bc

Bolton, Huyendo al amor

book_age16+
367
FOLLOW
4.3K
READ
family
HE
heir/heiress
blue collar
bxg
lighthearted
witty
campus
addiction
like
intro-logo
Blurb

Emmet Harris es el hijo más extrovertido de la familia Bolton. Adoptado en su infancia al quedar huérfano, se acopló de forma perfecta a este nuevo hogar, poniendo el toque de humor y diversión, pero no es fácil huir de un doloroso pasado cuando lo llevas muy dentro, atormentándote cada noche. Cuando el amor toque su puerta, le tocará enfrentar sus demonios en busca de su final feliz.

Segunda parte de la historia de este loca y amorosa gran familia.

chap-preview
Free preview
1- ¿QUIÉN SOY?
EMMET - ¿Quién es? – una voz femenina que no conozco contesta el teléfono de mi madre, sonrío. Parece hay alguien en el mundo que no me reconoce después de todo. Mi mamá siempre dice que cada uno de sus hijos le dejó una cicatriz al llegar a ella. Alana y Luna en su vientre, Tahis en su cabeza y yo, la mía quedó en su corazón el día que me conoció. Tuve una madre antes que ella, quien me acompañó mis primeros 4 años. No era la mejor debo admitir, creo que no disfrutaba tanto ese trabajo, pero yo la amaba, estoy seguro de eso y era feliz a mi manera el tiempo que tuvimos. Solía llegar tarde de sus fiestas con olor a champaña y ese costoso perfume que yo ponía en mi cama, cuando tenía miedo de dormir los días que me dejaban solo. Escuchaba el auto y caminaba hasta las escaleras para verla entrar. Balanceada en altos tacones, hermosos vestidos que iban a juego con joyas brillantes, caminaba con elegancia como si de una de sus pasarelas se tratara. Sonreía al verme, guiñando uno de sus preciosos ojos violetas y me llamaba, bajaba emocionado porque conocía el ritual. Dos cucharas, un litro de helado y música, bailaba descalza por la cocina ante mis ojos emocionados. Supongo las madres comunes te darían chocolate caliente para hacerte dormir, pero mi madre no era nada común. Había tenido una vida de princesa, modelando por todo el mundo para las mejores marcas, conociendo así a su príncipe azul, mi padre, un hombre mayor que terminó por entregarle ese hermoso castillo soñado, de cuentos de hadas. Imagino no pensó sería tan frío y solitario. No sé si sintió emoción el día que nací, no sé si fue feliz con mi presencia, si al menos le di un poco de la alegría que mostraba a los demás. En mi corta vida la vi sonreír ante las cámaras, ante los invitados, pero solo esas noches la veía sonreír para mí. Después de eso venían los viajes corriendo al baño, el vómito hasta caer dormida junto al inodoro. Solía llevar una manta y almohada para acostarme cerca de ella, a veces tenía suerte y avanzaba a llegar a la cama, así que podía acurrucarme sin frío a su lado, abrazándola, protegiéndola. Siendo sincero no me hubiera importado pasar más tiempo así, pero descubrí todo llega a su fin. Nadie vino a despertarme esa mañana, fue el ruido lo que me llevó a abrir mis ojos, caminé por el enorme pasillo donde personas iban y venían nerviosas, ninguna notó llegué a su habitación, ninguna notó mi presencia observándola hasta que escucharon mi voz. - ¿Mi mamá está enferma? Son las palabras que salieron de mis labios. Estaba hermosa como siempre, con un camisón de seda rosa. Sus preciosos ojos abiertos, sin brillo, con su piel de un color pálido. - ¡Alguien saque al niño! – ordenó un hombre que no reconocí y fui llevado hasta la cocina. No entendía qué pasaba, sabía que debía ser malo, que me había metido en problemas, pero ¿por qué? No lo entendía. Una empleada con sonrisa triste me ofreció desayuno, no quería nada, quería saber qué pasaba. Cuando tuvo que irse porque la llamaron aproveché para buscar a papá, como lo imaginé estaba en su oficina, con la puerta cerrada. Salí al jardín y me ubiqué en su ventana, esa que solía tener abierta para que entrara la brisa del mar, me apegué todo lo que pude para escuchar. - Necesito pares a la prensa, la noticia no se puede filtrar, peor hablar de s******o, necesitamos que su muerte nos dé la menor cantidad de problemas posibles. Me pregunté inocentemente. Había enfrentado la muerte antes, como la de mi pez que amaneció flotando porque pensé querría de mi hamburguesa. O la del perro de nuestro guardia, que ya era anciano, pero no la de un humano, no la de mi mamá. Corrí, corrí como si alejarme de ese lugar significara que lo que escuché nunca ocurrió, que mi madre seguía viva. Lágrimas rodaban por mis mejillas, lágrimas que