Roberto

1480 Words
Finalmente Lucía y Roberto se disponen a ir a casa de él, para ver algunas películas y pasar el rato aquel día, de esta manera los 2 se van en el auto de Roberto, felices y tranquilas escuchando música en el camino, ya que era un poco largo el trayecto del restaurante a casa de él ya que aproximadamente eran 25 minutos de viaje, así que durante aquel pequeño trayecto, ellos hablaban y se divertían escuchando música mientras miraban los bellos paisajes de la ciudad de Monterrey que se iban encontrando. - Si queda algo lejos el restaurante de tu casa Roberto. - Así es Lucía, pero igual es algo genial tener este tiempo contigo en el auto, así nos vamos divirtiendo y pues seguimos pasando el rato juntos… - Yo también creo eso Roberto, te quería decir que, realmente me agrado estar todos estos meses bueno años, en compañía contigo ya que eres muy agradable siempre me has ayudado en todo. - Es lo mínimo que yo podría hacer Lucía, tú me importas realmente y para mí lo esencial es que estés bien y no vuelvas a recaer en el pasado… sabes que me he hecho gran amigo de tu padre y pues todos hemos luchado para que tú, sigas así de fuerte como siempre. - Gracias, te agradezco todo eso que has hecho por mí y nunca pensé que tú, y mi padre serían muy buenos amigos. - Ni yo lo llegué a creer ya que pensaba en un principio que, yo no les caía bien o algo parecido pero parece ser que nuestra amistad ha tomado fuerza mediante los años. - Así era Roberto, cuando recién te conocí creo que mis padres me aconsejaron no juntarme contigo pero pues las cosas cambian, la gente se conoce mejor y se dan cuenta que la persona de la cual, desconfiaban o llegaban a hablar mal, resultó ser todo lo contrario… y eso me lo ha dicho mi padre, ya que siempre te halaga o hace notar todo lo que has hecho durante estos años por mí… creo que él está realmente agradecido por toda la ayuda que me has brindado. - Entonces Lucía, eso quiere decir que… ¿ soy bien aceptado por él? - Podría ser Roberto jaja, creo que tú siempre le vas a caer muy bien, mientras no surjan problemas en su amistad, no creo que llegue a haber algún altercado… - Ten por seguro que yo trataré de nunca crear problemas en tu familia, ya que eso es lo que menos quiero, distanciarme de las personas que más me importan. - Oh que lindo, muchas gracias y a mí también me gustaría llegar a estar serca de tu familia pero comprendo que sean un poco más alejados… - Dice Lucía algo pensativa— - De eso te hablaré cuando lleguemos a casa, de que me gustaría hablar seriamente contigo pero creo que en el auto no es una gran opción. - ¿ es algo malo Roberto? Si es así me incomodaría, llegara a tener una discusión o algo contigo de ese aspecto. - No, no es nada malo Lucía…. Sólo quiero aclararte algunas cosas que han pasado por mi mente durante estos años, ten por seguro que todo va bien. - Bueno Roberto, confío en ti pero, de igual manera te digo que si hay algún problema pues me lo puedes hacer saber ahora mismo y llegaríamos a ser más directos. - No existe ningún problema, sólo es que te quiero hablar de cosas que he sentido y pues el mejor lugar es en mi casa y de pasa, pues vemos algunas películas… verás que todo va a salir bien. - Está bien, ¿ ya casi llegamos? - Sí, sólo faltan 2 calles más… De esta manera Roberto y Lucía siguen en el camino y finalmente después de aproximadamente un minuto llegan a la casa de él, bajan del auto y se dirigen hacia el interior de esta morada, Lucía ya conocía muy bien cómo era la casa de Roberto y a que la había invitado en varias ocasiones en el pasado, así que decide pasar con confianza y se sienta en uno de los sillones de su sala de estar. Mientras que Roberto cierra puertas y arregla algunas cosas para que todo esté bien y en orden. - Gracias por esperarme estos minutos Lucía, es que ahora la delincuencia está muy peligrosa y tengo que tener bien asegurada mi casa. - No te preocupes Roberto, yo entiendo, igual a mí me pasa que tengo