Matias....
Esta mañana llevaremos una mesa que Sebastián le compro a mi padre, hoy es el cumpleaños de su madre, y nos pidió llevarla muy temprano por la mañana.
Estos días la he pasado de maravilla, Sebastián es un gran tipo, muy gracioso, jamás lo imaginé al verlo, porque saben es el hijo de una familia tan importante, solo llegar a su casa soy consciente de ello, para ingresar en ella te piden identificarte, debes estar en una lista, en la que claro estamos, Sebastián nos recibe en la entrada de su hogar.
- Vengan es por aquí.
Llegamos a un precioso salón, colocamos la mesa en donde nos pidió y él llama a su madre para que la vea, nosotros nos quedamos por si ella desea colocarla en otro lugar.
Entra en el lugar una mujer alta, Rubia, con unos hermosos ojos, supongo es la madre de Sebastián.
- Pero que hermosa pieza hijo, de verdad tú la mandaste a realizar para mí.
- Si madre, el señor Rizzo es el fabricante, él puede hacerle cualquier cambio si lo deseas, él trabaja con madera, es un artista...
¿De verdad?
Pregunta la madre de Sebas.
- Lo que desee, que sea hecho con madera lo podemos realizar, aquí tiene una tarjeta señora Grafston.
- Muchas gracias hijo, es hermosa, ahí se ve perfecta, pero si tengo un trabajo para usted, venga conmigo.
- Bueno madre, yo me retiro, iremos a la Universidad.
- Iremos, no me digas que esté apuesto jovencito asiste también a tu Universidad.
- Así es madre, ahora nos vamos, Señor Rizzo lo dejo con la mujer más bella de la ciudad, madre, nos vemos después.
- Si hijo, cuídate mucho, te amo.
- Vamos Matías.
Lo sigo porque me ofrece llevarme al campus, al final iré hacia allá, mi padre esta feliz, pues sabe que si hace un buen trabajo para la madre de Sebastián se abrirán nuevas puertas, más trabajo significa más dinero.
Veo a un sujeto de cabellos negros bajar las escaleras, él parece tan serio, me observa con lo que parece incomodidad, se acerca a la madre de Sebastián y besa su mejilla.
- Nos vemos después madre.
- Si hijo, hasta pronto.
Así que es el hermano de Sebastián, tal como me lo contaron ahora comprendo, son como dos mundos distintos, Sebastián siempre lleva una sonrisa en los labios, mientras este tipo me mira como si yo fuera una simple basura a su lado, con desprecio.
- Te aseguro que mi madre lo tendrá bastante entretenido, hay cuadros antiguos que requieren mantenimiento, te aseguro que tu padre tendrá trabajo para buen tiempo, esa mujer es sumamente detallista.
- Pues me alegro, mi padre es un hombre que disfruta mucho su trabajo, y a mí como su hijo ayudarlo.
- Sabes, es increíble, a pesar de todo, de las carencias por las que pasas, siempre pareces decidido a no darte por vencido, me alegro por ello.
Ahora dime, cuando le dirás a Marian que te gusta...
Sus palabras me asombran, porque me pregunta algo así.
¿Pero que dices? ¿Por que dices eso?
- Por favor, sabes que te mueres por ella, además no te culpo, Marian es preciosa, una bella señorita, dulce, gentil....
Pero antes de que continué le digo que se detenga.
- Y fuera de mi alcance, sabes que jamás podría hacerle caso a un hombre como yo, jamás podría darle todo eso a lo que ella está acostumbrada, ella es hija de una de las familias más importantes del país, que podría ofrecerle yo...
- Marian no es así, ella es noble, no se fija en el dinero de una persona para conocerla, ella ve a todos por igual, y tu mi querido amigo, estás muy enamorado de ella, además creo que deberías intentarlo, no es como que te casaras con ella.
- Y tú,¿a ti te gusta Marian?
Le pregunto a Sebastian.
El se asombra y lo niega.
- No, Marian es mi mejor amiga, la quiero, pero solo como eso, pero ella es buena, su familia es algo.... complicada, creo que merece la oportunidad de ser feliz, saber lo que es tener un novio con buenos sentimientos, y tú pareces un buen sujeto.
- No lo sé, claro que me gusta, no soy ciego, pero,¿Que puedo ofrecerle?
-Amor mi querido amigo, No seas tonto, el dinero no da la felicidad, créeme cuando te lo digo, mira mi hermano, lo viste hace unos momentos, mi padre le da todo, yo no me quejo, jamás me ha faltado nada, pero a él siempre los ven distinto a mí, mi padre lo ve como el poderoso sucesor de la familia, yo solo seré el ayudante de Drako, él merece todo el mundo a sus pies, mientras yo solo seré su seguidor, aun así Drako parece estar siempre enojado, molesto con el mundo, trata al mundo de manera tan grosera, él siente que nadie merece pisar el suelo por donde camina.
- Pero supongo que es por la manera en que lo han criado, si no te enseñan a respetar a las personas creces pensando que nadie te merece.
- Si, en eso tienes razón, mis padres lo han dejado siempre salirse con la suya, Drako jamás ha escuchado un no por respuesta, pero al contrario de mí no es nada sociable.
- Si eso parece.
Cuando llegamos a la Universidad vemos que Marian baja del auto de su familia.
- Hola, chicos.
Dice con esa dulce voz, cada día es más bella, Marian es preciosa.
- Hola, Marian, buenos días.
- Como les fue, pudieron darle a tu madre el regalo.
- Le fascino, de hecho mi madre lo mantendrá ocupado, sabes como es.
- Bueno, pero eso no es malo, el padre de Matías es un artista, así que eso a tu madre le encantara.
Caminamos y Marian nos cuenta algo que sucedió, resulta que el hermano de Sebastián la invito a comer un postre, me supongo que quizá a ese joven le interesa, claro, digo es de una buena familia, lo que la familia de Marian querría para su hija.
- No puedo creerlo,¿De verdad con Drako Marian?
- No me juzgues, tu madre lo obligo, sabes que él no hace esas cosas, y a mí en lo personal sabes que no me gusta su forma de ser, es bastante grosero con las personas.
- Lo sé, ni me lo digas, ya Matías lo conoció, y te aseguro que solo porque no hablo con él, de otra manera hubiese dicho alguna de sus frases insolentes.
- Es hora de ir a clase, así que nos vemos después.
Les digo antes de despedirme.
Marian me besa la mejilla, un solo toque que me hace sentir tan extraño, jamás me había sentido tan nervioso al estar junto a una chica, pero ella, es tan hermosa que parece un sueño.
- Adiós Maty.
Me dice con esa dulce voz.
- Nos veremos después Marian, adiós Sebastián.
Me alejo de ellos, pero sintiendo algo en mi pecho por pensar en Marian junto al hermano de Sebastián, ella me gusta, sinceramente es la mujer más bella que jamás vi en el mundo, esos ojos que te miran como si buscara algo más en tu interior, pero que estoy pensando, ella jamás me aceptaría como algo más que un simple amigo, que podría ofrecerle yo siendo quien soy, nunca tendría la vida que tiene estando a mi lado, yo mismo derrumbo cualquier posibilidad que exista de tenerla a mi lado.
Como cada día me esfuerzo mucho en cada clase.
Quiero llegar a tener un trabajo tan bueno que pueda ayudar a mis padres, que mi madre pueda por fin poner su negocio de repostería, ella es muy buena para eso, pero no deja su empleo por mi hermana y por mí.
Una de mis compañeras me entrega una invitación para su fiesta de cumpleaños, Sámara Hank es una chica muy hermosa, tiene a todos los tipos de mi clase tras ella, pero por una extraña razón es amable conmigo, me ha invitado a estudiar en su casa, pero siempre le comento que no puedo porque trabajo con mi padre, ahora me invita a uno de esos pubs de la ciudad, sinceramente no soy mucho de salir.
Sobre todo por lo que se gasta en una simple bebida, no bebo alcohol, así que desperdiciar dinero que sé que le hace falta a mi familia no suena como una buena idea.
- Gracias, eres muy amable.
Le digo cuando tomo la invitación.
- Espero que no me falles esta vez Maty.
- Haré lo posible te lo prometo.
- Porque lo invitas a él, sabes que su familia no podría darse ese lujo, seguramente solo conoce el licor de malta,¿O no amigo Matías?
Me dice River con un rostro lleno de gozo al intentar humillarme, pero le respondo con furia, estoy harto de estos infelices.
- Un hombre de mundo como tú conoce ese tipo de bebidas, me impresionas, creí que tu familia tenía un mejor estatus, no te preocupes, te invitaré una margarita para que comiences a educar a ese fino paladar.
River me observa tan furioso que desea golpearme, lo sé porque su mano ahora está empuñada, pero me tienen tan cansado.
