¡POV DE SONGÜL!
«Me quedé varios minutos llorando sobre la cama de aquella habitacion, abrazada a mis propias piernas y aún desnuda sollocé con fuerzas. Me era difícil de asimilar que aquello había pasado, que me había entregado a un hombre que apenas y conocía. Joder, eso no era lo que yo buscaba, no buscaba hombres mucho menos sexo como lo dijo ese patán, aprovechado, abusador. Yo solo quería pasar una noche sola, disfrutar como si fuera una adulta, y estás son las consecuencias por ser una rebelde, por eso papá me tiene en ese internado».
Limpio las lágrimas al momento que tocan la puerta —Chaparrita—, es Eithan —¿Por qué no has salido de la habitación? —, pregunta al abrir la puerta —¿Estás enferma? —, pregunta al llegar a mí, toca mi frente y parte del cuello —Song ¿Qué tienes?
—Cólicos—, digo sin más.
—¿Entonces no me vas acompañar a la carrera?
—No puedo.
—¿Es mucho el dolor?
—Como siempre—, digo y me abrazo más a mis piernas —Siento no poder acompañarte y hacerte barra, Eithan—, hablo con la voz quebrada, estoy a punto de colapsar, creo que sí él se queda un segundo más, me desgarraré en llanto.
—Llamaré a papá y mamá.
—No—, me siento de una —Déjalos que disfruten de su aniversario, esto pasará, siempre pasa—, lo veo dudar, pero guarda el teléfono y se sienta a mi lado.
—No iré a la carrera, me quedaré a cuidarte.
—No, no puedes faltar, es muy importante, pueda que si ganes hoy clasifiques para torneos internacionales.
—Eso no es más importante que mi hermanita.
—Vamos, Eith, sabes que si, que si es importante, es tu sueño llegar a los grandes torneos, no me digas que por un cólico que siento dejaras pasar esta oportunidad. Yo estaré bien, pediré a mi nana me prepare el te de siempre y estaré excelente, ya cuando vuelvas me encontrarás bien.
—¿Segura? —, asiento — me abrazo y reprimo las ganas de llorar —Te llamaré apenas llegue—, se levanta y sale de la habitación —Le diré a la Nana que te prepare el té—, cierra la puerta y se va. Vuelvo a dejar caer mi cuerpo y suelto los sollozos. Al poco rato ingresa mi Nana muy preocupada.
—Songül, me dijo Eithan que tienes cólicos—, me toca y continúa —¿Nuevamente te bajó la regla?
—Solo es un dolor de barriga, Nana. Eithan exageró, estoy bien.
—Pues no me parece, has estado llorando—, se queda viéndome de brazos cruzados —¿Qué pasó anoche? —, frunzo el ceño al verla seria —No te hagas que no sabes, te vi llegaren la mañana, y no creo que hayas salido de madrugada a caminar, estabas vestida como si hubieras ido a una fiesta—, se sienta a mi lado renegando —Nuevamente lo hiciste, Songül, nuevamente te escapaste para meterte a ese lugar, porque haces eso mi niña. Tú padre se enojará mucho cuando lo sepa.
—No, no le digas nada, prometo nunca más escaparme para ir a bailar, lo prometo—, me abrazo a ella y lloro con fuerzas —Ya no seré más rebelde, obedeceré a mis padres, lo prometo—, abrazo a mi Nana con fuerza —Y no pasó nada, solo que estoy muy sentimental, Andy me terminó.
—Ay, mi niña. No debes llorar por eso, los chicos van y vienen, y si ese muchacho te terminó, otro mucho mejor llegará, además, estás muy joven para andar de enamorados. Fue por eso que tú papá te metió a ese lugar, porque ese muchacho no le parecía bueno, te estaba llevando por mal camino, y si terminaron, yo creo que fue lo mejor. Recuerda que los padres jamás se equivocan, si te dicen las cosas es porque presienten que algo puede suceder.
—Lo sé, y ya entendí que ellos solo quieren protegerme de los depravados, ya lo comprendo nana—, “tarde, pero lo comprendí”
•••
¡POV DE AMAYA!
Salgo de la habitación y voy a la de mi hermana, ella aún duerme, pero me lanzo sobre su cama, se queja al momento que la desabrigo —Para Ama.
—Vamos, levanta dormilona—, ella bosteza y suspira, se sienta aún soñolienta —¿Tuviste guardia? —, asiente, mi hermana es una policía, y puedo decir que una de las mejores.
