Actuando extraño!

2611 Words
Marian.... Sebastián y yo salimos hacia mi casa, cuando llego mi madre nos recibe, saluda a Sebastián. - Hola, mi querido Sebastián, que placer verte. - Hola, señora Richards,¿como se encuentra este día? -¿Bien querido, dime como les fue? ¿A donde fueron a comer? Pregunta mi madre porque le dije que saldría con Sebas. - Bien señora, sabe que Marian y yo somos muy tranquilos. - Lo se ha querido, mi Marian es una dulzura. - Por supuesto, si señora, ella es una muchacha muy respetable. Despedimos a Sebastián, que me guiña el ojo sabiendo que me ha salvado, claro que no podría decirle a mi madre realmente a donde fuimos, mi padre se pondría furioso. Una de las cosas que siempre nos ha dejado claro es la clase de personas con las que debemos rodearnos, él siempre nos ha dicho que la sociedad es algo muy importante, como si las personas realmente tuvieran un valor. Ellos y sus amistades ven a los hijos como simples negocios, en el caso de mi hermana Sofia y yo seremos vendidas al mejor postor. En el caso de Brams él podrá comprar con el dinero de la familia a una dama bella, correcta, la más sofisticada que hay en el mercado, en pocas palabras en la sociedad. Muchas personas deben creer que es sencillo ser una persona con dinero, quizá si tuviéramos padres distintos lo sería, pero en mi caso mi vida siempre ha sido planeada detalle a detalle, el como caminar, hablar, comer, a que personas puedes hablarle, que al servicio no se le trata como a las personas normales, sino como simples empleados que no tienen voz, a menos claro que mi padre necesite saber algo ellos tienen prohibido hablar. Me pregunto por qué soportan eso, no lo sé, quizá porque tienen necesidad, eso debe ser, pues en ocasiones son humillados por mi padre y Brams, que no tienen sentimientos por las personas que nos sirven día a día, yo por el contrario sé cuando cumple años cada uno de los que aquí laboran, compro obsequios para ellos, claro sin que mi familia se entere. Muchas veces sueño con algún día irme de aquí, pero mi padre es un hombre tan atroz que en mi mente podría incluso matarme si algún día escapo de casa, le tengo mucho temor, un miedo que me congela, cuando está molesto solo me quedo ahí y guardo silencio. - Y dime querida,¿como va la Universidad? - Bien madre, estudiar arte es maravilloso. Le digo para complacerla. - Bien, ve a lavarte, cámbiate esas ropas. -¿Saldremos a alguna parte? - De hecho sí, iremos a buscar un hermoso vestido para la fiesta de los Grand. - Es verdad, está bien, iré a darme un baño y bajaré enseguida. Subo a mi habitación y me preparo para salir con mi madre y supongo Sofia. Al bajar mi padre me observa serio como siempre, él parece estar molesto cada parte del día, solo sonríe en lejanas ocasiones cuando charla con sus Amigos de sociedad. Salimos a una de las boutiques más exclusivas de la ciudad, mi madre como siempre es atendida como la mismísima Reina, ella pide siempre los mejores vestidos, no se escatima en telas que incluso vienen de muy lejos solo para complacerla. - Pero pase madame, le esperábamos. - Hola, gracias por recibirnos con tan poca antelación. Dice mi madre, aun cuando sabe que una visita suya a cualquier lugar es para dejar bastante dinero. - No, por supuesto que no es una molestia, usted es bien recibida en el momento en que lo desee, nuestras puertas siempre están abiertas para personas como ustedes. Nos toman medidas, pero siempre es lo mismo, excepto el busto que parece haberle crecido a Sofia, mi madre la observa incluso molesta, pues su cintura también es una talla más arriba. - Pero que sucede contigo, necesito que dejes de comer, mira a tu hermana, estilizada como debe ser una señorita. Estoy en mis días madre, solo estoy algo inflamada. Aun así mi madre la juzga, en ocasiones pienso que me culpa por la manera en que la tratan, y sobre todo porque la comparan conmigo, cosa que no comprendo por qué hacen. Es lo peor que pueden hacer, comparar a un hijo con otro. Cuando terminamos mi madre nos arrastra a otras 6 tiendas que son tan selectivas que solo aceptan citas, pero al ver a mi madre las puertas se abren de inmediato. Cuando por fin terminamos me siento feliz de ir al fin a casa. - Pero mi querida Anastacia, que placer verte aquí. - Mi querida Floranza,¿cómo estás? La madre de Sebastián besa en la mejilla a mi madre para después saludarnos a Sofia y a mí. - Pero que preciosa estas Marian, eres digna hija de tu madre. Ya que mi madre es alta y delgada como yo, solo que tengo más busto y cadera que ella, por ellos es que cuido lo que como, pues mi madre dice que no debo subir de peso, ya que nadie quiere a una regordeta. - Gracias Floranza, pero que apuesto