Capítulo 5

906 Words
Creo que Fabiola se olvidó de mí, llevo varias horas sentada en sofá, he visto por la ventana y sé que ha oscurecido, no tengo idea de la hora que es porque no hay ningún reloj en todo el apartamento, ya busque en todas partes, lo he recorrido con mucha cautela y delicadeza, solo observé todo lo que había caminando por todo el lugar, los dormitorio están cerrados con llave, intente entrar, quería saber si había algo que me diera la hora, pero no pude, tampoco hay fotografías o algo que me dé una señal de quienes son las personas que viven aquí, he visto algo de comida en el refrigerador, pero todo tiene nombre así que no he tomado nada, tengo mucha sed y hambre, no he comido, ni bebido nada en horas, comencé a cerrar los ojos, el sueño era demasiado, ya no pude más y me acomodé en el sofá. Desperté cuando escuché unas risas y voces venir de afuera, me levanté alerta y vi a Fabiola junto a un hombre ne.gro. –¿Quién es esa chica? –me señaló el moreno. –¡Carajo! Lo olvide –dijo Fabiola –. Perdón cariño, estuve muy ocupada en el trabajo, luego pasé a un bar a desestresarme y olvidé que estabas aquí. –Está bien, te estuve esperando. Esa era una disculpa muy extraña, apenas si me miró porque estaba viendo su teléfono, pero el chico moreno se acercó, me rodeo viéndome todo el cuerpo, de pronto me sentí expuesta, como desnuda frente a él, pero no pareció importarle, tomó mi mentón con sus dedos y me miró el rostro detenidamente. –Qué ojos tan hermosos. –¡Oye! ¡Eso dijiste de los míos! –reclamó Fabiola. –Los tuyos son preciosos, cariño –aclaró el chico moviendo su mano –. Pero mira este hermoso color café y su tamaño, son enormes y adorables. –Yo… eh… gracias. –Tu cabello es divino, muy bien cuidado y tu cuerpo es perfecto –señaló –. ¿Eres modelo? –No –negué con la cabeza muy rápido. –¿Estás aquí para serlo? –¿Qué? –Miré a Fabiola que no estaba poniendo atención a lo que sucedía –. Yo, no lo creo, soy enfermera. –¿Y eso qué? –bufó –. Vienes a la ciudad a ser enfermera, solo mírate, estoy seguro que te contratan en cualquier revista de inmediato, eres diferente… exótica. –Exótica –repetí. –Siempre tienes que repetir todo lo que te digo. –Tenía una enorme sonrisa fingida. –Ni me lo digas, la tuve que escuchar mientras la traía aquí –mencionó Fabiola –. Le dije a tu hermana que ya estabas aquí, te podemos dar unos días, pero debes conseguir empleo, de enfermera o de lo que sea que quieras… Pronto, ¿de acuerdo? –Si –respondí –. ¿Hablaste con Kaashika? ¿Qué te dijo? ¿Puedo hablar con ella? –Kaashika, qué exótico –sonrió el chico. –Podrás hablar con ella cuando tengas tu propio teléfono. –Conseguiré trabajo, lo prometo. Fabiola vio alrededor, caminó a la cocina, abrió el refrigerador y luego el lavado de los platos, abrió otra gaveta y por último me miró. –¿Qué comiste? –No sabía si podría tomar algo, así que no he comido nada. –Son las dos de la mañana y no has comido nada. –Me quede dormida en el sofá –señale. –¿Qué carajo? –Yo me encargo –intervino el chico moreno –. Tu ve a descansar que mañana tienes que volver al trabajo. –Bien. Fabiola se fue a una de las habitaciones y no la volví a ver, el chico moreno sacó unas cosas del refrigerador y comenzó a preparar algo en la cocina, olía muy bien. –Soy Jerry, hago artículos y esas cosas para una revista de modas, es temporal –sonrió –. Seré un famoso diseñador cuando se me presente la oportunidad. –Espero que puedas cumplir tu sueño. –Gracias, amor –me guiñó el ojo –. ¿Cuál es tu nombre? –Soy Prahla Akhtar. –¿Y qué haces en Nueva York, Prahla? –Bueno, yo… –trague saliva –. Yo no quería casarme y me fui de mi casa. Me removí en mi asiento y sentí que iba a llorar, creo que Jerry se dio cuenta porque ya no preguntó nada más. –Por ahora puedes tomar lo que tenga mi nombre –mencionó –. Excepto mi yogur, necesito mis probióticos por la mañana. –Lo tomaré en cuenta –probé la comida y sentí que era lo mejor que había probado en mi vida. –Tranquila, corazón, que la comida no se va a ir a ningún lado –me detuvo él. –Lo siento –murmuré con la comida en la boca. –Tómate tu tiempo, para la comida y lo del trabajo, empieza a buscar mañana, pero puedes tomarte unos días. –Muchas gracias, Jerry. Él se levantó y fue a prepararse para dormir, lo vi dar varias vueltas en el apartamento antes de entrar a su habitación, Jerry se veía una buena persona, aunque estaba segura que había algo extraño en él, tal vez solo era mi imaginación, pero ahora debía hacer lo que me dicen… Conseguir un trabajo.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD