3. CAMBIOS

1503 Words
NARRACIÓN Acostado en el nuevo sofá de la sala, Emmet trata de procesar tanta información recibida. - ¿Se puede saber por qué no se me informó de esta novedad? – señala a Romina, que se siente confundida viendo a todos. - ¿Informó? – se burla Tahís. - ¿Crees que eres jefe de nosotros para darte informes? - Hermana, por favor. Hay extraños presentes. - ¿Romi? – la señala. - Ella es de la familia – completa Alana. - Hermana, tú – señala a Ala - mi hermana de crianza de casi toda la vida. No recuerdo una Romi en esa crianza. - ¿Hermana? – esta lo ve como si hubiera perdido la razón. - ¿Por qué tan formal? - ¡Ala carachos! por qué nadie me avisó que me quitarían mi puesto con mi mami, digo con Diana Zarate, mi jefa desde que casi la desenchufamos. - Moni no podía seguir haciendo sus funciones – hace una mímina dibujando una barriga de embarazada - sabes que estos meses son los más movidos. Tú ibas a regresar, luego decidiste que no, te fuiste quien sabe dónde, a penas hablabas a decir que vivías y de ahí solo por fotos te comunicabas. - Eso no es excusa, podían escribir. - ¡Lo hicimos! – Tahís le pega varias veces con un cojín. - Está todo en el chat familiar, ¿no lees lo que ponemos ahí? - Claro que los leo… - mira para otro lado, apartándose del ataque de su hermana. - Además – Alana lo ve juzgándolo. - Si hubieras venido seguido, hubieras notado cada cambio de esta casa. - Claro, láncenme la culpa a mí. - No es nuestra culpa que andes de vida loca con mujeres, alcohol y malas decisiones – esta le lanza otro cojín. - Que según porque te graduaste, que despedías tu vida pasada para empezar tu carrera en la empresa Harris. - No, no, no – se pone de pie acomodando su ropa y su cabello. - No información privada y confidencial frente a extrañas – señala a Romi, que nuevamente tiene cara de confusión. - ¿Privada y confidencial? – se burla Tahís. - ¡Sale en todas las noticias desde hace mucho tiempo! - Igual, no conozco esta Ru... Ru… como se llame – dice fingiendo no recordar su nombre. - ¡ROMINA! – responden todos en coro. - ¿Algo más para comunicarme? – pregunta con el ceño fruncido, volviendo a sentarse y cruzando las piernas. - Tu cuarto ahora tiene empapelado de conejo – le dice Lili, quien bajó a saludarlo momentos antes. - ¡¿Qué?! – grita molesto, poniéndose nuevamente de pie. - Es broma – ríe divertida la pequeña, provocando que los demás rían también. Incluida Romina que deja de hacerlo al ver la mirada amenazante de él. - Pero hubiera sido una gran idea – suelta Alana entre risas, chocando manos con su hermanita. - Por cierto, ¿dónde están los abuelos? - De viaje con su grupo de la tercera edad – habla Tahís. - Y todos ustedes, ¿qué hacen aquí? Se supone solo seríamos las niñas y yo – le reclama a sus hermanos, provocando que dejen de reír y vean en direcciones diferentes. - ¡Visitando! – responden en coro, los ve sospechando le ocultan algo. - Gael está en su país armando el menú de su restaurante de allá – explica Alana. - Sabes que el chiste de tener tu propio departamento es vivir en el, incluyendo el dormir ahí así no esté tu novio – la molesta, está le pega con otro cojín. - Ja ja muy gracioso – es sarcástica. - No me gusta estar sola y ya me acostumbré a la buena comida de casa. Así que vine acá. - Tú también entiendes eso, ¿cierto? – mira a Benji, que trataba de no involucrarse en la situación, pues es bastante malo mintiendo. - Mi departamento está en el consultorio porque suelo tener pacientes internados. Ahora no tengo pacientes y estoy pendiente de Chi chi – señala la perrita que lo saludó al llegar – mamá me pidió cuidarla personalmente. - Ok… y tú, ¿huyéndole a tu novia? - mira a su otra hermana. - No estoy huyendo, deja de creer en chismes – lo jala de la oreja Tahís, haciendo que su hermano se queje. – Ella se quedó terminando unos temas de trabajo y yo vine antes a encontrar un departamento. - Di