esta Drako. Y es entonces que lo veo salir de la tienda de caballeros, parece que su madre venía a alcanzarlo. - Señora Richards,¿Como se encuentra este día? - Todo un caballero. - Claro, mis hijos son caballeros en todo sentido mi querida Anastacia. - Hijo, sé cortés, lleva a la señorita Marian a por una tarta. Drako observa a su madre y asiente, me pregunto por qué lo hace. - Sería un placer llevarla Marian. Me dice Drako de manera tranquila y agradable, tiende su mano y la acepto por cortesía, pues sería una grosería no hacerlo. - Gracias, es muy amable de su parte. Me pregunto por qué su madre lo obligo a invitarme, porque mi madre reprendió con la mirada a Sofia para no acompañarnos, es extraño, además sinceramente Drako no me agrada mucho, aun así no puedo ser descortés. Camino de su brazo hasta llegar a la repostería algunos metros de la última tienda que visitamos con mi madre. Él parece distinto, su mirada es más tranquila, me pregunto si ha cambiado su manera de ser, aun que esa mirada intensa no ha cambiado, sus ojos me provocan cierto escalofrío. - Gracias, eres muy amable. Le digo a Drako que me ayuda a tomar asiento en una de estas sillas que por cierto son muy cómodas, el lugar es en tonos rosas pálido su mayoría, hay diseños muy modernistas que te indican la calidez que intentaron provocar en los clientes. - Por nada. Viene hacia nosotros una chica de algunos 18 años, sonríe y nos tiende el menú. -¿Estan listos para ordenar? Pregunta de manera amable mientras leemos la carta de postres y bebidas. Yo le sonrío, pero antes de que pueda decirle algo Drako reacciona. - Acabas de entregarnos esta mofa de menú, no somos computadoras, vete y regresa en 5 minutos. Me deja boquiabierta, es espantosa su forma de ser. - No tienes por qué ser tan grosero, ella solo intenta ser amable. Pero Drako me observa furioso, me arrepiento de hablar con sinceridad, sé que debo quedarme callada, pero en ocasiones es muy complicado. - Lo lamento, es solo que... - Es una empleada Marian, ellos deben esperar hasta que estemos listos, no me digas que eres de la clase que se preocupa por los sentimientos de la servidumbre. Tengo tantas buenas respuestas para esa pregunta. - No, claro que no, conozco cuál es mi lugar Drako. Y me quedo en silencio observando el menú, aun que ahora mismo no deseo nada de él. Drako le hace una señal a la joven y ella con una sonrisa aun que temerosa nos pregunta de nuevo. - Están listos para ordenar señores. - Quiero un expreso, y tarta de cereza. Dice Drako sin ver a la joven. Yo la observo y sonrío con amabilidad. - Yo quiero un capuchino solamente. Ella sonríe y se aleja para traer nuestro pedido. -¿No tienes apetito? Me pregunta Drako, ya que no ordene postre. - No, antes de salir de casa comí algo, además los postres hacen que subas de peso, sinceramente cuido mucho mis alimentos. Él sonríe como si lo que acabara de escuchar le agradara. - Eso es maravilloso Marian, no sabes lo mucho que odio cuando una mujer sube de peso, cuando se descuida, es patético. Y claro, me lo imagino, la pobre que se case con él va a sufrir mucho por esa manera que tiene de ser. Cuando traen el pedido bebo con calma mi bebida, él hace lo mismo, se ve claramente que es un hombre educado, la manera en que come y bebe es muy notoria, no deja nada descuidado, creo que jamás pierde los modales. -¿Aún estudias? Me pregunta de pronto. - Si, aún lo hago, Sebastián y yo vamos a la misma Universidad. Pero Drako me observa como si dudara de alguna de mis palabras. -¿Puedo hacerte una pregunta Marian? Me confunde un poco su tono, pero acepto que lo haga. - Si, por supuesto. Él me mira como estudiando mi rostro y entonces pregunta. -¿Estás enamorada de Sebastián? Me deja algo asombrada la manera en que me pregunta sobre Sebas, pero él no me gusta, es un chico adorable, pero no me gusta de esa manera, sino como un buen amigo. - No, claro que no, Sebastián es mi mejor amigo, por no decir el único, mi padre es un hombre bastante exigente, soy muy cuidadosa al elegir amistades, pues le tengo bastante respeto a mi papá, no deseo hacerlo molestar, a Sebastián como a tu familia las ve con buenos ojos. Drako sonríe y me dice de manera tan sínica que me molesta. - Claro, tu padre no es ingenuo, sabe que los Grafston somos la mejor familia de la ciudad. Pero yo le hago otra pregunta. -¿Porque lo preguntas? Drako me observa y solo le resta importancia. - No, por nada en especial, simple curiosidad, los he visto sonreír cuando están juntos en las fiestas, creí que quizá tú y él eran.... Algo más. La forma en que habla me molesta, quizá exagero, pero siento en el que lo que dice siempre tiene algún fin. - Bueno, es que Sebastián es un