ella en toda la noche, agradeció que los invitados lo llamarán de un lugar a otro, intentaba extender las conversaciones, así no se vería obligado a estar junto a la novia. Más tarde las personas empezaron a retirarse, el momento que temía había llegado, tenía que retirarse del lugar llevando a la chica con él, los abuelos habían insistido en regalarles una hermosa mansión, se acercó hasta donde estaba Emma con los dos viejos. —La fiesta ha terminado, hijo, es hora de que partan hacia el que será su nuevo hogar. —La sola idea de formar un hogar con esa mujer le molestaba. En el lugar solo quedaban las dos familias, así que acompañaron a los novios hasta la limusina para que se marcharan, Emma estaba conteniendo las ganas de llorar, por un arranque de furia por lo que le había hecho Noah, ahora estaba junto a ese hombre que la odiaba. —Ahora seremos tan solo tú y yo, amorcito. —La chica intento ignorarlo, concentró su atención en la ventana, Liam se cambió de lugar para quedar lo más lejos posible de ella, ¿Es que acaso creía que lo contagiaría de algo? Al llegar a la mansión, Liam bajó primero de la limusina, caminó hacia el interior de la mansión ignorándola completamente, después se dio la vuelta, a Emma que recién bajaba, no le agrado en lo absoluto el gesto que el hombre tenía dibujado en su rostro. —Como sabes, debo cargarte antes de entrar en nuestro hogar, es tradición, de lo contrario nuestro matrimonio está destinado al fracaso. Sin darle tiempo a más la alzó entre sus brazos, ella estaba sorprendida, ¿Por qué ese repentino cambio? Algo en su interior le indicaba que debía de alejarse de inmediato. En lugar de entrar en la mansión, Liam se dio la vuelta, se acercó hasta la enorme fuente frente a la casa, fue todo tan rápido, Emma no supo lo que paso, cuando se dio cuenta estaba dentro del agua. —Ahhh, eres un animal salvaje, orangután. —Ja, ja, ja, ups, lo siento querida esposa, te me has resbalado de entre los brazos. Liam se dio la vuelta, en lugar de entrar en la mansión, subió a la limusina de vuelta, Emma observó en medio de lágrimas como se alejaba, tal vez dormiría en otro lugar, tendría que agradecerle por eso, quizá ella podría vivir ahí, y él en otro lado, soportarían el tiempo suficiente para después divorciarse. Entró a la casa, el ama de llaves contratada para su servicio, enseguida le ofreció una toalla caliente. —Tome señora, debe secarse de inmediato, de lo contrario podría resfriarse. —La chica le agradeció con una sonrisa, después la siguió hasta la que sería su habitación de ahí en adelante. Por la madrugada fue despertada por un gran escándalo, bajó enseguida para ver qué era lo que estaba pasando, al hacerlo pudo que Liam estaba dentro del jacuzzi que estaba en la terraza, el hombre se divertía con tres mujeres que se encontraban casi desnudas. —Que bien que bajas mi querida esposa, ven, únete a nosotros para celebrar nuestro matrimonio. Ella se le quedó viendo con profundo desprecio, iba a pedirles que abandonaran la casa, después de todo también era dueña, suspiro fuertemente antes de darse la vuelta para regresar a su habitación, discutir con ese hombre sería darle una importancia que al menos para ella no tenía. Al otro día salieron rumbo a Hawái, los padres de Emma les habían regalado el viaje, Liam estaba decidido a humillarla todo el tiempo, durante todo el viaje en el avión privado, se dedicó a besarse y a coquetear con las sobrecargos, ella cerró los ojos, prefirió ignorarlo. En cuanto llegaron a la isla, Liam se empezó a referir a ella con distintos apodos, no le importo que las personas a su alrededor notaran lo que pasaba, el chico en la administración se sintió mal por Emma, sabía que eran recién casados porque habían reservado la suite nupcial para ellos, quiso acompañarlos personalmente para mostrarla, pudo ver que el rostro de aquella chica era triste, algo que no correspondía a una recién casada. —Está es la habitación reservada para ustedes, cualquier cosa que necesiten pueden llamarme. —El chico lo dijo mientras le sonreía a Emma tiernamente. —Suficiente, esta mujer aunque fea la pobre, es mi esposa, y la cara de bobo que tienes al verla no me agrada, así que anda, sal de aquí inmediatamente. Emma se disculpó con aquel chico, no entendía si Liam siempre se comportaba así de imbécil, o era solo porque quería humillarla adelante de la gente. La habitación estaba decorada bellamente, el ambiente era romántico, al menos para una pareja que lo fuera realmente, había pétalos de rosas rojas regados por toda la alfombra hasta la habitación. —Qué cursi, no te preocupes, no dormiré a tu lado, pediré otra habitación. Emma se dejó caer sobre la cama, mientras veía el techo pensaba que tenía que salir a como diera lugar de esa situación en la que se había metido tontamente. Liam la evitó en los días siguientes, se dedicó a pasearse por el hotel y las playas en compañía siempre de diferentes chicas, el chico de la administración sintió pena por Emma que la pasaba encerrada en su habitación, así que se atrevió a llamar a su puerta para hacerle una invitación. —Disculpe que la moleste señora, pero me he dado cuenta de que usted no ha salido, incluso sus alimentos los toma en esta habitación, si gusta puedo ser su guía para mostrarle los magníficos paisajes de la región. Emma sonrió, aceptó de inmediato, estaba cansada de ver televisión. Los dos días siguientes, el chico le mostró los paisajes más bellos de la isla, al segundo día por la tarde la llevó para que pudiera bucear y conocer una de las playas más bellas del lugar, después de bucear, Emma quiso quedarse un poco más en la playa, Liam pasaba por ahí en compañía de otra chica, una pareja que jugueteaba entra las olas llamó su atención, la chica llevaba un diminuto bikini, estaba de espaldas, pero el cuerpo que tenía era de tentación. Buscó un pretexto para acercarse hasta allá, se llevó una gran sorpresa cuando la chica volteó, pudo ver que aquella curvilínea mujer no era otra más que su esposa, ¿Qué demonios hacía ahí acompañada de otro hombre? Se sintió furioso, de él no iba a burlarse, sería el hazme reír de todos si llegaban a enterarse que su mujer le puso los cuernos durante su luna de miel. Se acercó furioso, Emma y el chico salían del mar, en realidad solo jugaban evitando las olas, Liam se acercó, y sin pensarlo más soltó un fuerte golpe en el rostro de aquel chico. —Regresas en este instante a la habitación, ¿Quién demonios te crees para ponerme en ridículo? Emma se sintió furiosa, ¿Qué quién se creía ella? Estaba loco ese tipo, se acercó para ver cómo estaba el chico que por la fuerza del golpe había caído al piso, antes que lograra hacerlo, sintió que Liam la tomaba con fuerza por el brazo.
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