¿Valía la pena? Eso me preguntaba todas las mañana cuando abría mis ojos, porque en realidad no tenía muy claro si valía la pena continuar viviendo por algo que parecía incierto desde que Marena no estaba viva. Todo me parecía tan básico, tan absurdo, tan innecesario, tan sin sentido, que no sabía muchas veces lo que hacía, simplemente era un robot que hacía lo necesario porque eran mis responsabilidades pero no porque sintiera algun tipo de pasión por vivir. Mucho menos ganas. Caminaba en medio de los escritorios de mis empleados, el sonido de los teléfonos, el corre corre de las personas, era como un zombie y no sabía cuales eran mis ganas de vivir. Esperaba que mi mente se recuperaran, pero era como un avión en caída libre y con los motores fundidos. Marena era la vida que me falt