que estar cuidándome de algún asaltante o ladrón… afortunadamente pues, tengo mis choferes y mis vigilantes en la casa pero como tú que Vives solo, creo que es algo más difícil. - Así es Lucía, ¿ me quieres acompañar a la sala de cine? - Claro. Ellos todos caminan unos cuantos metros y bajan algunas escaleras ya que la sala de cine de Roberto, se encontraba en el sótano de este hogar, al entrar a este espacio, se observa un proyector y una gran pantalla de aproximadamente 4 m por 2 m, era una sala de cine algo grande que en su interior contaba con pisos de madera, luces cálidas, sillones cómodos y casuales en cuero, máquinas de hacer palomitas, unos pequeños refrigeradores de bebidas, estantes de frituras, entre otras cosas. Lucía quede enamorada de ese espacio ya que era todo lo que había soñado para un cine en casa, Y Roberto al ser un amante de las películas pues había decidido hacerse este gusto. - Me parece realmente hermoso cómo has arreglado este lugar, recuerdo que era un simple sótano y ahora es un gran espacio para convivir. - Yo también lo recuerdo, pero igual te agradezco por haberme hecho estos diseños de el interior de este espacio, sé que este lugar tiene algo de ti y eso me hace quererlo aún más. - Eres muy lindo Roberto, y yo solamente te quería ayudar para decorar este espacio y pues afortunadamente todo te salió bien… agradezco que me hayas considerado en la creación de este lugar. - Obviamente te consideraría Lucía, porque tú eres parte de mí y tal vez serías algún día parte de esta casa. - ¿ como?- Pregunta Lucía un poco confundida- - Olvídalo Lucy, pronto lo sabrás jajaja. Lucía se queda algo extrañada en aquel momento ya que no entendía muy bien a qué se refería Roberto, mientras que Por su parte el, se refería a que ella formaría parte de ese hogar si algún día fuera su pareja sentimental, o en sí ser su esposa, ya que Roberto estos últimos años había tenido sentimientos muy fuertes hacia Lucía pero había decidido ocultarlos por todos los problemas que había enfrentado ella, él realmente creía en el amor que llegaba a sentir por esta mujer y pensaba en que algún día podría llegar a ser su esposo, de igual manera siempre trataba de estar en la vida de Lucía y ser la mejor opción para ella. En fin, Roberto comienza a preparar la habitación para disponerse a ver películas, mientras que después de unos cuantos minutos los todos terminan recostados en un gran sillón de cuero, disfrutando el momento y comenzando a ver una película de aquel año. Pasan los minutos y todo surge de manera muy tranquila y complaciente, donde se la pasan consumiendo bebidas como refrescos, frituras y palomitas. En un momento donde la película se había tornado algo aburrida, Roberto decide pausarla y hablar con Lucía. - Oye Lucía… ¿ no crees que la película está algo aburrida? - Para serte sincera sí, creo que está muy aburrida… - Bueno, ya que la película no tiene ningún sentido de seguirla viendo, me gustaría ahora hablarte, de lo que siento… y expresarte para que te he traído aquí.-dice Roberto de manera seria- - Está bien Roberto, sé que es algo serio porque se te escucha una voz diferente, y te escucharé y prestare toda mi atención a ti… - Muchas gracias Lucía por aceptar venir y por escucharme ahora mismo… realmente estoy muy nervioso y no sé cómo comenzar.- dice Roberto algo nervioso- - No te pongas nervioso Roberto, tenemos muchos años conociéndonos y pues sabes que existe la confianza para revelarnos cualquier secreto y aclarar todas nuestras dudas. - Lo sé Lucía, pero de igual manera llegó a ser muy tímido a veces… - Ay Roberto, tómate tu tiempo, sabes que yo aquí estoy para escucharte y saber qué es lo que me quieres decir.- dice Lucía de manera paciente- Roberto se toma sus minutos para tranquilizarse un poco, y tener las fuerzas de expresarme mediante palabras y acciones lo que quería decirle aquel día a Lucía. Finalmente él se arma de valor y dice:
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