Anabella, extrañaba mucho Alexander, en él fondo de su corazón, para ella solo había significado ser un buen amigo; Ya no estaba en su vida, él era su pilar fuerte, a quien ella siempre acudía y solucionaba, sus problemas, se quedó sola en casa, llamó Arnold él chofer qué su madre, había contratado. — ¿Puede pasar a buscarme? Debemos ir a buscar a Caleb, mi perro. Anabella va demasiado ansiosa, en cuánto baja a la veterinaria, él perro mueve su cola entre las piernas de Anabella, ella con su mano acariciaba su pelo sedoso. —¡Qué bueno qué estes bien, mi lindo perrito! Anabella, abrazó con todas sus fuerzas, a Caleb, mientras él dulce perrito le lame su cara, luego con ayuda de Arnold, su chofer, le puso él collar, se sentía segura, estaba feliz. Lo más importante qué ella tenía, era s