—Vas hablarme del estúpido ese—, sonrío porque si. Siempre me siento frente a mi hermana y paso contándole todo lo que me hace sentir Fabien Lanús —No quiero saber de qué manera te trató ayer el idiota ese, es mejor que evites contarme cosas de ese patán, porque de aquí a mañana iré a su agencia y lo arrestaré.
—Tampoco es para tanto—, digo con el pecho acelerado. Es que solo hablar de él, todo dentro de mí se descontrola.
—Eres tan ingenua, Ama—, se levanta y estira su cuerpo.
—Creo que le gusto—, digo al acostarme. Eli niega mientras abre las cortinas.
—No te hagas ilusiones hermanita, que esa gente jamás pondrá sus ojos en alguien como nosotras, tiene mucho dinero y lo más probable es que quieran unirse con personas de su misma clase.
—Fabi no se ve así. Además, su ex era una simple mesera de un bar.
—Pues lo enamoró el trasero. Esos dos solo se fijan en la apariencia, son muy diferente a Emilia.
—Mmmm, pues yo tengo muchas esperanzas de que él se fije en mi—, Eli se acuesta a mi lado, ambas estamos boca abajo, pasa su mano por mis cabellos y suspira.
—Renuncia a ese trabajo, no es necesario que trabajes, solo te haces daño, ese tarado solo te mira para regañarte, es un idiota, cómo puede gustarte.
—No lo sé, simplemente me gusta—, suspiro —Si trabajo ahí, es para estar cerca de él.
—Te estás obsesionando Amaya. Eso no es bueno.
—No es obsesión, es amor—, digo al salir de su habitación, camino hasta la cocina y agarro una manzana, la devoro por el hambre que tengo, hasta que esté mi desayuno mi tripa grande se comerá la pequeña.
—Prepara para todos cariños—, grita mamá desde la lavandería que queda al cruzar la puerta del pequeño comedor.
—Está bien ma—, mi celular suena, rápidamente reviso porque es el sonido que puse para las notificaciones de la cuenta de mi bello jefe. Muerdo mi labio al ver el vídeo de ellos tres juntos, no logro diferenciar quien es Fabien, pero lo único que sé es que ambos son divinos, suspiro profundo y dejo el celular en el mesón.
—¿Ese suspiro es de enamorada? —, me pego un susto al escuchar esa voz. Papá abre la nevera y se bebe del frasco de yogurt —¿Mi hija está enamorada? —, pregunta al limpiar su boca —¿Quién ese ese hombre que me quiere robar su corazón? —, sonrío y me giro a revolver los huevos. Papá se acerca y me da un beso en la cabeza —Necesito conocerlo.
—No tengo novio, cuando lo tenga lo traeré, ten lo por seguro.
Una vez preparado el desayuno, que en realidad debería de ser almuerzo ya que el reloj marca las once de la mañana, nos sentamos al comedor. Mi hermana está vestida con su imponente uniforme de policía, mi padre la mira con orgullo, él, se siente orgulloso de nosotros tres, porque Jhos Basol, tiene tres hijos, bueno, dos hijas, y un enano insoportable que por estar enfermo no llegó a mi habitación a tocar su trompeta en mi oído.
—¡Oh, vas a morir, Johann! —, le digo y me saca el dedo del medio —¡Eres un demonio, ni enfermo te quedas sin respuesta!
Papá y mamá nos regañan. Johann se acomoda en la silla vacía y empezamos a disfrutar del delicioso desayuno que preparé. De pronto, mi padre empieza hablar de una invitación que le acaba de llegar, y es nada más y nada menos que para esta noche, y en casa de los Lanús—, mi corazón se acelera al saber que podré ver a Fabien, joder, ya quiero que llegue la noche.
—Pueden ir desde ahora al salón.
—Amaya ni yendo al salón queda linda.
—Calla cucaracha—, le respondo y muestra sus dentaduras, el pequeño a mudado y parece viejito sin dientes —Chimuelo—, le digo y deja de reír.
Nosotros dos parecemos odiarnos, pero en realidad nos amamos, ese enano me saca de quicio, pero así mismo me llena de alegría. Después del desayuno salimos con mi madre al salón de belleza, a diferencia de Eli, yo si le tomé la palabra a mi padre, quiero estar hermosa para esta noche, quiero lucir hermosa para deslumbrar a Fabien Lanús.