No sé porque gozan en humillarme de esa manera siempre, porque molestarme a cualquier momento que tienen la oportunidad.
- Vaya, te han puesto en tu lugar.
- A mí este infeliz pobretón no puede hacerme molestar hermosa, no comprendo por qué quieres a alguien tan inferior en tu fiesta, pero allá tú...
Dice alejándose porque es hora ya de salir.
- Bien, entonces no vas a dejarme plantada esta vez Maty...
Dice Sámara con un rostro lleno de esperanza.
Al final me siento mal de negarme y termino aceptando.
- Si, claro que iré, te prometo que no te fallaré.
Ella me abraza con fuerza y dice que nos veremos.
No sé si es buena idea, pero no podía negarme sin sentirme mal por ella, es amable conmigo, a diferencia de los demás, así que iré.
Cuando salgo de la Universidad veo charlando cómodamente a Sebas y Marian, no cabe duda que me roba la respiración al solo verla, ella es hermosa.
- Hola, Maty, te esperábamos.
- Hola, chicos,¿Que sucede?
- Maty queremos hacer algo el sábado en la noche, mi padre me permite salir si es con Sebas, pero poco tiempo, y llevando a Sofia, mi hermana menor.
Me imagino que una hermana para vigilar a Marian, pero ella no parece ser de las que haga locuras.
- Pues me invitaron a una fiesta de cumpleaños.
Le digo tendiendo la invitación.
- Vaya, la muy digna señorita Hank te invito a su fiesta, creo que no seré requerido...
Sebastián me cuenta de Sámara fue su novia, o eso creía hasta que la encontró con otro joven besándose tras las gradas de la Universidad.
Me asombra, pues no parece una chica mala.
- Quisiera ir, pero no solo,¿Así que vamos?
Les pregunto y ambos asienten.
- Deberíamos ir Marian, me encantaría ver la cara de Samy cuando me vea llegar.
- Eres tan malvado, pobre Sámara.
- Nada de pobre Sámara, aquí la mala fue ella, pero tranquila, no haré nada, si en su momento no dije una sola palabra, mucho menos ahora que la he superado Marian.
-¿Entonces? ¿Iremos?
Les pregunto a ambos.
Marián asiente y dice que si, pero ella solo puede ir máximo dos horas, pues su padre limita su tiempo sobre todo por las noches.
- La verdad es que yo tampoco quiero estar mucho tiempo, así que por mí está bien, solo me siento mal de no aceptar la invitación, ella es la única amable en mi clase conmigo, hasta me dio un abrazo cuando acepte...
Cuando digo eso Marian me observa, parece triste, pero enseguida me sonríe.
- A vaya, pues que bien, iremos entonces a su fiesta.
Los tres nos despedimos, pues este día no podre acompañarlos a ninguna parte, mi padre me espera en casa para trabajar, al parecer tal como Sebastián lo dijo su madre le dio bastante trabajo a papá, algo que lo tiene muy emocionado.
- Al menos déjanos llevarte...
- Yo lo siento chicos, mi padre viene a por mí, tenemos una comida, así que los dejo...
Dice Marian dándonos un beso sonoro a cada uno, ella me observa antes de irse y sonríe, solo eso, una simple sonrisa debilita hasta mis piernas.
- Ten cuidado Maty...
Me dice Sebastián hablando serio, no había visto ese rostro..
-¿Porque lo dices?
Le pregunto confundido.
- Sámara tiene dos rostros, así que es fácil caer en su juego, pero te aseguro que no quiere nada serio, así que... Solo cuídate por favor.
- Claro amigo, sabes por donde va mi interés ahora, aun que no tenga oportunidades...
Le digo por qué estoy cada día más convencido de estar enamorado de Marian.
La hermosa Marian Richards...
Cuando llego a casa mi padre me pide que lo ayude con unas reparaciones, primero una preciosa mesa tallada que tiene desgaste solo de la pintura, le hago todo un proceso y cuando esta lista le informo.
También unos preciosos y enormes cuadros que se instalaran mañana en casa de Sebas.
La señora Grafston le dijo a mi padre que aun tenía algunas cosas que necesitaban reparación, como algunas vistas, pero que eso tendría que hacerse en casa, que el fin de semana saldría la familia excepto Sebastián a un evento empresarial, y que podríamos trabajar sin problemas.
De seguir con este ritmo de trabajo mi padre podrá emplear a personal para ayudarle, y hacer crecer su negocio como siempre lo ha soñado.