Warren:
La yema de mis dedos rozaron su piel haciéndola estremecer ante el contacto, subía desde el tiro de su sostén hasta el borde de sus bra.gas, sin llegar más allá de lo que anhelaban; sus labios unidos a los míos siguiendo el movimiento pasional, bajé por su cuello sintiendo el aroma de su cuerpo.
–Deténgase, por favor.
Volví a ella y vi esos enormes y adorables ojos… Prahla.
…
Abrí los ojos y miré al techo, estaba en mi cama, voltee hacía la ventana y el sol comenzaba a salir, al levantarme sentí la erec.ción en mi entrepierna, recordé el sueño otra vez y es que no era la primera noche que lo tenía, Prahla había estado en mi mente todo esté tiempo, su piel, su aroma y sus labios se sentían tan reales que incluso habían momentos que dudaba que fuera un sueño, recordé lo que h
