Capítulo 3. Decepción

794 Words
Aquel mismo día del lunes a las 12:00 pm… Jennifer, quien estaba vestida elegantemente de blanco, se encontraba viajando en el lujoso y reluciente Rolls Royce plateado de la familia Lancaster, camino hacia la imponente sede de la compañía Mac & Caster. El suave viento del aire acondicionado del auto acariciaba su rostro mientras su sonrisa radiante iluminaba el interior del automóvil. Entonces, la mujer, mirando a Virginia, su fiel sirvienta, quien era una joven italiana de unos veinte años, le ordenó lo siguiente con entusiasmo: ―Por favor, Vi, regresa a la mansión y trae mi celular. Te esperaré en la oficina de la empresa con Archie, no te preocupes. ―¡De acuerdo, señora!―respondió Virginia con su acento encantador y un gesto de obediencia, hacia su jefa. La hermosa pelirroja, quien anteriormente fue una modelo de modestos logros antes de casarse con el exitoso multimillonario Archie, se encontraba gozosa de felicidad en ese preciso instante. A pesar de los altibajos que habían enfrentado en su matrimonio, seguía amando profundamente a su esposo y tenía mucha gratitud hacia él por todo el apoyo que le había brindado en momentos difíciles, como la etapa terminal de la enfermedad de su fallecida madre y los estudios universitarios de su hermana menor Jade, era más que suficiente para mantener su unión. Además, la emoción de esperar ahora a su primer hijo juntos añadía un renovado brillo en sus ojos. Por eso, cuando el chofer y Virginia acataron su solicitud de dejarla frente a la imponente empresa y luego dirigirse a la mansión para llevarle su celular, Jennifer no podía contener la alegría que se reflejaba en su rostro. Al llegar a la recepción, una amable y bien vestida recepcionista la recibió con una sonrisa profesional: ―Buenos días, señora Lancaster. Ya le avisaré a su esposo que usted está aquí. Lamentablemente, su secretaria no vino hoy debido a un fuerte resfriado, y por eso estoy encargada de las visitas a su oficina el día de hoy. ―Oh, esta bien Cecilia y ¿Se encuentra en una reunión en este momento? ―preguntó curiosa Jennifer. La recepcionista, sosteniendo el teléfono, respondió: ―No, señora. Al momento no se encuentra en una reunión. ―Ah, en ese caso, por favor, no lo llames. Quiero sorprenderlo con algo maravilloso que tengo para contarle. Así que, deja que suba. La recepcionista cortésmente volvió a colocar el teléfono en su lugar y, con una sonrisa profesional, afirmó: ―Claro, señora. Puede pasar. Por si no lo sabía…la nueva oficina del señor se encuentra en el último piso, ala oeste. Jennifer asintió con gratitud y se encaminó hacia el ascensor que la llevaría hacía el último piso, donde se ubicaba la nueva oficina de su amado Archie. A medida que se acercaba a su destino, notó lo aislado que se encontraba aquella oficina, la cual estaba alejada de todos los empleados. Entonces, ella frunciendo sutilmente el ceño, exclamó: ―Ummm, nunca me dijo que había cambiado de lugar, siempre le gustó la otra oficina de vicepresidencia. Pero bueno, ahora ya no me cuenta casi nada y menos porque tenía tiempo sin venir aquí. La mujer continuó su trayecto hasta la puerta de la oficina, pero algo en su interior la hizo detenerse antes de entrar. La puerta se hallaba entreabierta y risas provenientes de una voz femenina la llamaron la atención. Con sumo cuidado, se acercó sigilosamente y, al asomarse, se quedó en estado de shock por lo que vio frente a sus ojos. Sobre el escritorio, su hermana Jade y su propio esposo Archie se entregaban a una pasión desenfrenada de sexo prohibido en donde las piernas de Jade se encontraban entrelazadas en las caderas de Archie, mientras este la embestía con fuerza. El corazón de Jennifer se rompió en mil pedazos y un dolor punzante, eliminó cualquier rastro de felicidad que había albergado hasta ese momento. Las lágrimas bañaban su rostro mientras presenciaba atónita la traición de su esposo con la última persona que habría esperado: su propia hermana. No solo eso, sino que Jade llevaba puesta una pulsera de esmeraldas que Jennifer recordaba haber visto en el pasado en su antigua oficina, en un cajón donde Archie guardaba objetos valiosos. ―¡Ahhh! ―gimió Archie, alcanzando el clímax de su placer. Con una respiración agitada, susurró, sin imaginar que Jennifer estuviera tan cerca, ―Espero que tu hermana se muera pronto, amor, para que así, puedas ser mi esposa por fin libremente. Nota de la autora Lily Andrews Estoy contando los hechos sucedidos antes de la 1:30 pm. ¡Y ay no pobre Jennifer su propia hermana la traicionó! Veamos que sucedió en el siguiente episodio. Sigueme en mi perfil de Sueñovela o Dreame
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