mis padres odiaban ver, entonces vi el mar y aunque no sabía nadar corrí hacia el, queriendo limpiar ahí mi tristeza. Unas manos me sujetaron antes de que pudiera entrar, levanté mi cabeza y vi sus ojos. - Pequeño, ¿qué haces? – se agachó para estar a mi altura. - Mi mamá no va a despertar más – lloré aferrado a ella, a sus brazos que me contuvieron en su pecho. - Shhh, todo estará bien bebé. Todo estará bien – sentí su calidez, cerré mis ojos y saqué todo lo que mi corazón guardaba. Su casa era más pequeña que la mía, me sentó en un sillón y dos niños mayores aparecieron. Ambos me veían curiosos, algo tristes. Quizás eran mis lágrimas, quizás mis rodillas lastimadas, o el que mi ropa era un desastre, no lo sé. Él me dio una camiseta limpia, ella un dulce y se quedaron ahí, observándome, mientras su mamá hablaba con su padre. No sé cuánto tiempo estuve ahí, solo sé que comí y tomé una siesta, acompañado de mis nuevos amigos, hasta que caminé de su mano a casa. - ¿En qué momento te fuiste? – preguntó mi padre algo molesto. - ¿No notaron en qué momento se fue? – ella levantó una ceja visiblemente enojada. - Mira, no he tenido cabeza hoy para… - ¿No has tenido cabeza para cuidar a tu hijo pequeño que perdió a su madre? Pero sí la tuviste para bañarte y colocarte un buen traje n***o – lo señaló. - Tú no tienes por qué meterte en nuestros asuntos – levantó la voz. - Tú me metiste en el asunto cuando descuidaste a tu hijo, el cual pudo ahogarse. - No voy a discutir más contigo, tengo un funeral al que ir, con invitados esperando. Te agradezco por el gesto, ya puedes irte. Emmet, sube para que alguien te arregle. - Te agradezco nada, ¿acaso piensas dejaré a este pequeño solo de nuevo? - Hay suficientes empleados en esta casa para cuidar de él. - ¿Empleados? ¿no hay una abuela, una tía, alguien más? - No, no existen, ¿cuál es el problema con eso? - Este pequeño hoy necesita consuelo de alguien cercano. - Mira, voy tarde y ha sido un día cansado. Mañana le haré una cita con el mejor psicólogo infantil antes de sepultar a mi esposa para que le explique la situación, pero no me hagas perder más mi tiempo, o hablaré con tu esposo de tu falta de límites y la demanda que eso puede traerles. - ¿Disculpa? ¿Quién crees que soy para que me amenaces con mi esposo? - La esposa de Jhon Bolton. Te ves más amable de lejos, por cierto – es sarcástico. - Tú te ves más decente, así que la decepción es mutua – lo veo fruncir el ceño. - Por favor, dime qué quieres. Esta discusión absurda no nos llevará a ningún lado. - No pienso dejar a este niño hoy aquí. - ¿Piensas llevarlo a tu casa entonces? ¿no tienes suficientes hijos? Parece los rumores de que quieres adoptar a media humanidad son verdad. - Pues sí, ¿y qué? - ¿No te parece un poco absurdo querer llevarte al hijo de alguien que a penas conoces a dormir a tu casa? - No tan absurdo como que haya pasado todo el día en mi casa y nadie lo haya notado. Además, no eres un extraño, mi esposo es tu amigo y somos vecinos – mi padre se masajeó la frente buscando mantener su paciencia. - Está bien, Emmet – me ve, yo me escondo un poco tras ella. - ¿Quieres ir a dormir a casa de la señora Bolton? - Sí – susurré sosteniendo la mano de esta muy fuerte. - Ok. ¿Puedes traerlo mañana para el funeral? - Dame tu número. - ¿Qué? - ¿Dejarás a tu hijo conmigo sin que tengamos comunicación? – mi padre perdió algo de su paciencia, sacó una tarjeta de su chaqueta y se la dio. - Ese es mi número privado, envíame un mensaje y te daré los detalles del funeral. Si quieres sube y mírale algo de ropa, supongo la va a necesitar. Yo debo irme – se acercó a mí y palmeó mi hombro. – No es el fin de mundo hijo, podemos solos – se despidió de la mano sin mirar atrás y se marchó. Ese día mi vida cambió para siempre. Pasé de ser un solitario Harris, a convertirme en un reconocido Bolton. - ¿Quién soy? – le digo a la extraña del otro lado de la línea mientras sonrío divertido, regresando a mi personaje, el que he logrado construir desde ese día. – Soy Emmet, el más divertido y sexi de los hermanos Bolton, o al menos eso dicen. ¿Y tú?

editor-pick
Dreame-Editor's pick

bc

Prisionera Entre tus brazos

read
91.9K
bc

Navidad con mi ex

read
10.5K
bc

Bajo acuerdo

read
27.4K
bc

Mi Sexy Vecino [+18]

read
63.5K
bc

La esposa rechazada del ceo

read
191.4K
bc

Tras Mi Divorcio

read
535.7K
bc

Yo, no soy él

read
91.2K

Scan code to download app

download_iosApp Store
google icon
Google Play
Facebook