Una fiesta, una reunión, una celebración, no tenía idea de que diablos era lo que quería Alessandra, pero me lo había pedido de una manera tan tierna que fue imposible negarme, aunque no sabía realmente en lo que me estaba metiendo y tampoco le iba a dar demasiada importancia al asunto. Simplemente tendría que hacer acto de presencia y acompañarla en su evento. Sin embargo mientras los días comenzaron a pasar, yo me llene de trabajo y olvide por completo el compromiso que tenía con ella, llego el viernes y yo simplemente quería irme a casa a descansar no quería hacer nada más. —¿Tenemos algo más pendiente? —Acabaron de llegar los Chilenos, quieren hablar con usted. —Me quiero ir a casa. —No puede, además tiene que... —no la deje hablar, mi asistente constantemente parecía más mi je