UNA LAPIDA.

1448 Words

Mis labios estaban ardiendo luego de que salí de casa de Alessandra, mucho tiempo había pasado desde la muerte de mi amada Marena y yo nunca me había sentido así con nadie. Pero esos labios fueron como una ráfaga de fuego que me hizo sentir vivo de nuevo. Quise quedarme allí, pero no tenía ni una sola razón para tomar esos suaves labios de nuevo y no podía confundir las cosas, no podía jugar a que la besaba y no pasaba nada, pero realmente me sorprendió su seriedad y frialdad para hablar de las cosas. Podía entender perfectamente su posición contra los hombres, pero estaba empezando a cansarme ese juego en el que ella me señala y me juzga por el simple hecho de que cree que soy igual a todos los demás. Camino al cementerio me doy cuenta que mi vida es tan vacía y mecanizada que soy u

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