Eros movió un mechón del castaño cabello de Deméter y le acarició la frente. Ella dormía con suma placidez con la cabeza encima del pectoral de Eros. Sin despertarla y con mucha cautela, Eros, la cubrió con una sábana y la cargó en sus brazos. Caminó por la sala y la llevó hasta la el cuarto normal. Reposó a Deméter con cuidado en la cama, como una mamá recostaría a su bebe en la cuna para no despertarlo. Se colocó otra pantaloneta y salió a la sala de su departamento. Encendió su computadora portátil y tecleó con velocidad los botones: Hermanas Walton. Puso en el buscador del navegador y aparecieron miles de resultados posibles pero el que le interesaba estaba en el encabezado de la búsqueda: Las tres hermanas de la realeza, las hermanas Walton. Eros abrió el artículo y comenzó a leerlo.