Días después. Franco invitó a Susan a uno de los bares más exclusivos de la ciudad, en la 5ta avenida. Su asistente había reservado una mesa privada para ellos. El sitio era bastante exclusivo, las mesas de madera rústica hacían juego con los suaves sillones acolchados, tapizados con finas telas, en el centro de cada mesa había una lámpara, que iluminaba el salón. Muy cerca de las mesas se podía apreciar el reluciente piano de cola, los viernes solía haber conciertos, música en vivo. Las miradas de varios caballeros se posaron en Susan, ese día iba enfundada en un elegante vestido n***o, de una sola manga, el alto de la falda era hasta la mitad del muslo, el corte recto se entallaba a su perfecta figura, y sobre sus hombros llevaba un abrigo de piel sintética, no era muy común en