CAPÍTULO IV-2

2008 Words

Varia la siguió con la mirada, com expresión de asombro. Ian lo hizo con el ceño fruncido. La miraron sin moverse, hasta que llegó a recepción. De pronto, como si despertara de un sueño, Ian se puso en acción. Sacó varios billetes de cien francos y los dejó en la mesa. Luego puso en pie y dijo sólo dos palabras: —¡Ven conmigo! Varia le siguió obediente. Él se movía con tanta rapidez que a Varia le resultaba difícil mantenerse a su paso. Ian salió del hotel y dirigió hacia el automóvil. Abrió la puerta y Varia subió. Puso el motor en marcha y salió la ciudad para dirigirse al campo. Recorrieron en silencio varios kilómetros, hasta que llegaron a bonito camino bordeado de árboles. Se detuvieron a un lado, un río corría a poca distancia de ellos, Ian apagó el motor y permaneció sentado

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