joven amable, sencillo, carismático, y gran conversador. Drako se molesta y me pregunta. - Y en cambio yo no soy todas esas cosas,¿A eso te refieres? Se ha molestado, Dios, espero no tener problemas por esto, debes arreglarlo Marian. - No lo sé.... Le digo mientras él me observa confundido por lo que acabo de decir. - No te conozco, es la primera vez que hablamos formalmente, la única vez que cruzamos palabras me gritaste por derramar mi bebida,¿Lo recuerdas? Él asiente. - Si, claro, bien, creo que tienes un punto. - Pero no sé, quizá si charlaras más sobre ti, yo... Se queda pensativo un momento y sigue charlando, o mejor dicho haciendo preguntas. - Puedo preguntarte algo, no es obligatorio que respondas, en realidad tu rostro lo hará por si solo. Lo observo y le digo que si, que pregunte lo que desee. - Claro. -¿Eres virgen Marian? Aún no has estado con ningún chico? Me pongo de mil colores, casi me atraganto con el cafe, me pongo tan roja como puedo imaginarlo, mi cuerpo se siente acalorado, como se le ocurre preguntar algo así. - Pero..... ¿Por que me preguntas algo así? Por qué.... Pero él sonríe, parece feliz por el estado en el que me ha puesto. - Tranquila, ya me has respondido, tu rostro color vino me da a comprender lo que ya imaginaba, eso es maravilloso, una señorita de sociedad debe cuidar su virtud. Yo no puedo ni verlo a los ojos, porque sonríe al preguntarme eso, Que a caso le agrada incomodar a las personas? Claro no que tengo experiencias sexuales,¿Que le sucede? Pero él le hace una señal a la joven que nos atendió, pide la cuenta y la joven le tiende la nota. Él pasa su móvil sobre la terminal para pagar por medio de la aplicación del banco. La joven sonríe cuando él le entrega 100 euros, ella agradece y nos desea un excelente día, al menos valió la pena el maltrato de Drako, le dejo una buena propina. Él me tiende su brazo y caminamos hacia su auto, me ayuda amablemente a subir y después hace lo mismo, lo enciende y vamos rumbo a mi casa. Veo lo que Sebas comentaba ayer, es verdad, su automóvil es última generación, Sebastián comento que el auto que Drako dejo se lo cedieron a él, me pregunto por qué su padre hace esas distinciones, Sebas es un gran estudiante, pero esta feliz con su auto, sobre todo después de que Matías le dio la explicación sobre que muchas personas no tienen la misma fortuna que nosotros por tener la posición Que nosotros tenemos. Pero sinceramente he visto personas con poco dinero que viven felices, aquí es donde en ocasiones te preguntas por qué a pesar de tener todo eres infeliz, en mi caso no elegir mi vida, las decisiones que mi padre toma por mí, amistades, y quizá un esposo en el futuro, aun que por ahora estoy tranquila, pues eso no ha sucedido. Cuando llegamos a mi hogar Drako baja del auto y me ayuda a bajar, caminamos hacia la puerta de la entrada principal y Drako se gira hacia mí. - Fue una maravillosa velada señorita Richards, espero pueda repetirse. - Claro, por supuesto. Él se acerca a mí y besa mi mejilla dejándome congelada, jamás ningún chico había besado mi mejilla, bueno, Sebastián, mis amigos mis padres o al saludar a las personas, pero no como él lo hace. Drako me observa con esa intensa mirada y se despide, yo solo le digo adiós con la mano porque me dejo algo desconcertada, no lo sé, él es... Complicado, es amable de alguna manera, pero sumamente arbitrario con las personas, incluso lo ha sido conmigo. Cuando entro en casa camino dos pasos antes de sentir un brazo arrastrándome hacia la sala donde mi madre esta sentada. - Como ha ido, dime,¿Te comportaste a la altura? Pregunta mi padre molesto, como si yo hubiese hecho algo mal. -¿Que? No claro que no, fui amable con él, pero no comprendo que sucede. - Sabes cuál es tu papel, así que no quiero que se diga por ahí que mi hija no sabe tratar a buenos amigos de la familia. Me confunde un poco la manera en que mi padre habla, pero supongo que solo hicieron esto por amabilidad. - Sé cuál es mi lugar padre, y te aseguro que mi comportamiento fue perfecto, lo que se espera de mí, no tengas cuidado. - Eso espero, Anastacia necesito hablar contigo, Marian ve a tu habitación. Camino hacia mi habitación, pero antes de llegar Sofia sale de la suya y sonríe. - Vaya, hasta que regresas, no sabía que el joven Drako te interesaba hermana. -¿Que dices? Eso no es verdad, él solo fe amable. Pero Sofia sonríe como si supiera algo más. - Dime, te vas a ahogar si no escupes ese veneno,¿Que sabes? - Nada, no sé absolutamente nada, que descanses. Entra de nuevo y cierra la puerta, yo camino hacia mi habitación pensativa, ¿Porque hoy parece que todos están actuando extraño?
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