*** «En un castillo de cristal, donde el viento no podía entrar, una princesa soñaba con volar, y un mundo entero por explorar. Soy libre, libre al fin, sin cadenas, puedo sentir, la brisa suave sobre mí, una princesa que aprendió a vivir. La corona dejó atrás, ya no más paredes de cristal. Con sus pies descalzos en el mar, ella aprendió a cantar y a amar. Soy libre, libre al fin, sin cadenas, puedo sentir, la brisa suave sobre mí, una princesa que aprendió a vivir. Las estrellas la guiarán, y en su corazón llevarán, el coraje de ser quien es, una princesa sin reves. Los campos verdes son su hogar, el cielo azul su nuevo altar. La libertad, su tesoro más real, una historia de nunca acabar. Soy libre, libre al fin, sin cadenas,