Emma sintió que la fuerza de su agarre la estaba lastimando, pero en ese momento pudo más la furia que estaba sintiendo, ¿Quién demonios se estaba creyendo? —Suéltame orangután. —Dijo mientras intentaba soltarse. —¿Soltarte? Ja, ja, ja, ahora mismo te llevare a la habitación, no saldrás de ahí, regresaremos a Nueva York mañana temprano. La llevó de mala manera hasta el hotel, afortunadamente estaba cerca por lo que no tuvieron que caminar demasiado, la llevó a la habitación entrando con ella. —Bueno ya estoy aquí, ahora lárgate. —Me quedaré aquí está noche, no me arriesgare a que duermas otra noche más con ese tipo, imagino que es lo que has estado haciendo, y no porque me importes en lo absoluto, sino porque ya estuvo bueno que de mi se burlen, y te lo advertiré una sola vez, de ahor