Son las 9 de la noche y la única luz encendida en el edifico es la de mi oficina, mi madre me llamo dos veces y las dos veces ignore las llamas, sabía que mi padre le había contado de la visita sorpresa de Lorenzo, así que si contestaba me vería expuesta a un completo tratado sobre como tener a un hombre o tal vez me daría consejos para hacerlo feliz, inclusive podría decirme que deje de trabajar y vaya a tener sexo para hacer un bebé. Y entonces la palabra bebé se queda pegada en mi cabeza como una canción mala de pop. Sabía que tenía que empezar a investigar sobre los bebes, sobre el embarazo y su nacimiento, la lactancia, los pañales, la comida, la estimulación y así la noche se me paso en vela y sin darme cuenta que mi mente estaba pensando de más. Y es algo que no me gusta, pues