Anabella tan frágil; segura de si misma, había perdido al hombre qué amaba, lo encontró en brazos de su mejor amiga, sufriendo un cruel accidente, qué la dejó marcada, para siempre, perdiendo la vista.
Una mañana fría, ella abrió la ventana de su habitación, entró un aire frío, su amor por los demás la hacía grande, tanto luchar por ser feliz, aún no había podido encontrar la felicidad, luchó con todas sus fuerzas, todo lo qué se propuso lo consiguió, ahora está a punto de recibir un seguro qué le quedó, cuándo sufrió aquel accidente.
Llamo a Arnold su chofer.
—Necesito qué me lleves a casa de aquel niño, ¿Te acuerdas qué no tenía familia? Vamos a preparar un poco de todo para llevar, lo meteremos todo en cajas.
Anabella, era fuerte a pesar de su dificultad y de no ser no vidente, segu
