Aunque mi reloj sonó a las 5:00 AM. La verdad es que no había podido conciliar el sueño desde las 3:00 AM. Porque era lunes y sería el primer día que dejaría entrar a una mujer a mi habitación conmigo dentro por voluntad propia.
Mi habitación era mi resguardo, mi sitio sagrado, por lo que dejar entrar al enemigo a esta era inaudito. Se suponía que Elle Fernández no era mi enemigo, enemigo, pero de igual manera era intimidante.
Mucho más el chiste que me sacó Ramón junto a Jacinto y Julio, al comunicarles que haría venir exclusivamente a Elle a mi casa para que comenzase a trabajar más temprano, resumiendo mi correspondencia, aparte de reírse de mí como una hora, me comentaron algo perturbador.
¿Qué por qué mejor no la convidaba a mi habitación para que me peinase y me hiciera el nudo de
