CAPÍTULO IV-2

2011 Words

—Buenos los tenga usted, señorita. ¡Lindo día! —Sí que lo es— contestó Marisa. Un hombre más joven estaba mirando a Aline. —¿Es esta la chiquilla del Duque?— preguntó. —Mi papá es el Duque— contestó Aline, antes que Marisa pudiera hablar. —Ya me lo parecía— comentó el hombre casi burlonamente, y entonces escupió. Los tres hombres continuaron caminando y Marisa hizo volverse a su caballo para regresar al valle. Cuando descendieron la colina, volvió la vista y vio que los hombres, cuyas siluetas se dibujaban contra el cielo, se habían quedado inmóviles, observándolas. —Se ven muy rudos porque tienen que trabajar en un ambiente muy sucio— dijo Marisa, pensando que era oportuno impartirle alguna enseñanza a Aline—. Al extraer hierro, carbón o pizarra de la tierra, el polvo y la mugre s

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