la verdad, ¿por qué te maleteó Mary? – se burla, esta le pega con otro cojín. - ¡Ay! – se queja. - Hasta los cojines los han cambiado por otros más duros – se soba la cabeza. - No me maleteó, yo decidí viajar a pasar tiempo con la familia porque los extrañaba. - ¿Extrañabas a este? – Alana señala a Emmet, que la ve haciendo un puchero. - No, olvidé que ya volvía – su hermano saca la lengua. - En cuanto lo vi recordé por qué me fui a vivir al otro extremo de él. Voy a pedirle a Mary cancelar la mudanza – Emmet se queda en silencio. - Seguimos teniendo el mismo papá, ¿verdad? – suelta. - ¡Sí! - responden todos en coro entre risas. Con su hermano todo es a mil por hora y sin mucha lógica. Después de escuchar las demás actualizaciones familiares, incluyendo la inundación del jardín que llevó a cambiar parte del diseño y que Luna le diga amigo en lugar de hermano, sube a dejar su maleta. Entra a la habitación de Lili y la encuentra en una reunión de té con sus muñecas. Cuando esta lo invita a participar se rehúsa, pero considerando los cambios, decide darle gusto pues necesitará una aliada. - Me cambiaron, ¿puedes creer que me cambiaron? – se queja con su hermanita, luciendo un sombrero tejido con plumas turquesas. - ¿Por Romi? – responde la pequeña. - Se llama Romina. Le llamas por el nombre, con propiedad Lili. - Ok. - ¿Quieres que alimentamos los conejos juntos? - Ya los alimenté con Ro… - lo ve – Romina. - Pero ¡qué carachos Lili! Eso era algo nuestro. También le dieron mi cuarto, ¿o qué? - Durmió unos días ahí, cuando le tocó quedarse a ayudar a mamá y los otros estaba en remodelación. - ¿Y lo permitiste? - Fue mi idea – sonríe orgullosa. - ¿Sabes qué? ¡Traición! – le devuelve el sombrero y se va. - Tahís tiene razón, él está loquito – le explica la pequeña a sus muñecas, continuando con su juego. Tras conocer el último de sus hijos había llegado, Diana se apresura a su hogar, corriendo a abrazarlo y llenarlo de besos. Lo había extrañado tanto, había pasado noches en vela preocupada por él también. Escucha sus locos reclamos, procurando no reírse para no molestarlo más. Lo hace mientras acomoda sus documentos en la oficina, mientras está en el baño haciendo pipí y este sigue hablándole desde afuera, mientras Jhon lo saluda feliz al llegar, mientras baña a Luna y le pone el pijama, mientras prepara la cena en su honor. Los otros miembros de la familia empiezan a acomodarse en la cocina para cenar, Romina se acerca a su jefa a indicarle un mail que habían recibido aceptando lo acordado en este día. - Bueno… – dice Emmet viendo a la chica - es hora de la cena familiar. Romina ha sido un gusto – coloca su mano sobre su hombro, mostrándole con la otra la salida - pero en tu casa deben extrañarte, bye. - Hoy ceno sola – ella se quita con educación la mano de este - así que suelo quedarme aquí – camina hasta un asiento junto al de él. - Ok – contesta, intentando mantener la pose de que no le molesta mientras se sienta a su lado. - ¿Quieres jugo de naranja? - No me gusta mucho – responde algo incómoda. - Qué pena – le sonríe victorioso - aquí todos cenamos con jugo de naranja. - Compramos de pera para ella – indica Tahís con una enorme sonrisa abriendo la nevera, sin apartarle la vista a su hermano. - No te preocupes. - ¿Pera? – se sorprende. - ¡Ese es mi jugo! - No dices que aquí TODOS tomamos jugo de naranja – responde su hermana disfrutando el momento. - ¡Porque siempre se olvidan de comprar mi jugo! – le da pequeñas palmadas a la mesa, mientras los demás tratan de contener la risa. Mira a su madre de forma acusadora. - Bueno… – Diana intenta defenderse - como vamos a comprar juntas – señala a Romi – ahora lo recuerdo. Así que ya no debes sufrir, puedes tomar de pera – le sonríe, mientras Tahís le sirve jugo en su vaso. Parece que después de todo va a disfrutar mucho este tiempo en familia.
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